Al escribir fantasía, dedicamos muchísimo tiempo al worldbuilding de nuestro universo: tenemos que crear una sociedad de 0 y crear un sistema de magia coherente, sin entrar en las horas dedicadas a los personajes y al desarrollo de la trama. Seguramente las horas dedicadas al WB sobrepasen en gran medida a las dedicadas a escribir, por ello, al tener tan mano toda la información de nuestro universo, es complicado evitar el infodumping.
¿Qué qué es el infodumping? Literalmente significa «vertedero de información» y se ajusta bastante a lo que es en realidad, pues se trata de un exceso de información generalmente relacionada con el mundo que has creado. Un ejemplo claro es cuando usas un monólogo de un personaje para que te explique cómo se reproducen las algas marinas de la isla planetaria que orbita alrededor de la luna de tu mundo. A no ser que los protagonistas sean las propias algas y su reproducción sea algo vital para la novela, estás cayendo en el infodumping: una acumulación innecesaria de información que termina saturando y aburriendo a tu lector.
Pero no te preocupes, porque esto tiene solución. De hecho, hoy vamos a hablar sobre cómo trabaja N. K. Jemisin la información del mundo que ha creado, puesto que es un buen ejemplo de cómo hacerlo de maravilla.
1. Evitar el truco del personaje ignorante
Un truco manido hasta la saciedad es introducir un personaje totalmente ignorante del mundo que le rodea en la trama principal, normalmente como protagonista, para que sea más sencillo para el escritor introducir infodumping camuflado. Este es un recurso que lo usan incluso grandes escritores como Sanderson; pues Vin, la protagonista de Nacidos de la Bruma, no conoce como funciona su propia magia y tendrá que aprender, y hacernos aprender a nosotros, como actúa.
Esta técnica lo único que hace es ofrecernos todo un abanico de posibles monólogos de infodumping: desde la conversación casual con otro personaje, desde la lectura de un manuscrito o la propia intervención del narrador. Todo ello, claro está, interrumpiendo el avance de la trama. Lo único que conseguirás así será saturar al lector de información y hacer que se lleve la impresión de que la trama no avanza cómo debería.
¿Cómo evitar esta saturación de información para el lector? Si tomamos como ejemplo lo que ha hecho NK, el primer paso es no introducir ningún personaje que desconozca el sistema de magia o el mundo que le rodea. En la mayoría de los casos suena demasiado irreal y la información del narrador, sumada a la de los monólogos de explicación, termina sobre-informando a tu lector.
2. Lanzar al lector al mundo y empaparlo de él.
Pero… ¿si no usamos personajes ignorantes y evitamos los monólogos que expliquen el funcionamiento del mundo, cómo se lo mostramos al lector? NK hace algo maravilloso y es que te lanza a un mundo totalmente diferente al nuestro sin cogerte de la mano. Te lanza a él y tú debes espabilarte solo para entenderlo.
Pero no creas que esto convierte la lectura en algo pesado y difícil de entender, para nada. Muchas veces te he comentado que es mucho mejor si muestras algo a que si lo describes. Sucede exactamente lo mismo con la descripción del mundo. ¿Para qué necesitas un personaje que le explique al protagonista y a tu lector lo racistas que son en esa ciudad? ¿No es mejor ver ese desprecio en la mirada de los vecinos e, incluso, que la trama se vea afectada por ello?
Eso es justamente lo que hace NK y lo que me ha cautivado de la Quietud, el mundo donde se desarrolla su saga fantástica. Te sumerges en ella primero titubeante pues emplean expresiones («¡por el óxido!») y vocabulario («No sesapino nada») totalmente ajeno a nuestra habla. Y más interesante aún, muestran, que no describen, una sociedad que se dicta por unas leyes que no tienen nada que ver con las nuestras. Te hablan de apellidos al uso, de comus y de creche pero no llegas a entenderlo del todo bien hasta que no te empapas de la sociedad que rodea la historia que NK nos quiere contar.
3. Explicaciones subliminales y diseminadas.
Pero cuidado, porque esto no es tan fácil como coger y soltar a tu lector en mitad de la nada, puesto que podría verse abrumado porque no entiende el mundo de su alrededor o, incluso, no entiende el léxico especifico de la civilización que has creado.
Explicación tendrás que añadir, pues no toda explicación es infodumping. Recuerda, sólo todo aquello innecesario para el desarrollo de la trama o los personajes es infodumping, pues se considera que es un elemento que puede distraer o molestar al lector. Por eso, es mejor evitar la descripción de nuestra sociedad y mostrarla. Pero es inevitable dar alguna explicación para que sirva de guía al lector.
En primer lugar, estas explicaciones deben darse de forma subliminal. Es decir, debes dar la información justa para que el lector pueda comprender el significado de lo que sucede o la forma de expresarse de tus personajes. Esto puede resultar bastante confuso teorizado, por lo que tomaré un ejemplo de La quinta estación, primera parte de la trilogía de NK.
Un dato curioso que te llama la atención enseguida es que emplean el término «Padre Tierra» para maldecir. Enseguida entiendes que se trata del dios de una religión, pues es fácil hacer el símil entre «Aciaga Tierra» o «Padre Tierra» y «Dios mío» o «Por dios» pues emplean estas expresiones en lugar de las nuestras. Solo con este detalle ya te llega a ti la información de que su dios es masculino y que lo relacionan directamente con la Tierra, pero nadie ha llegado a explicártelo en ningún momento. ¿Entiendes ahora el concepto de información subliminal?
En segundo lugar, esta información debe darse de forma diseminada. En ocasiones te será imprescindible tener que dar información no tan subliminal al lector. Para ello, siempre debes jugar con diseminar esta información a lo largo de la trama argumentativa. Si el personaje no la conoce y debe hacerlo para hacer avanzar la trama, será más posible que cometas infodumping. Sin embargo, si el personaje ya conoce la información, solo tendrás que ir diseminandola para que el lector poco a poco se adecue a tu mundo y no se pierda demasiado.
Un buen ejemplo de esto es el sistema de magia de La quinta estación. Hice una entrada dedicada a ella, por lo que no entraré en demasiados detalles. NK te lanza de bruces a un mundo en el que la gente alza toros, sespina y aplaca. La primera vez que te encuentras con estas expresiones frunces el ceño sin llegar a comprender que es lo que sucede exactamente. Pero poco a poco se te va dando la información suficiente: una breve conversación por aquí, una pequeña clase magistral por allá y a una de las protagonistas describiendo cómo realiza lo que hace. No recibes una explicación magistral de lo que hace, sino que te sumergen en ella a partir de la propia experiencia de la protagonista. De una forma totalmente empírica, a través de la experiencia de las protagonistas, terminas entendiendo cómo funciona esa magia.
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Eso es todo por hoy. Espero haberte abierto el apetito por las novelas de NK Jemisin porque, de verdad, merecen mucho la pena. Recuerda: siempre aprenderás leyendo a grandes escritores y NK es una de las mejores.
Cuéntame, ¿cómo evitas el infodumping en tus escritos?
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¡Y nunca dejes de escribir!
Yo no suelo escribir historias donde el protagonista sea ajeno al mundo, sino que sea parte de él, y una de las cosas que más me cuesta es introducir el mundo cuando el personaje ya lo conocer de sobra. Y lo de las expresiones me encanta, en la historia que estoy escribiendo al principio era muy de escribir "¡Demonios!" y luego caí en la cuenta de que en ese mundo no existen los demonios.
¡Me parece curioso porque a mi me pasó lo mismo! Usaba expresiones somo "demonios" o "¡Por dios" cuando claro, ¡en ese mundo no encajarían expresiones así!
Un saludo y gracias por pasarte a comentar ^^
Yo no se si acabo de cometer un infosomping o no. Pues en un capitulo que escribí, mi protagonista, que literalmente es de otro mundo, conoce a otra persona del mundo en donde renació y este le empieza a contar cosas de este.
¿Alguien pude ayudarme?
Buenas! Con solo esa información, creo que la respuesta es sí. Cuidado con aprovechar esas situaciones para explicar demasiado. De todas formas, ¡recuerda pasar siempre tu novela a buenos lectores beta que puedan detectarte estos errores!