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Tal y como te comentaba en el capítulo anterior, hoy vamos a dedicar el programa a la leyenda de Sant Jordi. Como seguro sabrás, el 23 de abril no solo es el día del libro, sino que en Catalunya celebramos una festividad que nos caracteriza y que está basada en una leyenda de origen romano.
1. San Jordi, mártir cristiano
Seguro que recuerdas el caballero, la rosa y el dragón, pero nuestra historia se empieza a fraguar y cobrar importancia muchísimo antes; porque, antes de ser Sant Jordi un caballero-rescata princesas, fue un mártir del cristianismo.
No sé si conoces la literatura, el imaginario y todos las leyendas alrededor de los martirios y los posteriores santos del cristianismo. Son una serie de historias que mezclan historia con mito y pretenden atestiguar todo el daño que recibió el pueblo cristiano en aquella época.
Nuestra historia se inicia con la muerte de Geroncio, oficial del ejército romano y padre de Jorge. Este se trasladara junto con su madre, Policronia, hasta la ciudad natal de esta, Lydda, en la actual Israel. Allí la madre podrá educar a su hijo en la fe cristiana y, en cuanto cumple la mayoría de edad, se alista en el ejército.
A sus treinta años de edad, conseguirá escalar varios puestos militares hasta convertirse en parte de la guardia personal de emperador Diocleciano. Justamente este es el emperador que, en el año 303, emite un edicto autorizando la persecución de los cristianos a lo largo de todo el imperio.
Jorge, recibiendo órdenes de participar en este, se confiesa como cristiano y se niega a hacerlo. Su emperador ordena que le torturen y lo decapiten frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril de 303. Tras su muerte, su cuerpo fue entregado a Lydda, donde fue sepultado.
Tal fue la impresión de este suceso, que varios testigos convencieron a la emperatriz Alejandra y a una anónima sacerdotisa pagana a convertirse al cristianismo y unirse al martirio de Jorge.
Toda esta historia, como he introducido, es de dudosa veracidad histórica. Pero sí que se observa una veneración al mártir muy temprana. Por ejemplo, se tienen noticias de peregrinos que se dirigían a una iglesia construida en Diospolis (antigua Lydda) en su honor durante el reinado de Constantino I (306-337) y que, al parecer, esta ciudad se convirtió en el centro de su culto entre los años 518-530.
Sin embargo, desde el año 1010, debido a las cruzadas, esta iglesia fue derribada y reconstruida varias veces, hasta que finalmente su veneración se extendió hasta Occidente. Si sientes curiosidad por esa iglesia, fue reconstruida por última vez en el año 1872 y aún se mantiene en pie.
2. La leyenda medieval de Sant Jordi
De estas historias van surgiendo diferentes versiones hasta llegar a la conocida leyenda de Sant Jordi y el dragón. El original ha sido datado en el s. IX y forma parte de la conocida Leyenda dorada, una compilación de relatos sobre vidas de santos.
Se ha entendido esta leyenda como un muy probable origen de todos los cuentos de hadas y dragones en Occidente, pero de esto hablaremos en detalle más adelante, pues tiene claras reminiscencias a mitos anteriores.
De entre todas las versiones conocidas, os explicaré la más popular y extendida. Esta se inicia con un dragón que ha hecho su nido cerca de una fuente de agua de una importante ciudad. Para conseguir agua potable, los habitantes deben distraerlo ofreciéndole un par de ovejas diarias. Cuando terminaron los animales, recurrieron a una ofrenda humana, que se sorteaba al azar entre los miembros de la comunidad. Hasta que resultó escogida la princesa.
En algunas versiones aparece la figura del padre rogando que el padre se apiade de ella y volver a realizar el sorteo. En todas las versiones, el pueblo nunca lo permite. Cuando la niña está a punto de ser devorada por la bestia, aparece Jorge a caballo, se enfrenta al dragón, lo mata y salva a la princesa.
Gracias a ello, los ciudadanos abandonaron sus creencias paganas y abrazaron el cristianismo. Recuerda que no deja de ser una historia de corte religioso.
Debido a la gran carga simbólica de la leyenda medieval, se han ofrecido diferentes interpretaciones que la conectan con realidades y mitos del momento.
- La primera es la interpretación cristiana del mito: Jorge es el creyente, el caballo la Iglesia el dragón todo lo malo (paganismo, idolatría, tentación y Satanás).
- Algunos historiadores laicos consideran que esta leyenda tiene raíces más antiguas que las cristianas. Seguramente, de hecho, este mito beba de diferentes elementos paganos. Se cree en Jorge podría ser una reinterpretación del dios Sabacio, padre celestial de los frigios, pues una de sus imagen era la de un caballo arrollando a una serpiente.
- No debemos olvidar tampoco las claras reminiscencias al antiguo mito griego de la princesa Andrómeda y su salvador Perseo. En ambos casos hay un monstruo, una princesa a la que salvar y una recompensa por hacerlo.
3. Sant Jordi en Catalunya
¿Cómo llega todo esto a Catalunya y cómo se convierte en uno de los símbolos más importantes de la nación?
Según el Costumari Català de Joan Amades, Jorge se convierte en el patrón de los caballeros por la ayuda que prestó al rey Pedro I de Aragón en la batalla de Alcoraz, en Huesca, en el año 1096 contra los musulmanes. Como agradecimiento por su ayuda, el rey lo nombra patrón de la caballería y parte de la nobleza del Reino de Aragón y, por lo tanto, de la Corona de Aragón.
Tanta es su importancia e influencia, que se generaliza la fiesta del Día de Sant Jordi por toda Catalunya a mediados del siglo XV. En 1456 se oficializa Sant Jordi como patrón al declarar las Cortes Catalanas el día 23 de abril como festivo.
De hecho, se trata de una festividad que, desde entonces, se ha entendido como el día de los enamorados. La leyenda fue modificándose con el paso de los años y siglos, hasta convertirse más en una historia de amor humano que amor religioso. Así, se explica que, cuando Sant Jordi mató al dragón, de su sangre brotó una rosa como símbolo de amor, que entregó a la princesa, con quien acabó casándose.
Por ese motivo, desde 1456 los chicos regalaban una rosa roja a sus enamoradas. Poco tardó en extenderse una costumbre que, en contrapartida a este regalo, las mujeres regalaban un libro a sus amados. Mucho ha llovido desde entonces y, a día de hoy, indistintamente de tu género, las rosas y los libros corren por las calles de toda Catalunya, para celebrar el amor, la fraternidad y la literatura.
Y eso es todo por hoy. La leyenda de Sant Jordi es una de esas historias que llevo escuchando desde antes incluso de aprender a leer, por lo que me apetecía muchísimo poder traértela y hablarte, también, de sus orígenes y cómo ha ido evolucionando con el paso de los años y los siglos.