Una de los elementos que más me enganchó a «La quinta estación» es como empieza: es una narración caótica en la que no terminas de entender qué está ocurriendo; pero tiene una clara explicación, una de la protagonistas acaba de descubrir el cadáver de su hijo y está en estado de shock. La forma de tratar este bloqueo emocional por parte de la pluma de N. K. es brillante y, por ello, quiero dedicar esta entrada a estudiar este fenómeno.
Todos hemos oído hablar del estado de shock pues es algo que nos suena de haberlo escuchado en películas o series, pero ¿qué es realmente? ¿Qué es lo que sucede en la persona para reaccionar de esa forma? En la entrada de hoy, hablaremos de este fenómeno y te dejaré algunos consejos, extraídos de la propia novela, para saber lograr un buen efecto en tus historias.
1. ¿Qué es el estado de shock?
El estado de shock es una reacción emocional y fisiológica de gran intensidad que se produce ante situaciones de gran estrés y/o traumáticas que acaban de suceder o que aún no han sido asimilados o procesados. Las causas más habituales que producen esta reacción emocional son la muerte de un ser querido, ser testigo de un asesinato o un crimen violento, sufrir una violación, un accidente o, incluso, la pérdida de facultades físicas o psíquicas.
Hasta aquí creo que era información fácil de recoger de todo lo que vemos en la televisión y el cine pero, vayamos a algo más interesante para escritores como nosotros: ¿qué efectos produce padecer un estado de shock? Lo primero que tienes que tener claro es que no se trata de una patología, sino que es un efecto normal que puede padecer cualquier persona en una situación traumática. Del mismo modo, cada persona reaccionará de una forma muy diferente. Entre los efectos más habituales, pueden darse la ansiedad, la pérdida de la consciencia, síntomas disociativos, rabia, ira, llanto, risas nerviosas, temblores e, incluso, completa indiferencia y falta de reacción.
El síntoma que da más juego, y que es con el que juega N. K. Jemisin, es la disociación. Estos síntomas se dividen entre cuatro grandes grupos: amnesia, despersonalización, desrealización, confusión de identidad y alteración de identidad. Esto provoca que la persona que esté padeciéndolo perciba la realidad disociada, como algo que no le sucede a él realmente y que, por lo tanto, no sea capaz de asimilarlo.
Es interesante resaltar que el estado de shock también puede darse en situaciones positivas. En ambos casos, el desencadenante debe ser totalmente inesperado y tiene que percibirse como fuera del control y de la decisión del sujeto y, además, llevar consigo una gran carga emocional. En el caso de ser una situación positiva, sería una situación de gran alegría como, por ejemplo, un ascenso o ganar la lotería. Mientras que las situaciones negativas se centrarían, sobre todo, en la impotencia del sujeto para solucionarlo o evitarlo.
Otro aspecto interesante a tener en cuenta es la duración de este estado. Lo más habitual es que se termine superando de entre unos minutos a unos días. El sujeto va asimilando poco a poco lo que ha sucedido y el estado de shock pasa a convertirse en otra cosa como, por ejemplo, el duelo ante la pérdida de alguien. Lo habitual es que se evolucione en dos fases: una primera fase de negación y una segunda en la que, poco a poco, se empieza asimilar los hechos.
Sin embargo, no siempre se procesa tan rápido. Si se superan los tres meses después del incidente, hablaríamos de estrés post-traumático que es algo mucho más complejo y difícil de superar.
2. Cómo trabajar el estado de shock en uno de tus personajes
Lo primero que tienes que saber si quieres someter a uno de tus personajes en un estado de shock es que no todo el mundo reacciona igual ante una situación de gran estrés. De hecho, no todas las situaciones provocarán un estado de shock, sino que es algo que se centra totalmente en la experiencia y en lo vivido por parte del sujeto.
Primer punto: escoge bien tu desencadenante
Por ello, lo primero que tienes que hacer es escoger un desencadenante afín a tu personaje. Un veterano de guerra no entrará en estado de shock al ver morir a alguien en combate, será una experiencia que habrá vivido a lo largo de su vida militar y, por lo tanto, le será más fácil de asimilar. Es más, en una batalla lo más predecible es que alguno de tus compañeros muera, incluso para un guerrero no tan curtido.
¿Qué desencadenante emplea N. K. Jemisin? Una madre llega a casa, como cada día, y encuentra en el suelo el cadáver de su hijo menor. Es algo totalmente inesperado, pues rompe por completo su rutina diaria. Es una situación sobre la que ella pierde todo poder de control y/o decisión. Se cumplen ambos requisitos mencionados más arriba.
Segundo punto: escoge una reacción afín a tu personaje
Si bien es cierto que en un estado de shock las reacciones de los sujetos pueden ser de lo más variopintos, debe ajustarse a cómo es tu personaje. Como es de verdad. Tal vez una persona ruda, en una situación así se desmorone y llore todo lo que ha reprimido; tal vez una persona cándida y tranquila entre en un estado de furia; pero debes saber escoger bien la reacción para saber mostrar mejor el interior de tus personajes.
La protagonista de N. K. Jemisin reacciona de forma disociativa porque tiene unas respuesta automática ante hechos que puedan perturbarla (explicarte porqué sería un spoiler); sin embargo, el no lograr entender qué ha sucedido, no saber describir qué es lo que tenía en sus manos o, incluso, preguntarse dónde está su hijo justo después de abrazar su cadáver, es una reacción que pone los pelos de punta a cualquiera.
Como escritor, resulta interesante saber jugar con este punto pues puedes lograr que el lector empatice muy bien con el personaje. Debes dotarlo de una reacción humana natural para que pueda ser percibido como tal.
Tercer punto: superación (o no) del estado de shock
Como hemos mencionado en el primer punto, lo habitual es que tu personaje asimile lo ocurrido en los días siguientes. Por ello, necesitarás mostrar toda la evolución en su forma de percibir la realidad pues, poco a poco, entenderá lo que le ha ocurrido y empezará a aceptarlo como real. Aún le quedará camino por andar para superar lo sucedido, pero no estará en ese estado de shock inicial durante demasiado tiempo.
En el caso de N. K. Jemisin, la protagonista va procesando poco a poco lo sucedido. Mientras que las primeras páginas son totalmente caóticas, pues bailan de un pensamiento a otro, poco a poco va centrándose su atención y entendiendo qué es lo que ha sucedido. No supera la muerte de su hijo, pues debe pasar por todo el proceso del duelo, pero empieza a entender y asimilar lo ocurrido.
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Y eso es todo por hoy. Recuerda que para crear personajes redondos primero tienes que fijarte en las personas de su alrededor para poder imitarlas y dotar de vida a tus personajes. N. K. Jemisin ha sabido hacerlo con maestría.
Cuéntame, ¿has descrito algún personaje en un estado de shock?
¡Y nunca dejes de escribir!
Buenas tardes
No he llegado a describir nunca estados de shock. Lo que sí hice fue narrar desde el punto de vista de alguien que ha sufrido una conmoción cerebral leve. Intenté plasmar la confusión, la lentitud de reflejos, dificultad para tomar decisiones…
Un saludo.
Oh, ¡qué chulo! Es muy interesante hacer descripciones desde puntos de vista distorsionados, sea por el motivo que sea ^^
¡Un abrazo!