En la entrada anterior hemos hablado sobre cómo organizarnos este NaNoWriMo, entrada que te puede ayudar el resto de los meses del año. Hoy vamos a hablar sobre cómo tenemos que enfocar nuestro proceso de escritura para no morir bajo una montaña de frustración. Porque sí, escribir una novela es un tarea ardua, pero podemos mejorar nuestra experiencia dividiendo las tareas. Ya sabes el dicho: divide y vencerás.

1. Necesitas una planificación previa y mucha motivación.

Ya hemos hablado sobre la importancia de tener una rutina de escritura y cómo sin ella te será muy difícil terminar tu primer borrador. Ahora debes mentalizarte de que vas a pasarte varios meses trabajando la misma historia.

Aunque resulte una obviedad, eso quiere decir que tienes que saber qué vas a escribir antes de empezar a hacerlo, tanto si eres mapa como brújula. Lo primero es decidirse por el proyecto escogido con el que trabajar. ¿Terminarás la novela que tienes entre manos? ¿Escribirás una serie de relatos para una antología? ¿O estás preparando una novela para enviar a una editorial? Pero ojo, la planificación no se queda solo en decidir qué vas a escribir, sino que también debes planificar tu historia.

Y sí, estoy hablando de hacer una escaleta. Brújulas, no os asustéis. Tengo una guía apta para cualquier tipo de escritor, seas más planificado o menos. No creas que es una nimiedad que puedes obviar: si te lanzas a escribir sin saber nada sobre tu historia, no te saldrá bien. Si no planificas tu historia, te vas a bloquear.

Entonces, recapitulemos. Todo escritor se encuentra con dos grandes problemas a la hora de escribir, a la que ya hemos dado solución:

  • A la falta de tiempo se le vence con una buena rutina de escritura.
  • Al bloqueo de escritor se le vence con una buena escaleta.

Y ahora que sabes que todos estos problemas tienen solución, ¿vas a quedarte de brazos cruzados?

2. Empieza por lo esencial y termina detallando

Un error común en principiantes es empezar a escribir y perder toda una página describiendo una ciudad. Perfecto, habrás llegado a las 1.600 palabras a base de hacer encajar varias descripciones rimbombantes, ¿realmente estás avanzando en tu manuscrito?

Una técnica habitual en los escritores y que suele funcionar bien —aunque recuerda que cada escritor es un mundo y funciona de forma distinta— es empezar escribiendo lo esencial para terminar detallando.

¿Qué quiere decir esto? Con la escaleta en mano, tienes que empezar a describir las acciones necesarias para que la trama avance. Crear el esqueleto sobre el que se va a articular toda la narración para, posteriormente, hilarlas y llenarlas de los detalles que le darán vida a nuestros personajes y a nuestro mundo.

Como no sé si queda del todo claro, vamos a emplear un ejemplo. Pongamos que deseo escribir la historia de los tres cerditos. Si escaleta sería la siguiente:

  • Los tres cerditos se van de casa de Mamá cerdita, se dividen en una encrucijada y cada uno construye una casa distinta.
  • El lobo llega a la casa de paja y la destruye, el cerdito huye.
  • El lobo llega a la casa de madera y la destruye, el cerdito huye.
  • El lobo llega a la casa de ladrillo y se hincha de tanto soplar, convirtiéndose en un globo que surca los cielos. —Déjame tomarme ciertas licencias—.

Pues bien, lo primero que haría sería narrar estos episodios en concreto. Por ejemplo, describiría cada una de las destrucciones de las casas, piezas fundamentales para que la historia avance, y mencionaría como el cerdito huye. Más adelante, cuando todo el esqueleto esté ya formado, me plantearía establecer escenas de unión que explicarán mejor como los cerditos van a llamar a la puerta de sus hermanos pidiendo ayuda. Esta escena me serviría no sólo para darle una linealidad a la historia y que no quede cortada, sino también trabajar la relación entre los hermanos. Estas escenas, realmente, no son necesarias para la trama, pues la historia se desarrolla bien sin ellas, pero les da coherencia y profundidad.

¿Cómo puedes trabajar esta técnica?

  • Puedes escribir el esqueleto de la escena y, en la misma sesión de escritura o incluso en la siguiente, elaborar los detalles.
  • Puedes escribir tu primer manuscrito como esqueleto de tu historia y, en su primera revisión, revestirlo con todos los detalles y todas las escenas de unión necesarias para darle volumen y fuerza a tu manuscrito.

Yo, personalmente, empleo la segunda opción. Por una cuestión muy sencilla: el primer manuscrito que escribas siempre va a estar mal. No es algo con lo que desanimarte, ni mucho menos. Debes concienciarte de que siempre necesitará una relectura y una reescritura. Por lo tanto, no pierdo tiempo en este primer manuscrito detallando cosas que tal vez corte más adelante: dedico mi primer borrador a esbozar el esqueleto de mi historia para dedicar las sesiones de corrección a darle una mejor forma.

3. No tengas miedo a equivocarte, sé flexible.

No tengas miedo a equivocarte ni meter la pata. Ya te lo he dicho: tu primer borrador va a estar mal, siempre necesitarás corregirlo. Es absurdo que te bloquees por miedo a hacerlo mal. Hazlo mal, ya lo corregirás más adelante. Lo importante es que lo hagas.

Lo bueno del primer borrador es que se trata de esa guía con la que, más adelante, empezar a esbozar lo que se convertirá en tu novela. Esta elasticidad que sólo tiene este primer manuscrito te puede ser muy útil para ayudarte cuando te sientas bloqueado.

Tienes una escaleta con tu historia planificada y deberías no tener miedo a cometer errores, entonces… ¿por qué no superar el bloqueo que te produce una escena concreta escribiendo una que te llame especialmente la atención? ¿No puedes porque es la escena final? ¿Y qué? ¿No la tienes ya planificada? ¿No tienes acaso derecho a equivocarte? ¡Escribe sin más!

Pero ojo, escribir salteado no quiere decir escribir lo que sea. Tienes que ser franco contigo mismo y no llenar ese recuento de palabras diarias con nimiedades que no hacen avanzar la trama. Aprovecha todos tus recursos para avanzar, ¡da igual el orden si lo que haces es ir esbozando este esqueleto narrativo!

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Y eso es todo por hoy. Recuerda no tenerle miedo a la hoja en blanco: vas a equivocarte, no te preocupes por eso. Escribe siempre con un objetivo en mente que no es, realmente, llegar una mínimo de palabras, sino hacer avanzar tu historia.

Cuéntame, ¿qué historia vas a crear?

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¡Y nunca dejes de escribir!

 

4 comentarios sobre “Cómo escribir tu primer borrador: vayamos por partes”

  1. ¡Buenas!

    Efectivamente, tener una estructura general de tu novela antes de ponerte al Nano da mucha seguridad. Yo, por temas de fechas, ya he empezado (necesito aprovechar mi semana de vacaciones al máximo) y ver esa estructura me evita mucho quedarme en blanco: siempre puedo coger y escribir algo posterior en la trama para lo que sí que me sienta preparado. De hecho, como he optado por que mis escenas/capítulos sean bastante independientes entre sí, he descubierto que así me evito atascarme en eso de "¿no evoluciona demasiado este personaje del capítulo anterior a este en una sola noche?": siempre puedo añadir alguna escena posteriormente o cambiar el orden.
    En fin, ayer produje tres escenas/capítulos, ¡que totalizan 2200 y pico palabras! A ver si esta tarde-noche mantengo el ritmo.

    Un saludo.

  2. Yo no participé en nanowrimo este año pero porque ya estaba trabajando en un borrador. Tienes toda la razón al decir que es importante seguir estos pasos, yo sin una buena planificación y una guía de escenas no sé si lo habría acabado XD
    Un abrazo

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