Los personajes son, sin lugar a dudas, lo más importante de toda novela. Para mi, incluso, son más importantes que la propia trama. Por eso le dedicamos tantos espacios en esta web sobre cómo crearlos correctamente. Pero me he dado cuenta de que no le habíamos dedicado ninguna entrada a lo más importante de toda novela: su protagonista. Por eso, hoy traigo una entrada un poco extraña en la que haré un pequeño compendio de consejos ya dado a lo largo de toda la vivencia de esta web y los adaptaré al caso concreto del protagonista de la historia.
1. Darle profundidad al personaje
Algo básico para crear un buen protagonista es hacerlo redondo. Para ello, debes de darle profundidad a su personalidad, a sus reacciones y a su forma de actuar. Una forma fácil, pero muy efectiva, es jugar con sus objetivos para cargarlo de profundidad.
Dediqué toda una entrada para hablar de ello, así que voy a resumírtelo rápidamente. La idea es jugar con el código de honor del personaje para someterlo a una encrucijada donde, escoja el camino que escoja, acabará roto. Un ejemplo fácil es un héroe que debe elegir salvar a su hijo de una muerte horrible o cumplir su misión. Haga lo que haga, quedará roto y cambiará.
Este cambio es lo que nos puede ofrecer un protagonista redondo. Incluso podemos jugar con que esta decisión se haya tomado justo al empezar la trama, para cargar la obra de su evolución personal.
2. Convertirlo en el eje de obstáculos y conflictos
Otro aspecto interesante a tener en cuenta si quieres crear una novela donde tu personaje protagonista sea el eje de la novela, es convertirlo en el ejecutor de la trama. Es decir, debe ser tu protagonista el que la haga avanzar, en lugar de verse arrastrado por ella. Soy consciente de que este es un consejo muy subjetivo, así que solo aplícalo si en tu historia encaja bien.
Si nuestro personaje es quien ejecuta toda la acción, debes trabajar muy bien su toma de decisiones. Debes tener muy claro cómo es y qué límites está dispuesto a traspasar y cuales no. Esto nos liga muy bien con el punto anterior, puesto que traspasar un límite nos puede facilitar el hecho de que sea más propenso a volverlo a traspasar. Un personaje que ya ha matado una vez, puede repetirlo sin tantos remordimientos.
Para tener clara la personalidad de tu protagonista, será imprescindible que tengas una buena ficha de personaje, donde poder cubrir todos las aspectos que necesites para darle vida.
3. Crear buenas dinámicas con otros personajes
Tu protagonista se relacionará con otros personajes y, para ello, necesitas saber crear buenas dinámicas de personajes que te ayuden a explicar bien cómo es tu protagonista. Piensa, además, que una buena dinámica entre personajes puede ayudar a hacer cambiar a tu protagonista, para bien o para mal. Sirve tanto como para trabajar la relación con el antagonista como con un posible romance.
Piensa, además, que si quieres incluir un romance en escena, debes hacerlo bien. No debe quedar forzado y debe siempre explicarse a través de la forma de ser y actuar del protagonista y su amante. De todas formas, piensa que una novela de fantasía puede funcionar igual de bien sin ningún romance: no fuerces la historia, si no la necesita.
4. Dotarle de una voz narrativa propia y características llamativas
Tu protagonista debe llamar la atención del lector, debe ser recordado. Debe ser llamativo, pero, cuidado, evita caer en clichés. No estoy hablando de características físicas, sino más bien conductuales o de personalidad. Intenta crear algo único, un personaje que podría estar vivo.
Para ello, es muy importante que seas capaz de darle una voz narrativa propia. Esto es muy fácil de decir, pero muy difícil de hacer. Es normal que a la primera no termines de conseguirlo, pero no desesperes que poco a poco irás aprendiendo.
5. Lograr que el lector empatice con tu personaje
Por último, pero no menos importante, debes conseguir que el lector empatice con tu protagonista. Debes hacer que la causa que persigue, su objetivo o luchar vital, sea comprensible para el lector y pueda, incluso, estar de acuerdo con ella.
Para evitar que el lector se aleje de tu personaje es importante que lo trabajes a un ritmo adecuado de tal forma que el lector quede enganchado en la trama y a la situación del personaje. Un truco fácil para ayudar a a que el lector empatice es trabajar con temas de interés actual o sobre problemas de nuestra propia sociedad. Esto te ayudará también a marcarte un público objectivo claro y enfocar la trama y su protagonista hacia él.
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Y esto es todo por hoy. Recuerda que cada novela es única y que los consejos que te regalo hoy pueden ser aptos para tu actual proyecto, o podría estar totalmente equivocada. Sea como fuere, espero haberte dado algunas ideas interesantes para mejorar tus protagonistas.
Cuéntame, ¿qué tipo de personaje tienes como protagonista?
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Si mi protagonista es un dios que le enseña cosas a los humanos: ¿Cómo hago para «convertirlo en el eje de obstáculos y conflictos»?
Fácil, tienes que hacer que sus acciones sean las que desencadenen la trama. Es decir, que las cosas que enseña sean justamente lo que hagan que la trama avance. Esto depende mucho de tu trama en concreto y de lo que quieras explicar. El consejo en general es que sus actos siempre sean coherentes y que tengan una consecuencia ajustada.
Sin conocer la historia, poco más puedo decirte.
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