Las descripciones. Cuando empecé a escribir, una de las primeras preguntas que me planteé fue: ¿Cuánta descripción debo incluir? Muchas incitan a tu lector a pasar las páginas sin leerlas, pero con pocas no podrá sentirse sumergido en tu universo. Todo escritor debe encontrar ese equilibrio a la hora de describir para evitar llegar a ninguno de los dos extremos.
Como es algo que a mi, personalmente, me cuesta hacer; he indagado por internet buscando consejos y, hoy, os traigo el método que suelo utilizar yo para encontrar este punto medio.
1. Escribe SÓLO la acción
Cuando te enfrentes a la página en blanco, no empieces describiendo la posada en la que se encuentra tu protagonista. Limítate a escribir las acciones, cómo se va desarrollando la trama de ese capítulo.
De esta manera, evitar irte por las ramas y escribes, primero, el esqueleto de ese capítulo en concreto.
2. Descripción de lo importante
Una vez que tenemos escrita la escena, empezamos a describir lo que sea esencial describir. Es decir, las cosas que serán importantes para la trama. Por ejemplo; un anillo que más adelante delatará la identidad de un personaje, el aspecto físico de los personajes, su armamento, objetos mágicos, etc.
Así, junto a nuestro esqueleto, tendremos los órganos vitales que sirven para dar vida a nuestra historia. La trama ya estaría completa de esta forma y la historia funciona; pero necesitamos más descripción si no queremos quedarnos demasiado cortos.
3. Ambientación y contextualización
En este momento, toca describir lo que no es importante para la trama, pero si para crear el ambiente que queremos transmitir a nuestro lector: habitaciones y salones, detalles de la vestimenta de personajes de fondo, descripción de pueblos y ciudades; y un largo etc.
En este punto tenemos que tener mucho cuidado y saber diferenciar lo que es necesario describir y lo que no. Si nuestro protagonista está en una posada descansando, deberíamos describir su habitación; pero igual no es necesario destacar que la ventana está rota o que hay telarañas en el techo.
Sin embargo, hay momentos en los que sí es necesario destacar detalles sin importancia para hacer llegar al lector una sensación concreta. Por ejemplo, si nuestro protagonista, en una noche de tormenta, se refugía en la habitación de una posada; sí que podría ser interesante destacar que la ventana está rota y que el frío y el agua entra en su habitación. Es un método para acercar al lector al estado de ánimo de nuestro personaje.
Y, muy importante, no olvides que todo lo que escribimos en nuestra novela debe servir par algo. Debes tener claro para que sirve cada descripción y si consideras que alguna no sirve para absolutamente nada, igual sería mejor borrarla. Una novela no es mejor si es más larga, tenlo en cuenta.
¿Tú como haces las descripciones?
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¡Y seguid escribiendo!
Seguro que todo lo que nos estás contando te lo estás aplicando tú con tu novela y te vas a marcar un libro cojonudo, Taty. No olvides avisarnos cuando lo tengas 😀
No sabes lo bien que me viene esta entrada (como todas, la verdad XD).
Las descripciones son una cosa que asusta a todas las personas que escribe, creo yo. Hace un tiempo me puse a escribir en plan bien (nada de relatos cortos y cosas varias) y me salieron frases minúsculas (cosa que no me gustaba). Deje un tiempo de escribir ese tipo de cosas, y ahora que viene el verano espero ponerme y mejorar con las descripciones, así que muchas gracias por la entrada.
¡Un abrazo! 😀
¡Holaa! La verdad es que con las descripciones siempre tengo ese dilema. ¿Me paso o me quedo corta? Yo suelo escribir el capítulo y después volver atrás fijándome solo en lo que no he descrito y debería haber hecho. Lo que yo querría saber si estuviese leyendo el libro. De momento me funciona jajajaj
¡Buena entrada!^^ ¡Besoss!
Breve, pero esclarecedor. Nos recuerda que hay un orden de importancia que debemos seguir.
Maravilloso, esos puntos son los que sigo yo también pero siempre dicen que describo lo justo, aunque también dicen que les gusta, así que…
Buena entrada!
El truco (nada fácil) es encontrar el punto intermedio. ¡Me alegro que tus descripciones gusten a tu público!