El Worldbuilding. Ese elemento aterrador para todo escritor. Esas horas y horas definiendo cosas nimias que apenas saldrán en la novela: sistema monetario, religiones, acentos, jergas y un interminable etc. Esa eterna investigación de un mundo que, aún, no ha sido creado.
Es normal que muchos se pregunten: ¿puedo, de alguna forma, saltarme todo eso? ¿No sería mejor opción utilizar un marco histórico? Muchos creen que recurrir a un marco histórico te quita mucho trabajo de encima pero… ¿es eso cierto?
Hoy, anilizaremos los pros y las contras de cada tipo de marco que podemos emplear para nuestras novelas.
1. Marco de ficción.
Inventar de 0 todo un mundo. Te da un libertad absoluta a la hora de crear cosas inimaginables en nuestro mundo. Como, por ejemplo, sistemas de gobierno inpensables para nosotros, distintas razas o etnias e, incluso, una geografía distinta.
Es el marco perfecto para novelas de fantasía porque te deja libre para poder innovar e inventar todo ese mundo en el que nuestros personajes cogerán forma.
Sin embargo, la pega es que tiene un laborioso trabajo detrás. Debes inventar absolutamente todo acerca de ese mundo. Para muchos escritores esto no es más que un plus más para desarrollar una idea, pero es cierto que para muchos esto termina siendo algo tedioso.
2. Marco histórico.
Utilizar un marco histórico para desarrollar una historia que o bien fue real o podría haberlo sido perfectamente. Se trata de un marco que te viene ya creado y que el autor simplemente acomoda a su historia.
Sin embargo, no es tan sencillo como lo acabo de exponer. Igual que en el punto anterior, deberás investigar mil detalles para poder dar credibilidad y autenticidad a tu marco histórico: sistemas monetarios, sistema de gobierno, personajes históricos y un largo etc.
Otro punto en contra es que la Historia es inamovible, por lo que te deja poco margen a la innovación. No puedes escribir una novela en la que Isabel la Católica asesinara a su marido para poder dominar toda España. Mentira. Puedes hacerlo, pero no estarás empleando un marco histórico.
Escribir una novela histórica ata tus alas de escritor dejándote, la mayor parte del tiempo, en tierra. Por eso, es muy habitual que escritores que se sientan fascinados por la historia empleen el siguiente tipo de marco.
3. Marco histórico con elementos ficcionales
En la vida no todo es blanco o negro, tampoco vivimos en una escala de grises. La vida y, con ella, la creación literaria, es un estallido de color. Y es por eso que este tercer tipo de marco es tan habitual encontrarlo. Se trata de partir de una base histórica pero, al mismo tiempo, introducirle elementos ficcionales. Os pongo un ejemplo: En los alrededores de la antigua Roma, un cónsul, en una exploración, descubre una espada capaz de cortar cualquier cosa pero que, al tomarla por la empuñadura, le susurra palabras dentro de la cabeza.
¿Qué grandes pros tiene este tipo de marco? Convergen, en él, los pros de ambos tipos: te da libertad para innovar e inventar mil tramas en nuestro mundo pero, al mismo tiempo, necesita una base histórica donde trabajar. De una forma bastante curiosa, introduces elementos ficcionales dentro de la historia, que es algo que llama mucho la atención.
¿Contras? Igual que ambas, tiene mucho trabajo detrás, pues debes investigar la parte histórica e inventar la parte ficcional.
En definitiva, todo marco tiene una gran currada detrás, eso es algo que nadie nos va a poder evitar. Sabiendo esto de antemano,
¿qué tipo de marco te atrae más?
Como siempre, os recuerdo que podéis suscribiros a mi newsletter, donde mensualmente os resumiré mis entradas y podréis acceder a material que diseñe especialmente para vosotros ^^
¡Y seguid escribiendo!
Hola, Taty:
Más que el esfuerzo que necesita (porque los dos necesitan mucho; anda que no hay obras históricas con mil gazapos), yo me inclinaría a pensar que la elección entre marco histórico o marco de ficción tiene que deberse a con qué te sientas tú más cómodo. Es decir, si eres una persona con muchísima imaginación, a la que le encanta innovar, probablemente elijas el de ficción, pero si eres una persona a la que te gusta la investigación y el descubrimiento, seguramente te inclines por la historia. El marco histórico con elementos ficcionales te da la posibilidad de alternar las dos cosas. Y, por supuesto, también depende de lo que te pida la historia que quieres contar. Pero no creo que sea tanto una cuestión de esfuerzo, ya que los detalles hay que currárselos igual, ¿no? (a menos que ya seas historiador y ya tengas parte del trabajo hecho XD) ¡Muy interesante la entrada!
Un saludo imaginativo…
Patt
Sin duda prefiero el marco de ficción, me da más hueco a la creatividad. Tengo pensado en el futuro escribir en un marco histórico pero me da bastante miedo no saber investigar lo suficiente, por eso lo he dejado para más adelante.