5 sistemas mitológicos para tu novela de fantasía

En los seis pasos que debes seguir para escribir una novela, entrada que os traje la semana pasada, hablé, de forma muy genérica del worldbulding. Ese cajón maestro en el que metemos todo lo que nos sirve para darle profundidad a nuestro mundo. Puesto que, a pesar de ser sus ceradores, tenemos que imponernos ciertas reglas para llenar la obra de coherencia. Pues bien, hoy hablaremos de religión.
Todas las civilizaciones existentes, TODAS, tienen una religión, una mitología propia y unas reglas que creen que deben respetar. ¿Por qué las tuyas no iban a tener también una?
 
Os traigo cinco tipos, muy generalizados, de religiones en las que puedes basar la tuya si no sabes ni por donde empezar.
 
1. Monoteismo
Es la más sencilla y la que provoca menos quebraderos de cabeza a los autores aunque, para mi gusto, peca de simple. Hay un único dios, creador del Universo y al que todo el mundo tiene que adorar si no quiere morir fulminado -que manía tienen los dioses con fulminar a los paganos-
 
Con esta variante, solo tendrás que crearle un nombre a tu dios, las reglas que éste impone a su civilización y, por supuesto, una serie de mitos que lo relacione con la humanidad.
1.2. Maniqueismo
Se trata de una de las variantes más típicas del monoteismo: No sólo hay un dios, sino también su Archienemigo, un ser maligno que suele vestir de negro, habitar en lo más profundo del infierno y tiene por costumbre tocarle las narices a nuestro gran dios con planes malvadísimos para dominar el mundo. 
 
Esta es la versión más prototípica de religión en nuestra fantasía, porque es la más fácil, no tienes ni que inventarte nombres; pones a Dios y al Diablo y, ale, ya lo tienes todo creado. Sólo tienes que crear una paladían por cada divinidad y que se peleen a muerte por sus dioses (o que se vayan de copas y los dejen a los dos peleándose a solas, que es lo que yo haría).
 
2. Politeismo antropomórfico
 
Es la forma bonita de llamar a las mitología tipo la grecoromana o la nórdica. Civilizaciones con un gran panteón de dioses con forma humana o semihumana. En general, cada uno de ellos tiene una apariencia y un carácter muy concreto; además de tener asignado alguna función específica: el dios del vino, la de la agricultura, el de los relámpagos y el dios entre dioses -siempre hay un mandamás en todos lados-
 
Este tipo suele traer un muy amplio abanico de divinidades que puede dar mucho juego a la hora de crear Órdenes y Templos distintos, así como distintas reglas o modo de vivir la religión dependiendo de a quién se sea fiel. Personalmente, es del tipo que más me gusta, pero profundizar demasiado en esto, sin ser algo esencial para la trama, puede resultar tedioso para el lector. Así que ve con ojo.
3. Divinidades elementales
 
Esta resulta la opción más sencilla: Las diosas del Agua y de la Tierra y los dioses del Aire y del Fuego -no sé porqué pero siempre suelen tener el mismo género-. Es una buena opción para cuando vas a utilizar la religión de mero fondo. Les das un nombre y alguna característica sobre la personalidad de cada uno -para disfrazar un poco su simpleza- y puedes tener un buen marco sobre el que empezar.
 
Este tipo es más sencillo que el anterior, pues solo tienes que pensar en cuatro dioses, al mismo tiempo que puedes dotarle de cierta complejidad si trabajas bien sus personalidades.
4. Tótems
 
Este tipo de religión siempre me ha llamado mucho la atención. No se trata de adorar a la divinidad como algo ajeno a uno mismo, sino que la integran de forma preciosa con la vida cotidiana. Esto se logra dándole a cada individuo un tótem que lo representa ante el resto de espíritus de la naturaleza. Un tótem que lo defiende de las tiniebras siempre y cuando éste obedezca a los instintos que su tótem le otorga. Un personaje con el tótem de un conejo, no actúa de la misma forma que al que le acompaña el espíritu de un león. 
 
Esta religión es sencilla de crear, pues sólo necesitarás crear los mitos de su alrededor, pues cada individuo lo vivirá de una forma totalmente distinta.
 
¡Perfecto! 
Ya has elegido el tipo de religión que más se acomoda a tu historia
¿Y ahora qué?
 
Por que sí, amigo. Ahí no se termina. No se termina al crear a los dioses, por supuesto que no, tienes que especificar en qué medida la religión afecta a los mortales. Para eso, voy a darte una serie de puntos que tener en cuenta:
  • Toda religión tiene unos mitos para explicar ciertas cosas: ¿Por qué llueve?, ¿Por qué el sol se pone por la noche y sale por la mañana?, ¿Por que las mujeres sangran una vez al mes?, ¿Por qué existen las estaciones del años?, ¿Cómo se creó el mundo y la vida? y un largo etc.
  • Toda religión tiene unos personajes relevantes: El primer hombre y la primera mujer; Los paladines de los dioses; los amantes de los dioses y sus hijos, los semidioses; los enemigos de los dioses y, por tanto, del mundo que crearon; y otro largísimo etc. 
  • Por último, destacar también los regalos que los dioses hicieron a los hombres (fuego, sabiduría, magia, etc); así como las ofrendas que los hombres tienen que hacer para no enfurecerlos (mejores cosechas, mejores remados o, incluso, mejores hombres y mujeres).
 
Y hasta aquí mi entrada. No es una guía extensa, ni mucho menos, pero intento ofreceros los puntos clave que tendréis que tener en cuenta a la hora de crear vuestros propios mitos y dioses. 
 
Contadme, ¿qué sistema os gusta más?
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¡Y seguid escribiendo!

9 comentarios en “5 sistemas mitológicos para tu novela de fantasía”

  1. No sé, la verdad es que me gusta cuando las religiones que aparecen en la fantasía simplemente no tiene nada que ver con el cristianismo. Con eso me conformo, oyes.

  2. Como vengo diciendo, una entrada interesante.
    Mi sistema mitológico es una mezcla entre politeísmo antropomórfico y divinidades elementales (y los géneros de mis dioses no coinciden con los que has puesto muahahaha). Además la propia gente de mi mundo cree en todos los dioses, en dos, rezan más a uno en concreto en unas zonas, etc. Voy metiendo algunas leyendas y explicaciones (por ejemplo para el nombre de los astros) según lo va pidiendo la trama y esas cosas.
    Sin duda, el sistema mitológico se ha convertido en un pilar muy importante para mi mundo de fantasía y creo que lo estoy mimando bastante.

    Besos!

  3. Hola^^
    Como siempre, una entrada la mar de interesante y útil la verdad, muchas gracias por hacerla, estoy segura de que para gente que este escribiendo fantasía le vendrá genial.
    un besote!

  4. Ay, pues tengo proyectos con todos menos el último, ya sé que tengo que hacer. Justo en mi actual proyecto la religión cobra gran importancia y mi compañera y yo hemos tenido que sumergirnos en un mar de creación de mitos, historia, base, y millones de cosas. Es bastante divertido XD
    Un beso! ♥

  5. Me ha encantado la entrada, sobre todo lo del binoteísmo xD

    Otro ejemplo para las novelas puede ser el culto a los ancestros. Es decir, adorar a los miembros de tu propia familia fallecidos. Y no sólo porque fueran héroes o hicieran algo destacable, sino porque están muertos. Ejemplos reales son prácticamente todas las tribus animistas y los romanos. Tiene aspectos divertidos, como que implica que los funerales son muy íntimos, que los restos del pariente se suelen guardar cerca de casa, que la adoración se hace en la propia tribu o casa (nada de templos) y que insultar a un ancestro es una gran ofensa.

    Es un tipo de religión que no veo mucho en novelas de fantasía.

  6. Entiendo que desde tu ateísmo te creas inteligente y ridiculices el monoteísmo -os suele pasar a todos, tranquila-, aunque no lo entiendas y te inventes un término nuevo porque, desde tu ignorancia, consideres al archienemigo como un dios, cuando es una creación del dios; y dices que peca de simple, es fácil y no tienes que inventarte los nombres.

    Como lectora de fantasía, creadora y profesora de worldbuilding desde tu blog, no sé como todavía no has leído a Tolkien (el Silmarillion). En su mitología estaba Eru, el Único, que de su pensamiento creó a los Ainur. Uno de ellos fue Melkor quien destruía todo aquello que creaban sus hermanos a través de la música, luego corrompería a otros Ainur y surgieron los Balrogs, dragones, bla, bla,…

    En el Islam, religión monoteísta, hay tres razas creadas por Alá: los ángeles, los hombres y los djinns. En la mitología judía se encuentran los golems.

    Ya ves lo fácil y simple que es el monoteísmo. En mí worldbuilding, del monoteísmo surge el politeísmo, los elementales, Wu Xing, el sintoísmo, el animismo, el "arquetipicoísmo"… y todo tiene su por qué y explicación lógica a partir del monoteísmo.

    De nada

  7. Ni soy atea ni soy ignorante. Conozco de primera mano el cristianismo y debo recordarte que esta entrada no busca hablar sobre religiones sino sistemas de religión para una novela de fantasía.

    Independientemente de en lo que creas, las mitologías abrahámicas no dejan de ser uno de los muchos ejemplos de religiones monoteistas que se podrían emplear en literatura fantástica.

    Podríamos debatir largo y tendido sobre el origen del mal, encarnado en la figura de Satanás. Pero no es eso lo que pretendo con esta entrada. Sino, como he dejado claro, ofrecer distintos sistemas que se puedan emplear en fantasía. Es obvio que la lucha del bien y el mal, en un sistema tan simple y binario, es algo típico y muy extendido en literatura fantástica. En el caso del catolicismo o sistemas que lo imitan, tenemos la lucha eterna entre Dios y Satán, un patrón religioso claramente binario que se diferencia, en gran medida, del hebraico que es puramente monoteísta.

    En ningún momento he dicho que el monoteismo fuera la peor opción para un religión en literatura, pero sí que es la más fácil y simple. Porque lo es. Como escritor, es sencillo explicar la realidad con una sola deidad: tienes menos mitos que inventar, menos nombres y menos explicaciones que hacer. Compara los mitos griegos o egipcios con los hebraicos. Como es obvio, es algo muy general. Un sistema religioso monoteista puede ser complejo y lógico e, incluso, huir de los esquemas tan simples de la lucha contra el mal y el bien. Todo está en manos del escritor.

    Vuelve cuando quieras por aquí, pero no vuelvas a faltarme al respeto ni insultarme.

    1. ¡Y tan antigua! Creo que una de las primeras que hice para el blog antiguo

      Gracias, le queda muchísimo mejor que la palabra que me inventé xD

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