Para encontrar grandes mitos no hace falta irse demasiado lejos. Nuestra propia cultura está llenísima de figuras mitológicas con las que se podría jugar mucho en una novela de fantasía. Hoy os traigo algunos mitos famosos de la cultura asturiana que, como sabréis, está fuertemente influenciada por los celtas que habitaron en la zona.
Recuerda, además, que la Editorial Cerbero está organizando una antología de relatos de cachaba y boina, por lo que si estás falto de imaginación, estos mitos pueden servirte de inspiración.
1. Xanas
Las xanas asturianas son unas figuras muy similares a las ninfas. Están vinculadas al elemento acuático, soliendo aparecer cerca de fuentes, estanques, manantiales y pozos. En la mayoría de las historias, estas se ven atadas a uno de estos lugares por un hechizo o una maldición. Suelen guardar grandes tesoros bajo las aguas, ofreciéndoselo a aquel que las libere. Se las describe como mujeres jóvenes y bellas, de cabellos y ojos claros, con la piel blanquecina. Suelen vestir velos y gasas transparentes y se peinan en las orillas de las fuentes o ríos con peines de oro.
A diferencia de los típicos mitos en los que estas figuras femeninas aparecen para atraer a hombres incautos y terminar matándolos, las Xanas se presentan como seres bondadosos que buscan la ayuda de personas humildes y de buen corazón para sacarlas de su prisión. Sin embargo, cuando se las traiciona pueden llegar a ser muy vengativas. Muchos cuentos de Xanas sirven para aleccionar sobre malos comportamientos y giran en torno al incumplimiento de una promesa. Lo que a ti, como escritor de fantasía, te da mucho pie a crear una historia a partir de este marco narrativo.
Suelen aparecerse en la noche de la Fiesta de San Juan, durante el solsticio de verano. Salen a cantar y bailar, dejándose ver para quien las desee contemplar. Además, durante esta celebración se dice que lavan sus ropas y las dejan tendidas por los bosques. Asimismo, también se les confiere la creación de monumentos megalíticos, considerándolos vestigios de grandes palacios construidos en épocas pasadas.
Su nombre deriva de la diosa romana Diana y varía dependiendo de la zona. Se las puede llevar a llamar injanas, xianas o xanías. Existen una infinidad de fuentes y cuevas que llevan sus nombres. Es más, si visitas Asturias puedes seguir una ruta turística que lleva su nombre.
2. Xaninos
Sin embargo, las Xanas también son interesantes a la hora de tratar un tipo de maternidad distinto al que estamos acostumbrados. Los Xaninos son los hijos de las xanas y, puesto que ellas son incapaces de amamantarlos, se ven obligadas a intercambiarlos por niños humanos para que las madres les alimenten
La Xana siempre estará pendiente de cómo se trata y se cuida al pequeño, llegando a personarse ante la madre si cree que lo está tratándolo mal. Si así lo considera, deshace el intercambio y devuelve el bebé a la madre para buscar otra que pueda cuidarlo mejor. De hecho, muchos de los cuentos sobre Xaninos giran en torno a una serie de consejos de cómo identificar a un Xanino y obligar a la Xana a deshacer el intercambio.
No obstante, lo que realmente me parece interesante de este mito es como la madre se ve obligada a ceder a su hijo en adopción por ser esta la única forma de que su retoño se alimente. Te puede dar pie a crear infinidad de historias. Puedes tratar el conflicto de la maternidad de la Xana, obligada a verse separada de su hijo o, incluso, tratarlo desde el punto de vista del Xanino. A estos se les representa como seres inteligentes puesto que, al ser hijos de xanas, poseen como ellas la inmortalidad. Así, es fácil encontrar a un bebé que hable, razone e, incluso, afirme tener más de cien años. Puedes recurrir al mito original y tratarlos así o bien, jugar con la posibilidad de que no sepa quien es su verdadera madre ni de donde procede sus cualidades sobrehumanas. Esa elección es enteramente tuya.
3. Cuélebres
Se tratan de unas serpientes gigantescas que custodian tesoros y, en ocasiones, también a xanas. Se las considera inmortales, en el sentido que el tiempo no las mata. Con el paso de los siglos, las escamas se les vuelven tremendamente gruesas e impenetrables y les salen alas de murciélagos, llegando a ser muy similar a la figura mitológica del dragón.
Habita en la espesura del bosque, en castillos en ruinas, en la orilla de los ríos o en las fuentes de grandes cavidades subterráneas. Su principal misión es custodiar un tesoro o a personajes víctimas de un hechizo o maldición y, por ello, sólo se moverá del lugar para cazar y alimentarse. Otra tarea que realizan es proteger las entradas a los mundos subterráneos, donde habitan seres feéricos que viven escondidos de los ojos de los hombre
Quienes deseen los tesoros que la cuélebre custodiaba deben enfrentarse a ella y matarla. En muchas ocasiones, eran ayudados por las ayalgas, mujeres víctimas de un hechizo o maldición y prisioneras junto a los tesoros. Según las historias de las leyendas, existen diversos engaños con los que se podía vencer a la serpiente. El más famoso es dándole de comer una piedra al rojo vivo, aunque también servía una hogaza de pan llena de alfileres. También cuentan las historias que en la mañana de la Fiesta de San Juan el cuélebre pierde su poder y es cuando pueden ser rescatadas sus prisioneras junto a sus fantásticos tesoros.
Una versión alternativa de la leyenda cuenta que las cuélebres no son inmortales y que cuando sus escamas su endurecen es un aviso del fin de su vida terrenal. Así, abandonan sus refugios para morir en el fondo de la Mar Cuajada, encontrando reposo en las profundidades y dedicándose al cuidado de tesoros durante toda la eternidad.
4. Ayalgas
Otro aspecto relevante del mito es la figura de la Ayalga. Así es como se llama al tesoro que la Cuélebre guarda, pero también a la mujer mortal hechizada que vive recluida bajo su custodia. Este hechizo, a además de retenerla también le ofrece algunos poderes sobrehumanos, puede haberse dado por cualquier cuestión: encontramos historias en las que un rey hace hechizar a su hija para que nadie l
Generalmente, en todas las historias la Ayalga atrae con su cantar o con unos fuegos fatuos que es capaz de invocar en la Noche de San Juan, a hombres a los que le pide ayuda para liberarla. Por lo que el cuento girará en torno a la liberación y rescate de esta mujer prisionera. Se cuenta que hay dos formas de hacerlo. La primera es matando a la cuélebre y, la segunda, que un humano la toque con una rama de sauce, lo que rompe el encantamiento.
A pesar de que este mito pueda parecer a primera vista bastante simple, se puede jugar con el motivo por el que la Xana está encerrada para darle cierta complejidad. ¿Y si es un castigo merecido? ¿Y si al liberarla pones en peligro a alguien? O, incluso, ¿y si la Xana no quiere ser liberada? ¿Y si ha encontrado la felicidad dentro de su maldición?
Eres escritor, puedes darle mil vueltas al mito y encontrar algo interesante que contar en lugar de repetir y repetir el mismo marco que en todos los cuentos infantiles.
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Y eso es todo por hoy. Posiblemente vuelva a traeros en el futuro algo más de mitología asturiana porque me he encontrado figuras y temas muy interesantes que poder tratar en fantasía. Sin embargo, recuerda que en los comentarios puedes dejar su sugerencias.
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Gran artículo. Un placer leer sobre nuestra mitología, y más si es a través de tu estupenda pluma. La verdad es que todas esas leyendas dan mucho juego en lo literario. Saludos.
La verdad es que sí: no hace falta irse muy lejos para encontrar buenas historias. Un abrazo ^^