Siempre he dicho que de cualquier novela los dos puntos más importante siempre son los personajes y el Worldbuilding. Por eso, dedico tantas entradas a hablaros sobre distintos características a la hora de crear vuestro mundo. Cualquier escritor de fantasía que se precie, al terminar su novela tendrá al lado un pilón el doble de gordo lleno de garabatos sobre economía, magia, fauna, flora, ciencia y un largo etc. sobre el mundo que ha creado. Si no lo sabes aún, entérate: el Worldbuilding ocupará un enorme espacio en tu tiempo, mucho más que lo dediques exclusivamente a escribir.
Ahora, bien. La pregunta del millón: una vez que tengo todo mi mundo hecho, ¿cómo meto toda la información en mi novela?
El primer problema de esa pregunta, es la pregunta en sí. Todo ese fajo de papeles que acabarás teniendo no va a leerlo nadie. No vas a eclosionarlo en tu novela. No estas escribiendo una enciclopedia de tu mundo, intentas entretener a tu lector y ese enorme pilón de papeles sólo conseguirán dormirlo. ¿Qué más le dará a tu lector el ritual de apareamiento de los monoardillas que asaltan a tu protagonista?
Una novela demasiado detallista saturará al lector y la convertirá en una lectura tediosa y aburrida; pero, sin embargo, una novela en la que apenas se explica el contexto, dejará al lector con un gran vacío de información, no conseguirás engancharlo a tu mundo. ¿Cómo encontrar el punto medio?
1. Céntrate en lo importante para la trama.
Si tu protagonista es un guerrero, deberás explicar los sistemas de combate, las armas que utiliza o como entiende el concepto del honor; pero será totalmente prescidible explicar qué instrumento toca su vecino o porque plantan los tomates en el techo de su casa.
Céntrate en los elementos que rodean de forma directa a tu trama y a tus personajes: ¿para qué explicar los instrumentos musicales si ninguno de tus personajes va a tocarlos?
2. Contextualiza razas y sociedades para diferenciarlas claramente entre sí.
Si quieres crear un mundo complejo con distintas razas o sociedades, muestra las diferencias entre ellas. La mejor manera para que el lector se dé cuenta de la complejidad del mundo es mostrando sus diferencias: sistemas funerarios, religiones, lenguas, sistemas de lucha, filosofías, etc.
Eso sí, si una de las razas o sociedades no va a aparecer apenas en la trama, no te explayes más de la cuenta. Recuerda y ten muy presente el punto 1.
3. No expliques, muestra.
¿De que me sirve que me digas que una sociedad es muy racista si luego no me lo muestras? No expliques tu worlbulding, muestra tu mundo en todo su apogeo. En lugar de decir que una sociedad no tiene a buen ver a los extranjeros, muestra ese desprecio. No menciones que atravesar el bosque de noche es peligroso, muéstrame el peligro. Asústame. Házmelo pasar tan mal como se supone que lo están pasando los personajes. Sumerge al lector en tu mundo, hazle formar parte de él.
4. ¿Describir una ciudad o mostrar un mapa?
Esta es una pregunta abierta que puede tener distintas respuestas. Os daré la mía. Antes de una explicación aburridísima de como se dividen las calles de una ciudad, de los puentes desde los que se pueden acceder a las edificaciones más allá del río o donde se ubican los templos sagrados; prefiero un mapa. Un mapa me mostrará visualmente todo lo que necesito para sentirme dentro de la ciudad y, más importante aún, puedo volver a él cuando me pierda. Deja ese espacio de explicación para mostrar el ambiente del lugar: la basura acumulada en una esquina, dos perros peleándose por un trozo de carne más allá, un cubo de agua cayendo de un ventana sobre tu personaje. Integra al lector en el espacio, con explicaciones como esa solo consigues que se sienta desplazado, hacerlo salir fuera.
5. Evitar descripciones enciclopédicas.
Muy relacionado con lo que acabamos de comentar. Las descripciones enciclopédicas me las tengo prohibidas. Una descripción de ese tipo no sólo espanta al lector, lo hace retroceder, le hace sacar la cabeza de tu mundo. Se siente, de nuevo, ajeno a tu historia como un simple visitante que se asoma para verlo de refilón. Tienes que conseguir que se integre, que estando sentado en su sofá pueda oler el sudor del guerrero, el perfume de la meretriz y el azufre del caldero del mago.
Y eso es todo por hoy,
¿Qué hacéis vosotros para integrar vuestro Worldbuilding a la narración?
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¡Y seguid escribiendo!
¡Hola!
Vaya… hacía un montón que no me pasaba por aquí. Casi ni recordaba este blog. ¡Menos mal que nuestro querido blogger me ha mostrado una imagen gracias a seguirlo!
Esta entrada me ha parecido súper interesante. Es totalmente cierto que encontrar un equilibrio en las descripciones de un mundo fantástico es clave para que una novela sea apasionante y te enganche. ¡Gracias por los consejos!
Un saludo imaginativo…
Patt
Hola!
Me ha parecido una entrada súper interesante, yo estoy escribiendo un libro sobre una sociedad inventada y tengo todo el tocho de la historia/cultura/religión/economía hecho pero no consigo meterlo de forma que me guste en la historia!
Gracias por tus consejos
Saludos
Buen artículo, pasaré más seguido a leer. Una observación, porque lo he visto escrito un par de veces: es Worldbuilding. Un abrazo!
Pues yo creo que has tocado los puntos clave, sí.
Quiero dejar un consejo, y es:
NUNCA INTRODUSCAS PALABRAS RARAS EN EL PRIMER CAPITULO.
Te preguntaras ¿Por que? Y les respondere con una anecdota.
Un dia me encontre un libro llamado "Darkover". Entonces decidi leerlo, y empece el primer el capitulo. Apenas lei 7 paginas, y ya me sentia mas perdido que Adam en el dia de la madre. Ademas, esas paginas se me hacian eternas y pesadisimas, apenas empeze y me saturaban con un manojo de informacion, que apenas podia procesar. Todo eso acompañado de nombres raros que era incapaz de tan solo leerlo. Pero la gota que colmo el vaso fue, el nombre de la protagonista. En serio, que necesidad hay para ponerle un nombre tan complicado como:
Fulankin Xian Grytiun Bombastun.
¿Por que ese nombre? Si es que eso se lo puede decir nombre. No lo hagan. Asi no se puede empatizar o conectar con la/el protagonista.
Si quieren un buen ejemplo de introducion de mundo. Maze Runner es lo que buscan, no digo que sea ¡EL MUNDO! de fantasia, pero la manera en la que lo introduce es muy buena, ya que te sumerge lenta y sutilmente. Te describe Vagamente su alrededor. Por que los detalles los crea el lector. Y mas adelante, cuando ya nos familiarizamos con el entorno, nos introducen conceptos y nombres raros. Pero a esta altura, sentiras que eso es introducido de manera natural y nada forzado.
Ese es uno de los pocos puntos fuertes de la saga, cierto.
Pero debo contradecirte: existen muy buenas novelas que te introducen en un mundo de fantasía sin cogerte de la mano y, aún así, terminas sumergiéndote en él. Un buen ejemplo es "La quinta estación" de NK Jemisin. Te mete en un sistema de magia y un mundo completamente nuevo hablándote en segunda persona, como si formaras parte de él. Empiezas un poco perdido, pero lo justo para crearte una gran curiosidad.
Creo que la clave no está tanto en usar palabras raras o no, si no en saber enganchar al lector.
Gracias por pasarte a comentar ^^