¿Te has parado a pensar alguna vez qué es lo que te hacer ser quién eres? Ya hemos hablado en otra entrada de la importancia de que nuestros personajes tengan una mochila sobre sus hombros que trasporté todas sus experiencias pasadas y que estas les afecten en su día a día. Sin embargo… ¿qué pasaría si uno de nuestros personajes la perdiera?
1. La amnesia y una irrefrenable búsqueda del yo
Muchas historias emplean la amnesia como eje central de sus tramas, siendo el tema principal de estas la búsqueda del yo. De hecho, se trata de un recurso muy interesante con el que poder trabajar mucho mejor nuestros personajes principales. Imagina una historia que se inicia con un o una protagonista que no recuerda quién es o que solo recuerda una versión antigua de su historia. Observará su universo con sorpresa, sin saber muy bien qué lugar ocupa en él. Pero, más importante aún, se preguntará quién es.
Esta es una pregunta importantísima, pues todos nos la hemos hecho alguna vez. Entendernos, conocernos internamente y poder ser conscientes de nuestra personalidad es algo que llevamos intentando averiguar desde nuestra adolescencia. Las tramas que parten con un personaje amnésico tratan una de las incógnitas universales de forma literal: ¿quién soy? ¿por qué soy así? ¿qué me llevó a tomar esa decisión?
Pero, en el marco de la ficción y de la narrativa, nos permite muchas más cosas que reflexionar alrededor de estas preguntas: nos ofrece un eje narrativo que poder explotar. Ante un personaje con amnesia podemos decantarnos por dos formas de trabajar:
- La trama se desenvuelve mientras, de forma paralela, el o la protagonista va descubriendo quién es.
- La trama se desenvuelve PORQUE el o la protagonista va descubriendo quién es.
Y, entre ambas, hay una diferencia fundamental.
2. La búsqueda de uno mismo como eje central de una novela
En un artículo anterior, ya hablamos sobre la importancia de saber desarrollar correctamente el tema principal de nuestra novela. En el caso que tratamos actualmente, estamos centrándonos en que el personaje se descubra a sí mismo: debe acabar siendo capaz de entender la decisiones que tomó y cómo su vida se ha desencadenado de la manera en que lo ha hecho.
De esta forma, nos encontramos ante una novela de carácter introspectivo. Pero podemos llevarlo mucho más allá: podemos convertir esta búsqueda de uno mismo como el eje central de la trama de nuestra novela. ¿Y si convertimos al villano en nuestro protagonista con amnesia? ¿Y si sin sus recuerdos es incapaz de entender lo que ha hecho? ¿Y si, de hecho, se ha autoimpuesto la amnesia para poder lograr un objetivo concreto?
Podemos jugar muchísimo con este concepto y poder trazar la trama a través de un entresijo de recuerdos y olvidos que ayuden a nuestro personaje a entenderse a sí mismo y a sus acciones. De hecho, si decides narrarlo todo desde el punto de vista del protagonista con amnesia puedes usar también un narrador poco fiable.
3. La amnesia creadora de dos yoes.
Otro aspecto muy interesante a la hora de trazar novelas con personajes amnésicos es el hecho de jugar con sus recuerdos y sus experiencias olvidadas para crear nuevos personajes dentro de uno mismo.
Creo que podemos afirmar con cierta rotundidad que lo que nos hace ser quiénes somos es nuestra experiencia. Nuestra personalidad se forma alrededor de todas las decisiones tomadas, de nuestras relaciones sociales y de nuestras interacciones con el medio social en que vivimos. Sin embargo, si estas conexiones desaparecen, perdemos nuestra personalidad: creamos a un otro yo.
Esto, de hecho, tiene mucha relación con un tipo de amnesia concreta: la retrógrada. A diferencia de la conocida como anterógrada, se trata del olvido de todo lo sucedido antes del comienzo del trastorno. Es decir, simplificándolo muchísimo: el personaje se formatea y queda en blanco. Es una nueva persona dentro de la vida de otra. Debe formar de nuevo su personalidad y deberá decidir si desea recuperar su vida anterior o, por el contrario, acabar formando una nueva. Bajo estos parámetros, la amnesia puede considerarse un nuevo nacimiento.
4. La contraposición entre la vida anterior y la nueva personalidad
Teniendo en cuenta todo lo anterior, trazar nuestra historia con el eje puesto en la amnesia de nuestro protagonista provoca que se enfrenten dos realidades: su nueva personalidad y la vida anterior que ha vivido.
Nuestro protagonista se sentirá fuera de lugar en la vida en la que se ha despertado. No entenderá qué hace en ella, cuál es su objetivo ni qué decisiones le llevaron a dónde se encuentra. Esto le hará sentirse fuera de lugar y le motivará a moverse: sea para encontrar a su yo anterior o encontrar a su verdadero yo. Especialmente si iniciamos nuestra historia in media res, con la trama ya iniciada, nuestro personaje tendrá que aprender a tomar decisiones rápidas a pesar de no entender muy bien dónde se encuentra.
Todo ello nos ayudará a aumentar la confusión de nuestro personaje y llamar la atención de los lectores, pero también nos sirve para contrastar su vida anterior con la nueva personalidad que está naciendo a partir de las nuevas decisiones que va tomando. Es especialmente interesante dar voz a otros personajes que puedan servir de ancla a una vida que ya no le pertenece. ¿Por qué escogió a esta pareja en concreto? ¿Qué le hizo enamorarse? ¿Debe escuchar a su yo anterior o buscar lo que realmente quiere su yo actual?
Se trata pues, como hemos dicho más arriba, de una de las tramas y ejes principales que reflejan muy bien nuestro desarrollo como personas y de nuestro crecimiento personal. Si usamos todas las herramientas a nuestro alcance, podemos desarrollar personajes y tramas muy interesantes en las que el conocimiento de uno mismo se convierta en el eje central de la trama y esto pueda ayudarnos también a entendernos a nosotros mismos.
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Y eso es todo por hoy. Si te interesa el tema de la amnesia como tema central en ficción, te recomiendo ver la película de Memento o leer Las estrellas son legión de Kameron Hurley.
Cuéntame, ¿qué otras historias conoces que centren la trama en la amnesia de sus personajes?
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