Hoy vuelvo a traerte una entrada sobre corrección de manuscritos. Recuerda que sí estás en el proceso de corrección de tu obra, tendrás que leer esta serie de entradas en orden para ir siguiendo los pasos para realizar una buena corrección. Antes de esta, vimos como acercarnos por primera vez a nuestra obra después de haberla dejado reposar durante un tiempo. Hoy, veremos el segundo paso que consiste en arreglar los problemas del desarrollo de la trama.

En el paso anterior, echamos una primera ojeada a nuestro manuscrito. Anotamos qué partes nos chirriaban, incluso proponíamos alguna que otra posible solución. Hoy analizaremos qué partes fallan para el desarrollo de la trama. Eliminaremos contenido sobrante, trasladaremos contenido dependiendo de la necesidad de nuestra obra y puliremos la obra para hacerlo encajar.

1. Cómo evaluar el avance de la trama de tu manuscrito

Algo que puede resultar difícil para nosotros, como escritores, es discernir si nuestra trama está bien trabajada, si se entiende todos los cambios y todos los giros. Incluso, si se entiende adecuadamente la evolución de los personajes.

Es necesario que, en este punto, releamos la novela de una forma totalmente distinta. En esta segunda relectura estaremos analizando si la trama avanza adecuadamente, si todo queda bien explicado o si existen lagunas, fragmentos sobrantes o, incluso, si algo está mal ordenado.

Para ello, te propongo distintas formas de releer de nuevo tu manuscrito. Yo suelo emplear el primero y el último, pero siéntete libre de escoger con el que te sientas más cómodo:

  • Leer la novela saltándose capítulos. Si te lees la novela saltándole un capítulo podrás ver qué aportaba este a la trama. Si al hacerlo ves que la novela funciona sin problemas, quiere decir que ese capítulo sobra.
  • Leer la novela al revés. Muchos son los que recomiendan releerse una novela empezando por el final. Con esta técnica consigues replantearte la novela: no será una sucesión de hechos, sino ir de consecuencia a causa. De esta forma verás si tienes bien planteados las consecuencias de los actos de tus personajes. Y si hay algo que, realmente, no ayuda al avance de la trama.
  • Leer la novela siguiendo la estela de una trama argumentativa en concreto. Esta técnica solo se usa para novelas que tengan más de una trama en su interior. Consiste en releer la novela enfocándose en ver cómo avanza cada trama por separado y de forma independiente.

Con este tipo de lecturas, podrás entender mejor la trama que has creado en tu novela y, de esta forma, poder corregir los puntos flojos, como veremos a continuación.

2. Borrar fragmentos innecesarios

Lo más importante, a la par de lo más difícil, para que una novela funcione bien es saber determinar cuándo algo sobra. Es inevitable que, en el proceso de escritura, nos detengamos a describir episodios que, vistos luego en perspectiva, realmente no aporten nada a la trama. Como escritores nos va a ser muy difícil determinar qué está de más y será aún más difícil eliminarlo de nuestro manuscrito.

¿Qué quiere decir que un episodio aporta algo a la historia?

  • Hace avanzar la trama argumentativa.

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  • Sirve para describir los personajes, así como hacer evolucionar su personalidad.
  • Sirve para describir o mostrar el worldbuilding, siendo este necesario para entender el funcionamiento del mundo y, por tanto, de la novela.

¿Cuándo algo no aporta nada a la novela?

  • No hace avanzar la trama argumentativa: se trata de una escena que, eliminándola, no perjudica al perfecto desarrollo de la trama.
  • No sirve para describir personajes ni su desarrollo: eliminando la escena la evolución de los personajes se entiende bien y no encontramos ninguna grieta.
  • No sirve para describir el worlbuilding necesario para entender la obra: esta descripción no sirve para que el lector entienda como funciona el mundo que lo rodea y por qué la trama avanza como lo hace. La descripción del worlbuilding debe darse dentro de estas características, siendo esta descripción esencial para que el lector no se pierda en tu universo.

Si releyendo tu novela de la forma que hayas escogido encuentras escenas, diálogos o incluso capítulos que no aportan nada a tu obra, lo mejor es que lo elimines. Piensa que es algo que el lector notará y es posible que, conservándolas, consigas aburrirle o cansarle. Tener demasiadas escenas que no hacen avanzar la trama le dará la sensación al lector de quedarse atascado en una historia que no termina de arrancar. No tengas miedo a borrar.

3. Trasladar contenido

Sin embargo, no todo es eliminar contenido. En ocasiones, notarás que la trama no avanza adecuadamente porque los hechos no están bien ordenados: no forman una sucesión de causa-efecto lógica. O, incluso, en el orden en el que están, el lector no entiende la relación entre un efecto y una causa.

Para determinar si la trama está bien construida y ordenada, en mi caso, antes de empezar con este proceslupa libro como escribir una novela corregir una manuscritoo, esbozo en una hoja las escenas indispensables para el desarrollo de la novela así como las indispensables para el desarrollo de la personalidad de los personajes y anoto los cambios que deseo que se noten tanto en la trama como en los personajes. Una vez trazado este esquema, me releo de nuevo el manuscrito y analizo si las escenas crean el impacto deseado. Analizo si el cambio se opera correctamente, si se nota un avance o si, por el contrario, tengo la sensación de que debería ordenarlo de otra forma para que el cambio y el avance que deseo se den de forma más natural.

En este momento, tienes que señalar la escena que creas que no termina de encajar adecuadamente y anotar donde debería moverse. No tengas miedo de que pueda quedar mal esta traslación, aún te queda un paso más en el que podrás pulir la escena para hacerla encajar a la perfección donde debería.

4. Añadir contenido y pulir escenas

Tras eliminar o trasladar una escena es inevitable que te quede la novela desencajada. Tendrás que conseguir que las escenas adyacentes a una eliminada encajen correctamente. Tendrás que comprobar que no haya referencias a fragmentos eliminados e, incluso, tendrás que crear referencias en los casos de traslaciones.

En definitiva, se trata de un proceso de reescritura. No sólo se trata de mover todo aquello que crees que no está bien situado, sino hacerlo encajar de tal forma que el lector piense que eso siempre ha estado allí. Piensa que en este proceso es posible que, incluso, elimines algún personaje secundario, tendrás que revisar que no se hagan referencias a él a lo largo de toda la novela.

Tendrás que conseguir que la lectura se dé de forma fluida y que se entienda a la perfección todos los giros argumentativos, todos los avances en la trama y los cambios en los personajes.

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Y eso es todo por hoy. Recuerda que el proceso de corrección y reescritura suele ser mucho más largo que el de escritura. Así que no te desanimes si encuentras muchas cosas que arreglar de tu novela: ¡sólo así podrás crear algo bueno de verdad! Seguiré colgando entradas sobre este proceso, no pretendo desanimarte, pero ¡aún queda mucho por hacer!

Cuéntame, ¿cómo corriges tu novela?

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Otras entradas de esta misma serie:

Cómo corregir tu manuscrito (I): Primera toma de contacto

¡Y sigue escribiendo!

2 comentarios sobre “Corregir: Reescribir, trasladar y borrar”

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