Este mes lo estamos dedicando a Mayte Navales por el #UnAñoDeAutoras. A través de su novela, hemos hablado de brujas, brujas medievales y brujas griegas, pero hay muchos aspectos a destacar de su obra que pueden ayudarnos a nosotros, como escritores novatos, con nuestras historias. Uno de los que me han resultado más llamativos es cómo usa el erotismo y el sexo para ayudar a definir a los personajes.
El sexo en La última bruja de Mayte Navales es un elemento con una gran utilidad. Por un lado, hablaremos sobre cómo emplear el sexo para describir a los personajes y las relaciones entre ellos; pero también para hacer avanzar la trama.
1. ¿Las escenas de sexo son realmente necesarias?
Antes de introducir una escena de sexo en tu borrador deberías preguntarte si esa escena realmente ayuda en algo a tu historia. A grandes rasgos, podemos determinar que el sexo puede tener tres usos fundamentales:
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La utilidad del sexo en la trama: el sexo es parte de la trama y ayuda a hacerla avanzar. En otras palabras; si quitaras la escena, la trama cojearía o perdería el significado. En La última bruja hay una escena que ilustra muy bien esto, pero contártela sería spoilearte parte de su sistema de magia.
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La utilidad del sexo para describir a los personajes: suele ser el uso más común, sirve para ayudar a terminar de trazar la personalidad o a hacer avanzar la relación entre dos o más personajes. En este tipo de escenas, prima las emociones y el estado de ánimo de los personajes, por lo que nos recrearemos más en los sentimientos que en la descripción física.
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La utilidad del sexo para describir la ambientación: uno de los usos que más me desagradan. Se trata del sexo como decorado y se centra en exclusiva en crear una determinada ambientación de la escena. Sobra decir que la mayoría de estas escenas en fantasía se basan en la objetivización de la mujer y en el disfrute masculino. Por eso tiendo a evitarlas, igual que las ha evitado Mayte en su novela.
2. Tipos de escenas sexuales y TIPS para trabajarlas
No todas las relaciones sexuales son iguales y será especialmente interesante saber jugar entre la utilidad que se le quiere dar con el tipo de escena de la que se trata.
Para que no queda ninguna duda (por si hay algún despistado que no suele leerme mi Twitter), estoy hablando de relaciones sexuales sin especificar el género de los participantes, pues en esta entrada en concreto no me parece relevante. Recuerda que ya hablamos en una entrada anterior de la importancia de saber trabajar a un personaje LGTB de forma adecuada. Además, a pesar de que en todo momento estoy hablando de parejas sexuales, recuerda que existe la poligamia y las relaciones sexuales con más de dos participantes.
Pero vayamos al lío. ¿Con qué tipos de escenas de sexo podemos jugar en nuestras historias?
Primera vez / Pareja sexual usual.
Lo primero que tenemos que tener claro es que no puede trabajarse de la misma forma una escena en la que dos personajes se encuentran sexualmente por primera vez que otra en la que son una pareja sexual habitual. Del mismo modo, no será lo mismo una escena trabajada desde un personaje que está iniciándose en el sexo que alguien con más experiencia.
Puede resultar interesante trabajar con las primeras veces, es una primera experiencia con la que cualquiera se adentra con miedo y fascinación a parte iguales. Pero también es interesante trabajar una escena sexual en la que los participantes se conocen y ya han mantenido relaciones entre ellos. En esta segunda suposición, la curiosidad se cambia por la confianza y una relación más sólida sexualmente hablando.
Disfrute del sexo / Sexo por obligación
Tampoco puede trabajarse de la misma forma una escena sexual en el que ambas partes están disfrutando de la experiencia que otra en la que el sexo se da por obligación. ¡Ojo! Tener sexo con alguien por obligación debe considerarse abuso sexual e, incluso, violación. Pero en este caso concreto estoy pensando en una obligación gubernativa en el que ambas partes sienten esta obligación de mantener relaciones sexuales. Pienso, por ejemplo, en las relaciones sexo-afectivas que se imponen en 1984 de Orwell o en una de las relaciones sexuales que aparecen en La quinta estación de mi autora del mes anterior, N. K. Jemisin. Es interesante resaltar las diferencias de ambos tipos de relaciones sexuales si, como realiza N. K., se contrastan en la propia novela una relación por obligación y otra por placer.
Sexo por el sexo / Sexo en busca de amor
Otro aspecto que también tendrás que considerar es el afán del personaje con relación a esa escena sexual concreta. ¿Es un personaje que simplemente busca el placer por el sexo o desea establecer una relación afectivo-amorosa con su pareja sexual? La primera opción te hará centrarte especialmente en las sensaciones del personaje pero la segunda, además, te ayudará a trabajar también las emociones y los sentimientos.
Sexo acompañado / Sexo en solitario
Masturbarse a uno mismo también es sexo y pocos autores deciden incluir este tipo de escenas en sus novelas. No solo se trata de un desahogo sexual, sino que con una escena de este tipo puedes jugar muchísimo con la autoestima del personaje y el saber quererse y darse placer. Del mismo modo, también puedes jugar con la cara opuesta y trabajar el tabú de la masturbación desde la propia experiencia de un determinado personaje.
Sexo consentido / Violación
Y llegamos a la «estrella» de las escenas de sexo. Muchos autores tienden a incluir escenas de violencia sexual para darle profundidad a un personaje femenino. Evítalo. Las mujeres somos más que una presa sexual. Si deseas crear un trauma en tu personaje principal, piénsalo siendo hombre: ¿incluirías en ese protagonista masculino una violación que le afecte durante toda la trama? ¿Verdad que no? Pues con una mujer tampoco. Estas escenas pueden dar mucho juego, pero debes saber trabajarlas bien para evitar caer en el cliché pero, sobre todo, para evitar caer en la constante sexualización en la que estamos sometidas.
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Y justamente en eso Mayte Navales es tan rompedora con el sexo en La última bruja. El sexo forma parte de la vida de Irati, su protagonista, pero se trabaja desde una perspectiva emancipadora y liberadora. Ella siempre escoge: ella decide cómo, dónde y con quién.
¿Tienes pensado incluir escenas de sexo en tu novela?
¿En qué categoría se englobarían?
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