Hace mucho os comentaba que era muy importante, para llamar la atención de nuestros lectores potenciales, alejarse de lo ordinario. En fantasía, lo ordinario es la ambientación en un Medievo europeo. Por eso, debemos ser capaces de innovar y ofrecer a nuestro público una ambientación diferente. Y eso es justamente lo que hace Concepción Perea en «La corte de los espejos». Emplea algunos elementos del género steampunk reinventándolo y mezclándolo con la magia más fantástica.
1. ¿Qué es el género steampunk?
Ya le dediqué unas líneas a este género en la entrada sobre cómo crear fantasía fuera del medievo pero hoy vamos a definirlo mejor. En términos generales, se podría definir el género cómo una ambientación centrada en la época victoriana, y generalmente en el propio Londres, donde impera la tecnología a vapor. El género, además, incorpora elementos de la ciencia-ficción y la fantasía y resulta habitual muestras anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas desde una perspectiva victoriana. Para vayamos a centrarnos mejor en los detalles.
Por un lado, el steampunk se define como ucrónico; es decir, el género se centra en suponer realidades en las que la civilización ha tomado un camino científico diferente al actual, reemplazando la electrónica y los modelos combustibles por la tecnología del vapor y la combustión del carbón. Por esto mismo, en este género suele situarse la s ociedad en un positivismo depositado en pos de la ciencia y la tecnología, haciendo que la sociedad conceda una vida cómoda y emocionante aquellos dedicados a la ciencia. No se llega a una visión de control o decadencia propia del género distópico.
De esta forma, en las historias inspiradas por el steampunk se suele mostrar una visión positivista frente a la tecnología llegando a ser utópicas y optimistas, donde los problemas de esa época (superpoblación, pobreza, desempleo o racismo) conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor.
En este punto, llegamos a una entrecruzada entre el steampunk histórico y el fantástico. Originariamente, como hemos visto, este género se centra en crear una hipótesis sobre cómo habría avanzado nuestra sociedad y nuestra tecnología, logrando una obra ucrónica; el steampunk histórico, por lo tanto, se centrará en crear una base histórica reconocible que se haya visto alterada por el avance de la ciencia. En su vertiente fantástica, en cambio, al género le salen alas y los autores empiezan a crear obras con las características propias del género ambientadas en mundo de fantasía, llegando incluso a entrecruzarse con la magia.
2. El género steampunk en «La corte de los espejos»
Concepción Perea, en su obra, emplea un steampunk catalogado como fantástico pues todo transcurre en TierraLinde, lugar habitado por hadas y en donde los cuentos de humanos son viejas leyendas en las que solo creen los más crédulos.
La influencia de este género no se ve de forma generalizada, sino en la labor de los knokers, una raza de inventores, a la que pertenece la protagonista, Nicasia. A lo largo de toda la novela, iremos viendo muestras de los inventos más alocados y extravagantes, todos siguiendo un esquema y una estética propia del género de steampunk. Pero estos inventos, al mismo tiempo que se basan en una tecnología concreta, serán entrelazados con la magia imperante en TierraLinde.
Y es que es esto lo que dota de gran originalidad a la obra pues vemos como la ciencia se entrelaza con la magia, algo tan común en ese mundo como para nosotros la electricidad. Y veremos cómo Nicasia se aprovecha de dos grandes saberes para crear verdaderas obras de ingeniería.
3. La magia en TierraLinde como decorado de la vida de los personajes
Yo no me atrevería a clasificar esta obra como perteneciente al género steampunk porque, como hemos visto, la magia forma parte de la vida cotidiana de todo ser y, debido a esto, no se ofrece la visión característica del científico como alguien respetado en la sociedad. A Nicasia la consideran un hada medio chiflada que inventa artilugios cada días más peligrosos.
Pero la gracia de esta obra es que la magia es la forma natural de relacionarse con el entorno y, aún así, la ciencia avanza de su mano. Lo primero que me llamó la atención de la obra fue la idea de que los humanos son seres mitológicos, propios de los cuentos; y la segunda fue el uso de la magia que los habitantes de TierraLinde emplean.
Ya analizamos las leyes de la magia de Sanderson y en ella clasifica la magia en dos tipos: blanda o dura. Siendo la última la preferida de Sanderson, pues le da una explicación lógica a algo tan ilógico como la magia. A mí, personalmente, siempre me ha gustado más la magia dura pero con esta obra he descubierto el potencial que realmente tiene la magia blanda, si se sabe trabajar bien.
En TierraLinde nadie se sorprende al ver algo levitar, pero miran extrañados un paquete de cigarrillos. La magia forma parte del worlbuilding de la obra, no cómo un sistema de magia claro y definido, sino como parte de la sociedad y de la forma de vivir de las hadas de ese universo. De esta forma, la magia se trabaja en la obra como decorado de la vida diaria y cotidiana de las hadas. La magia es tan común en ellos como lo es para nosotros la electricidad. Nadie se espanta al ver una lámpara encenderse en la Tierra del mismo modo que en TierraLinde encender una hoguera con un hechizo es lo más normal del mundo.
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Y eso es todo por hoy. Con todo esto quiero decir que la magia puede trabajarse de formas muy diferentes y que el steampunk no está reñido con ella. En esta obra he visto una fusión de dos formas diferentes de entender la fantasía que me hecho revisar mi propia forma de entenderla para dar cabida a nuevas historias que podrían ser escritas.
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