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Como os gustó mucho la leyenda de Tristán e Isolda, este verano decidí probar con una iniciativa nueva y ponernos a leer un roman artúrico en directo en mi canal de Twitch. Volveré a hacerlo, así que puedes seguirme a través de esa plataforma para no perderte nada. El texto que escogí para empezar fue El Caballero del León, escrita por Chrétien de Troyes en el s. XII. A través de sus páginas, conoceremos la vida de Yvain, uno de los caballeros de la mesa redonda de Arturo.
0. Estructura de los romans artúricos
Antes de empezar con nuestra historia y explicarte la leyenda de El Caballero del León, creo que puede resultarte interesante conocer la dinámica y la estructura propia de estos romans artúricos. De hecho, será algo que se copiará para los posteriores libros de caballerías.
El autor (o autora, ya que escribe bajo pseudónimo) de referencia para este género de Chrétien de Troyes, que escribe bajo demanda de María de Francia, su mecenas. En sus obras vemos siempre la misma estructura con unos símbolos que se repiten constantemente.
Todos los romans, a pesar de tener tramas diferentes, cuentan con la misma premisa: explicar cómo un joven acaba evolucionando, creciendo y ganando honra suficiente para convertirse en un aclamado caballero artúrico.
De hecho, la estructura siempre es pareja. Iniciamos todas estas historias en la corte de Arturo y se nos evidencia de qué carece nuestro protagonista (honra, esposa, riquezas…). Por eso, decidirá partir a través del bosque, para encontrar maravillas y aventuras. Después de varias de estas, regresará a la corte de nuevo, con aquello de lo que carecía al principio, convertido, por fin, en un hombre adulto. En muchos casos, además, también es el momento en el que es nombrado caballero oficialmente.
Además, en la mayoría de estas historias, puesto que están ambientadas en la Bretaña mítica, encontramos criaturas propias de su imaginario. La más habitual será el hada medieval, de la que te hablé en un capítulo pasado. De hecho, la trama de El Caballero del León se organiza siguiendo los tópicos propios del mito del hada medieval.
1. La fuente mágica
Pero empecemos por el principios. Nuestra leyenda inicia con una fiesta. Todos los caballeros están reunidos y se cuentan historias los unos a los otros. El rey Arturo se retira a sus aposentos, pues no está de humor para celebraciones, pero Ginebra se queda para escuchar las historias que cuentan los hombres de su esposo.
Este círculo está formado por varios caballeros, pero cabe destacar a cuatro: Calogrenant, Keus, Gauvain e Yvain. El primero de ellos, familiar de Yvain, cuenta una historia que no le atribuye honra, sino vergüenza. Explica cómo logró encontrar una fuente mágica, que llamaba truenos y tormentas si vertías agua sobre sus piedras. Una maravilla que, después del temporal provocado, hacía aparecer un grupo inmenso de aves. Pero también tenía un protector. Un caballero que consiguió vencerle en combate singular.
Al escuchar esta historia, Keus se burlará de Calogrenant, atentando contra su honra. Este personaje, Keus, lo veremos a lo largo de la historia como uno de los antagonistas: un caballero envidioso y de muy mal carácter. Sin embargo, Gauvain, que es uno de los caballeros más nobles y de mayor confianza de Arturo, apaciguará la discusión y le propondrá al rey hacer una expedición para encontrar semejante maravilla e intentar derrotar a su guardián.
Sin embargo, Yvain sabe que si toda la expedición se acerca a la fuente mágica, Keus reclamará ser el primero en batirse contra el guardián. Si no pasa así, Arturo le ofrecerá este honor a Gauvain. Yvain quiere ser él quien venza al caballero enemigo, pues quiere restituir la honra de su familiar y ganarse su propia reputación. Y aquí tenemos el elemento que buscará Yvain a lo largo de toda su aventura: reconocimiento, agrandar su honra.
Así, siguiendo las indicaciones que Calogrenant había dispuesto en su relato, Yvain encontrará la fuente y se batirá en duelo con el caballero que sale a su encuentro. Aunque este enemigo es muy diestro en las armas, Yvain consigue herirlo de gravedad, poniéndolo en fuga. Como sabe que solo le creerán si ofrece una prueba de sus proezas, decide seguir al caballero en su huida.
De esta forma, llegará a las puertas de su castillo, quedando atrapado en una trampa dispuesta para evitar su entrada.
2. La promesa de Laudine
Por suerte, una doncella de palacio lo reconoce como amigo, pues le ayudó en una ocasión que acudió a la corte de Arturo. Se llama Lunete, aunque el narrador no desvela su identidad hasta mucho más adelante. Para evitar que este sea capturado, Lunete le entrega un anillo mágico: al ponérselo se hará invisible.
Cuando los guardias acuden a la trampa para capturar al asesino de su señor, se encuentran esta aparentemente vacía. Lunete acudirá a su encuentro cuando todo se calme trayéndole comida y la noticia de que su señor ha muerto debido a sus heridas. Así, a través de un rendija de la pared en la que se encuentran, Yvain es testigo de la comitiva fúnebre.
Es en ese momento en el que nuestro caballero se fija en la señora del castillo y se enamora de ella. Muy mala idea, a mi parecer, eso de enamorarse de la viuda del hombre al que has matado. Yvain le confesará a Lunete sus sentimientos y su firme intención de casarse con su señora, Laudine.
Por otro lado, vemos lo que le sucede a esta señora, que ha quedado sin esposo a su lado. El principal problema de esto es que no hay nadie que pueda ir a proteger sus tierras de la maldad de la fuente. Así, vemos el otro lado de la moneda. Mientras que para Yvain y los suyos esa fuente es una maravilla; para las gente de Laudine la fuente es una maldición, pues sus rayos y tormentas destruyen los campos y las casas.
Necesita a un caballero fuerte que pueda impedir que otros vuelvan a verter el agua de la fuente y provocar esas tormentas. Su corte está llena de caballeros, pero, tal y como nos muestra el narrador, todos ellos cobardes. Así, Lunete le hace ver a su señora que necesita un esposo fuerte y capaz. ¿Y quién es más capaz de proteger a su tierra que el mismo que ha matado a su anterior señor?
Por ello, Laudine acepta a Yvain como esposo, y se casan justo antes de que la comitiva de Arturo llegue a la fuente. Cuando vierten estos el agua sobre esta, es Yvain quien acude a su encuentro, demostrando así la gran hazaña que ha cumplido.
Este podría ser perfectamente el final de la historia, pero Chrétine le da otra vuelta. Keus acusa a Yvain de amancebarse, pues quiere quedarse junto a su esposa en lugar de volver con ellos. Así consigue engatusar a Yvain para que vaya con ellos de aventuras.
Yvain hablará con su esposa, para pedirle permiso para alejarse de su lado. Esta accede, pero pone una única condición: debe volver en el plazo de un año. De no hacerlo, le retirará todo su amor.
3. La locura de Yvain y el regreso del Caballero del León
Obviamente, Yvain se descuida y pasa, de mucho, el plazo acordado. Le llega una misiva de su señora en el que hace realidad su amenaza: le retira su amor, le impide la entrada en su castillo y lo entiende como a un enemigo.
Yvain, siendo consciente del enorme cometido, se adentra en el bosque. En él, pierde totalmente su cordura. Deja de comportarse como un humana para terminar siendo algo peor que una bestia. Deambula desnudo por la naturaleza, cazando y comiendo crudas sus presas.
Poco a poco vamos viendo su vuelva a la cordura. Primero, gracias a la intervención de un ermitaño que se ofrece a cocerle la comida a cambio de parte de sus presas. Más tarde, le encontrarán dormido en mitad de la maleza un grupo de mujeres. La señora le ordena a su criada untarlo con un mejunje mágico, fabricado por la mismísima Morgana, que cura todos los malos, incluidos los mentales.
Será así como Yvain volverá a comportarse como un hombre, pero desechará su nombre. En sus aventuras a través del bosque, salva a un león de ser mordido por una serpiente y, desde entonces, se convierten en compañeros. Así, todos empiezan a llamarlo El Caballero del León.
A partir de este momento, somos testigos de varias proezas de este nuevo caballero. Salvando castillos, doncellas y señores. Hasta que se encuentra a Lunete, atrapada, a punto de ser ejecutada. Su señora le acusa de ser cómplice de la traición de Yvain, pues fue ella la que le insistió en su matrimonio. Yvain, vestido con coraza diferente, con un casco que la tapa el rostro, y acompañado de su fiel león, se batirá en duelo para demostrar la inocencia de la joven. Eso sí, sin rebelar su identidad a nadie más que la doncella Lunete.
Es en este momento que Laudine se acerca a él, para reconocerle lo bien que ha luchado, y le pide ayuda para proteger su fuente. Sin embargo, Yvain, escondiendo su identidad, pero siendo fiel a su realidad, le dice que no puede acceder pues primero debe conseguir el perdón de su señora. Ella insiste en que un caballero tan capaz seguro que consigue reconciliar el amor que su señora tuviese por él.
Se separan de nuevo e Yvain decide acumular suficiente honra para conseguir el perdón de su amada. Así, continúa su aventura, ganando gran fama sobre sus logros y hazañas.
Mientras tanto, en la corte está sucediendo algo. Ha muerto el señor de la Negra Espina, dejando como herederas a sus dos hijas. Sin embargo, la mayor pretende quedarse con todas las posesiones y desheredar a su hermana. Debido a esta contienda, deciden acudir a la corte de Arturo para resolver esta cuestión a través de un juicio por combate a muerte. La mayor aprovecha que llega antes para hacerse con la ayuda de Gauvain; mientras que la menor, pasando por varias aventuras, llega hasta Yvain para pedirle que luche por ella.
4. Final… ¿feliz?
Llegado el día, Gauvain y Yvain deben enfrentarse en combate singular. Pero ninguno sabe quién es realmente su contrincante: Yvain sigue ocultando su identidad a todos, mientras que Gauvain ha decidido apoyar a la hermana mayor, pero escondiendo quién es.
Se nos narra un combate de dimensiones épicas, en la que los dos contrincantes tienen una habilidad y fuerza semejante. El combate dura tanto que deben deponer un momento las armas para descansar. Es en ese momento, por un comentario que lanzan, que se reconocen entre ellos. Así, detienen el combate, pues se niegan a dar muerte al otro. El juicio termina en empate y, por ello, debe ser Arturo quien decida el destino de las hermanas, que acaba defendiendo a la pequeña.
Lo importante, sin embargo, es que se ha desvelado la verdadera identidad de El Caballero del León. La corte le reconocerá todas las hazañas que ha logrado, las aventuras que ha vivido y toda la honra que ha ido acumulando.
Sin embargo, aún le falta algo: Laudine. Yvain, con la ayuda de Lunete, acude de nuevo frente a su esposa. La doncella le engaña para hacerle prometer que, si está en su mano ayudar a que la señora del caballero se reconcilie con él, lo hará. Laudine lo jura ante una reliquias sagradas; así que, cuando Yvain le desvela su verdadera identidad, está obligada a perdonarlo. Y, así, Yvain recupera el señorío del castillo de Laudine y el amor de su esposa.
Durante la lectura en voz alta, es un final que a todos nos pareció muy flojo, la verdad. Además, en el propio roman se muestra el enfado de Laudine ante el engaño y expresa literalmente que le perdona porque le obligan a ello. Así que… ¿hasta qué punto es un final feliz?
Y eso es todo por hoy. Un detalle que nos llamó muchísimo la atención es que durante la trama de El Caballero del León se ven pequeño ápices sobre lo que está sucediendo en la corte de Arturo: el rapto de Ginebra. Esta trama paralela, de hecho, está narrada en otro roman del mismo autor: El Caballero de la carreta, que escribió en la misma época y dónde se cuenta cómo Lancelot se enamora y rapta a Ginebra. No descarto que esta sea una de las siguientes lecturas en voz alta que haga en Twitch, ¿te apuntarías?