Hoy hablaremos del maravilloso milagro de la vida. Otra forma de llamar al hecho de tener la sensación de que te estas muriendo mientras una personita te desgarra por dentro.
Porque sí, en general, no encontramos partos en las novelas a pesar de que todos venimos de uno. Los pocos que se describen en ficción terminan resultando poco creibles, ya sea por su falta de complejidad o por el menosprecio a la mujer a la hora de tratar el tema. O bien nos encontramos con partos que se describen como un ideal femenino lleno de felicidad y regocijo o bien una experiencia dolorosa que dará a la vida a un gran héroe y, por supuesto, la mujer morirá puesto que lo importante sólo es que este personaje se sienta especial por su nacimiento.
PUES NO.
Hoy vengos a desmontaros estos estúpidos estereotipos
y enseñaros como describir un parto de verdad.
1. Qué le sucede al cuerpo de la mujer en un parto
Creo que esto lo sabemos todos, pues es algo que se enseña en la escuela. El cuerpo de la mujer, durante el embarazo, cambia, se amolda para dar cabida a un bebé. Sin embargo, parece que no entendemos que esto no es simplemente hinchar la barriga de la mujer –como quien infla globos–, sino que significa que todos los órganos internos de amoldan al nuevo inquilino.
Este video es genial para mostrar todo lo que se mueve y cambia en este proceso. Pensad que todo el proceso dura 9 meses y que la madre siente paso a paso como todo cambia. Sin hablar ya del subidón de hormonas que implica estar embarazada.
Pero, centrémonos en el parto. ¿Qué le sucede al cuerpo de la mujer al parir? Si todo va bien, a lo largo del último mes, la cabeza del bebé desciende colocándose en la pelvis para prepararse para el nacimiento. La mujer siente que el parto es inminente cuando empiezan las contracciones que es algo “maravilloso” que hace el útero para dilatar el orificio de salida y empujar al bebé fuera. Las madres primerizas pueden tardar de 8-18 horas en dilatar, mientras que el resto entre 5-12. Una vez dilatada hasta alcanzar un diámetro aceptable, toca empujar para que el bebé nazca. Podéis imaginaros lo cansada que está una mujer después de pasarse medio día dilatando entre contracciones, por lo que le queda poca fuerza para terminar de empujar. Esta última etapa, aunque la más rápida, es la que termina de dejar agotada a la madre. Sólo quedará cortar el cordón umbilical y limpiar al pequeño.
2. Cómo lo siente la madre
Siempre me he llevado la sensación de que los partos en la ficción es algo que deja totalmente de lado a la mujer como protagonita y, qué coño, creo que es una de las pocas experiencias que debemos reivindicar como protagonizadas por nosotras.
Sin embargo, el gran problema es que siempre caemos en clichés absurdos. Clichés que se oponen totalmente y ambos ajenos a la realidad: un parto como un momento de goce porque se está haciendo lo que se espera de una mujer y lo único a lo que realmente estamos capacitadas biológicamente a hacer (traer hijos al mundo) o bien una experiencia que te llevará a la muerte y hará del héroe de la historia un huérfano, escena que solo servirá para darle más fondo a este personaje.
¿Lo habéis visto? Los partos se usan como siemple telón de fondo. Pero bueno, vamos a suponer por un casual que queramos salir de esta mierda y hacer que nuestra protagonista –una mujer de verdad– traiga un bebé el mundo. Para salirnos de la rutina, vamos a relatarlo desde su punto de vista, ¿qué elementos tendremos que destacar? ¿Cómo hacer sentir al lector todo por lo que pasa el personaje durante esta experiencia?
2.1 Fatiga
Un elemento que tendrás que descatar es la fatiga. Como hemos visto en el punto anterior, una mujer puede pasarse medio dia SÓLO dilatando. Medio día, unas 12 horas, entre sudores y contracciones. Es algo que, a parte de doloroso, hace que la mujer se sienta agotada y débil.
2.2. Dolor
Obivamente, no podrás olvidarte del dolor. He hablado con muchas madres sobre partos y todas coinciden en una cosa: “Tienes la sensación de que te vas a morir, sientes que por dentro te desgarran y sólo deseas que termine de una vez”
Sin embargo, si no habéis sido madres se trata de un dolor totalmente desconocido. ¿Cómo describir algo que no has vivido? Fácil, preguntando a los que sí. Mirando por internet he encontrado esta defición que parece bastante sencilla para entender, incluso para aquellos que no padecen dolores menstruales, «Comienza como un cólico y luego sientes como si te apretaran la espalda y el área abdominal. El dolor se extiende por todos lados. No sé cómo explicarlo, solo sé que ¡es horrible!»
Mi consejo: pregunta. Seguro que conoces a un montón de madres y todas han pasado por la misma experiencia. Pregunta sin pelos en la lengua qué vivieron y cómo lo sintieron.
2.3 Aislamiento
Una de las cosas que más me sorprendieron al empezar a preguntar sobre partos a distintas madres es que todas coincidían en que estaban totalmente aisladas de lo que sucedía a su alrededor. Sus parejas bien podían estar dándole ánimos que insultándolas, que ellas ni se enteraban.
Se trata de una experiencia tan dolorosa que te aislas: sólo estás tú y tu dolor. Tú y las contracciones. Tú y las doce horas entre dolores. Tú y el maldito crio que no sale.
Por eso, eliminad escenas tiernas durante los partos. La madre no está para tonterías: lleva horas sientiendo que le desgarran por dentro y sólo desea concentrarse en ello para terminar de una vez. Incluso, al terminar, la mayoría se quedan dormidas.
3. Cómo lo siente la gente de su alrededor
Tal vez no te convence lo de describir un parto desde el punto de la madre, pero sí quieras darle una tonalidad realista a toda la experiencia. Pues bien, destaquemos ahora como ve un parto una personaje ajena a éste. Sea padre, comadrona o alguien que sólo pasaba por ahí.
3.1. Segregaciones y sangre
Un parto no es algo bonito de ver. Si te atreves, busca alguna grabación en internet. La madre no sólo segrega la habitual bolsa de agua. Sino que sangra durante todo el proceso. En algunos casos, puede defecar durante el empuje e, incluso, vomitar.
En resumidas cuentas, es una experiencia asquerosa y malolienta. Se entiende el hecho de que se reserve la entrada a la zona del parto con exclusividad a la madre y a su comadrona, puesto que es algo que suele incomodar a quien no está preparado con lo que se va a encontrar.
3.2. Sentir el dolor de la madre
En un parto, la madre no pare en silencio. Es un dolor demasiado intenso como para permanecer quietecita en silencio. Lo habitual es que grite al sentir las contracciones, incluso se llega a insultar y maldecir, tanto al padre –si se atreve a estar presente– como a los propios médicos o comodrona. Es algo muy habitual en el ser humano el desfogarse del dolor a grito pelao.
3.3. Una experiencia de larga espera
Aún narrándolo desde el punto de vista de una comadrona o médico, un parto por alguien ajeno a él es un momento de eterna espera. Todo el trabajo lo hace la mujer, quienes le asisten simplemente ayudan a que todo salga lo mejor posible, solo actúan realmente en caso de problemas. Cuando una comadrona empieza a trabajar es cuando la mujer está totalmente dilatada; antes de eso, simplemente espera.
4. Problemas en el parto
Hasta ahora, solo hemos hablado de partos idílicos en los que no suceda ningún inconveniente. Por suerte, muchos no traen demasiados problemas. Pero sí existe un riesgo muy grande a que las cosas no salgan como lo esperado. En este apartado hablaremos de los problemas más habituales y como enfocarlos en la narración.
4.1. La posibilidad de morir en el parto
Que la madre pueda morir en el parto es algo conocido pero ¿por qué? Generalmente es debido a que la mujer no sea capaz de empujar al bebé fuera o este quede atascado. En estos casos, la comadrona o médico podría intentar una cesaria para salvar alguno de los dos. Dependiendo de la época en la que escribas, esta intervención puede resultar ser más o menos peligrosa. Además, pensad que si la madre muere, la problabilidad de que sobreviva el pequeño es remota.
También puede darse el caso de dar a luz a un bebé muerto o malformado. Esto puede tener miles de causas: desde el abuso de drogas, hasta el maltrato físico. Todo es documentarse.
4.2. Cordón umbilical alrededor del cuello y venir de culo.
Estos dos problemas, diría, son los más habituales y los que más suceden. Suele pasar o bien que el niño tenga el cordón umbilicar alrededor del cuello o bien pueda venir de culo; en ambos casos el riesgo es de morir asfixiado, ya sea por el cordón umbilical o por no recibir suficiente oxigeno al nacer. En el segundo caso, se suma el riesgo a quedarse encallado, provocando no sólo su propia muerte, sino también la de su madre.
La solución, de nuevo, puede ser una cesaria. Sin embargo, si tu contexto social es más primitivo que el nuestro, la cesaria es una riego que no querrán correr. En estos casos, la comadrona tendrá que introducir sus manos –llegando incluso a introducir el brazo– para sacarle el cordón umbilical al pequeño o colocarlo de la forma adecuada.
Recordad, además, que con cada dificultad añadida aumentará la tensión de la madre, pues, a pesar de desear terminar con el parto, en la mayoría de los casos también querrá que el bebé nazca sano y en las mejores condiciones. Además, para solucionar ambos problemas se le tendrá que indicar a la madre que deja de empujar, algo que le hará actuar en contra de su instinto. Si le sumamos el hecho de que la comodrona tenga que meterle medio brazo dentro… imaginaos la incomodidad de cualquiera ante esta situación.
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Eso es todo, decir que no soy ninguna ginecóloga y es posible que me haya equivocado. No os quedéis con lo que os muestro, que no es más que una pincelada, buscar información por ahí, preguntad y documentaros: es la mejor forma de que vuestros partos suenen creibles.
A todo esto, decir que nunca he sido madre, toda esta información la he obtenido de preguntar a amigas que sí lo han sido. Y, a pesar de saber con crudeza todo lo que voy a sufrir, querré pasar por ello algún día. Y eso, amigos mios, es lo más difícil de explicar.
Contadme, ¿introduciréis partos en vuestra novela?
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¡Y seguid escribiendo!
Maravillosa entrada, soy un tío pero si fuera una tía probablemente nunca querría ser madre tras leer esto
pd: https://youtu.be/aVZUVeMtYXc
¡Hola! Pues no, no lo tengo planeado. Por el momento, los míos son adolescentes y esto les queda bastante lejos 🙂
Mientras leía, no podía evitar pensar todo el rato en Neimhaim. No sé si lo has leído, pero, al principio hay dos madres que acaban de dar a luz; el rato del parto se lo saltan y nos muestran directamente el resultado. Lo he estado releyendo para no equivocarme, pero sí, parece todo bastante orgánico, incluyendo al gato que se quiere comer la placenta y demás de la que ha tenido que parir sola en el suelo. Sin embargo, da la sensación de que solo se menciona de pasada que están cansadas, y pasan, como tú dices, a las escenas tiernas: una dando el pecho y la otra intercambiando energía con el bebé.
Y es verdad que cuando no se ha dado a luz no se sabe si esto es así de bonito o no.
Pues me viene al pelo, ya que tengo previsto un parto en el nuevo libro que estoy escribiendo y creo, aun no lo he decidido, que será de gemelos, así que más complicacion tiene la cosa. Tampoco me es necesario investigar demasiado porque tengo dos hijas.