Muchas veces me he adentrado en alguna novela en la que he encontrado buenos personajes, fuertes y bien definidos pero que me han transmitidos una sensación agridulce. Parecía como si les falta algo: deambulan por la trama argumentativa, viéndose arrastrados por ella pero sin terminar de ser parte íntegra de ésta. Personajes, incluso protagonistas, que siguen una trama definida por el autor pero que no poseen objetivos ni metas personales, lo que hace que se trate no sólo de una trama floja, sino que debilita la buena creación del personaje. En definitiva, el autor o la autora no habían trabajado bien la profundidad del personaje.

¿Por qué es importante dotar de objetivos a tus personajes?

Independientemente de la trama principal de tu novela, los personajes principales tienen que tener unos objetivos personales que les impulsen a avanzar en la trama narrativa. Esto es un elemento básico con el que poder trabajar la profundidad del personaje. Estoy harta del grupo de protagonistas en el que los amigos del héroe le ayudan porque… porque… esto… ¿Por qué son sus amigos y le quieren mucho? No sólo estás haciendo que su participación y su afinidad con el objetivo grupal se desdibujen y resulten inverosímiles, sino que te estás cargando una gran oportunidad de crear grandes personajes.

Como todo se entiende mejor con ejemplos, vamos a suponer que estoy trazando la trama de una novela que trata acerca de un grupo de personajes que se enfrentan a un tirano para derrocar su imperio. Esta se trataría de la trama principal de la novela y hacia dónde irían encaminados los objetivos, en conjunto, del grupo. Pero, cada uno de ellos debe haber tomado la decisión de unirse a una empresa así por un motivo.

Ramona y su hermana, siendo felices

Podemos crear a Ramona, maestra herrera que ha presenciado como el tirano le ha arrebato a su ser más querido, su hermana pequeña, para tomarla como su decimoquinta esposa. Entonces, su objetivo personal, sumado al grupal, será encontrar a su hermana y llevársela con ella a un lugar seguro. De esta forma, creamos un personaje con dos objetivos y, para llenar la trama de intensidad, podemos contraponerlos. Imagínate una escena en la que tenga que decidir entre salvar a su hermana y dejar libre al tirano o matar al tirano y condenar a su hermana a la muerte. ¿Salvará una sola vida inocente o salvará a todo un pueblo? ¿Buscará la satisfacción personal o será fiel al objetivo del grupo? Una decisión difícil, ¿verdad? Pues concédele apenas unos minutos para tomarla. Ponle en la cuerda floja con un estridente tic-tac de fondo. Sea lo que sea lo que decida, marcará su vida y su personalidad para siempre.

Me parece un recurso interesantísimo para trabajar la profundidad del personaje que es importante incluir no sólo para dotar de fuerza sus personalidades, sino para darles la oportunidad de romperse por dentro. Imagina a un personaje que por cuestiones de honor ha decidido acatar un código en el que se compromete, por cuestiones morales, a no matar a nadie. Ahora, imagínatelo en la situación de verse obligado a tomar la decisión de matar a alguien. No a un villano malvado que justifique su acción, sino a alguien a quien ame; no por error, sino porque es la única forma de alcanzar un objetivo que ha considerado de mayor importancia. En ese preciso momento, tu personaje se rompe por dentro. Ha tomado una decisión que, por mucho que se arrepienta, nunca podrá remediar. El simple hecho de haber tomado la decisión y, por eso, romper sus esquemas, hará que el personaje cambie y, con él, el desarrollo de su personalidad.

¿Cómo puedes conseguir este efecto?

Cuando hablamos sobre crear fichas de personaje, mencioné que yo siempre les hago unas preguntas muy importantes que, casualmente, son esenciales para desarrollar este recurso:

  • ¿Qué es incapaz de hacer?
  • ¿Contra qué actos está en contra?
  • ¿Qué objetivos persigue? ¿Qué obstáculos tiene?
  • ¿Sería capaz de morir por alguien? ¿Sería capaz de matar por alguien?

De esta manera, con las dos primeras preguntas, te formas un pequeño esquema del código de honor del personaje: cuáles son sus propios límites morales, qué acciones no sería capaz de hacer en situaciones normales. Así, sumándole las respuestas de las dos siguientes, tendrías las posibles causas que le harían romper este esquema. Su objetivo, lo que mueve su vida y por lo que sería capaz de entregar la vida e, incluso, su integridad.

Sólo te queda enfrentarlo a una situación límite. Ante una situación desesperada, con el tiempo corriendo en su contra, es comprensible que pueda decidir algo que rompa con todos sus esquemas. Algo que le haga cambiar y que le marque de por vida.

Tendrás, por lo tanto, que empezar a trabajar al personaje desde el principio, marcando sus límites y su moral, para lograr llegar a esta situación desesperada. Para lograr dotar de profundidad al personaje. Lo más interesante de esta encrucijada es que, tome la decisión que tome, siempre se arrepentirá. Cualquier decisión tomada será mala, lo que dejará al lector con un sabor agridulce y al personaje totalmente derrotado. Y no, por favor, no te cargues una situación así sacándote un deus ex maquina de la manga. Por favor, eh, con lo chulo que es.

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Y eso es todo por hoy,

Cuétame, ¿vas a someter a tus personajes a estas situaciones?

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¡Y sigue escribiendo!

4 comentarios sobre “Cómo crear profundidad en tus personajes”

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