¿Qué tienen en común una novela y una partida de rol? Y no, esto no es ningún chiste. Sin pensarlo mucho, podríamos destacar un buen worldbuilding, una trama con giros y buenos personajes que dirigen la acción. Por ello, vengo a traerte varias herramientas que me he encontrado en algunas de mis partidas de rol. Herramientas que también se pueden emplear en nuestras novelas. Empezamos con el sistema de alineamiento clásico de D&D.
Para los menos entendidos en el tema, este sistema sirve para definir la moralidad y ética de tus personajes. En otras palabras, ayuda mucho a crear un buen trasfondo al personaje y a cargar de profundidad las decisiones que vaya tomando a lo largo de la trama argumentativa.
Dicotomía entre el bien y el mal, y la ley y el caos.
Trazaremos el esquema moral de nuestros personajes a través de 4 ítemes contrapuestos entre sí. Por un lado, tendremos que escoger entre bueno y malo; y, por otro, entre legal y caótico. De esta combinación, incluyendo el rasgo neutral para ambas contraposiciones, nos dan un total de 9 alineamientos.
Pero lo primero es entender qué significan cada uno de los rasgos.
El Bien y el Mal
Un personaje bueno será altruista, protege a los inocentes, respeta la vida y la dignidad de los seres sensibles y puede llegar a sacrificarse por los demás.
Un personaje malo intentará destruir la vida de los inocentes por diversión o beneficio propio, puede llegar a herir, oprimir o matar a otros seres sin remordimientos y sienten una total despreocupación por la suerte de los demás.
Un personaje neutral no presentará inclinaciones de matar inocentes, pero tampoco se sentirá inclinado a sacrificarse por los demás. Generalmente, suelen sentir obligaciones hacia los demás a través de las relaciones personales, no por obligación moral.
El Orden y el Caos
Un personaje legal dice la verdad, mantiene su palabra y respeta la autoridad. El Orden implica honor, confianza y obediencia a la autoridad; pero también terquedad, tendencia a juzgar a los demás y poca adaptabilidad.
Un personaje caótico sigue su propia conciencia, mienten y prefieren las nuevas ideas antes que la ley imperante. El Caos implica libertad, adaptabilidad y flexividad; pero también imprudencia, resentimiento ante la ley y acciones arbitrarias e irresponsabilidad.
Un personaje neutral siente un respeto normal por la autoridad, sin la compulsión propia de cualquiera de ambos extremos. Será básicamente honesto, pero podría llegar a mentir o traicionar a los demás.
9 sistemas de alineamiento
Ahora, combinando todos los elementos explicados, podemos formar un total de 9 sistemas de alineamiento. Este sistema moral nos ayudará a crear buenos personajes con los que crear buenas dinámicas entre ellos.
Ten en cuenta que cambiar el sistema moral de un personaje puede ayudarte a enriquecer la trama. Para que lo veas claramente, imagina un personaje con un objetivo concreto y aplícale cada uno de estos sistemas, verás el cambio en la trama.
Legal bueno
Un personaje legal bueno combina el honor y la compasión por los inocentes. Su objetivo principal es luchar contra el mal, y lo hará siguiendo las leyes y una conducta ética y moral concreta de forma inflexible.
Legal neutral
Un personaje legal neutral basa su conducta en el imperio de la ley, la tradición o un código de honor concreto. Se trata, pues, de un personaje con un gran honor pero que no se decanta entre el bien ni el mal; es decir, es un personaje que sigue órdenes sin pensar en las consecuencias morales.
Legal malo
Un personaje legal malo sigue los dictámenes del orden social, la ley o un código de honor concreto; pero al mismo tiempo es cruel, despótico y egoísta. Defiende una conducta, ley o orden concretos aunque eso implique herir, matar o dominar por la fuerza.
Neutral bueno
Un personaje neutral bueno ayuda a los demás, pero no se siente obligado a seguir (o incumplir) ninguna ley. Generalmente seguirá la ley, pero no dudará en quebrantarla para seguir un bien mayor: su necesidad de ayudar a los demás es mayor.
Neutral puro
Un personaje neutral puro es defensor de un punto medio como la mejor opción, es decir, es defensor del equilibrio. No se posiciona ante ningún esquema moral ni legal. En otras palabras, puede resultar ser un personaje de poco fiar. En general, ayudará a los desafortunados y evitará hacer juicios de valor.
Neutral malo
Un personaje neutral malo es puro pragmatismo sin honor. Se trata de un personaje preocupado únicamente por su propia integridad, no siente inclinación por el orden ni hacia el conflicto ni la guerra. Es decir, es un personaje que buscará siempre su propio beneficio, dentro o fuera del orden establecido.
Caótico bueno
Un personaje caótico bueno actúa según su consciencia, pero es generoso y benevolente. Reniega de las leyes o cualquier orden social; de hecho, sus acciones suelen ir encaminadas a luchar contra gobernantes injustos, buscando siempre el bien común.
Caótico neutral
Un personaje caótico neutral sigue sus propios impulsos y es muy individualista. Valora su propia libertad por encima de todo. Evita la autoridad y odia las restricciones; pero no lucha para derrocar ningún gobierno pues no tiene inclinaciones morales.
Caótico malo
Un personaje caótico malo representa el poder sin control, el egoísmo absoluto y se encuentra totalmente al margen de la ley. Se trata de un personaje que solo se guiará por sus ansias de poder y sed de destrucción. Es violento, cruel, agresivo y impredecible. Normalmente, colaboran y gobiernan a través de la fuerza y la dominación.
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Estas son las 9 alineaciones que propone el manual de D&D. Como ves, podemos jugar mucho con ellos para crear personajes con más profundidad moral y jugar con esto para trazar tramas coherentes y sin fisuras. De hecho, nos puede ayudar también a crear buenos villanos o, incluso, antihéroes.
Cuéntame, ¿conocías este sistema de alineamiento?
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Lo conocía del rol, obviamente. Y lo estuve adaptando a mi propio sistema, pero más como referencia rápida para que los jugadores no se perdiesen a la hora de interpretar la personalidad de su personaje que como códigos rígidos de conducta que determinan profesiones, razas etc.
Los denominaba por sus arquetipos:
El personaje cruzado, el bondadoso y el rebelde (legal/bueno, neutral/bueno y caótico/bueno)
El personaje legal (legal/neutral)
El cruzado pragmático (variante del cruzado, pero para quienes el fin justifica los medios)
El personaje imparcial (neutral)
El espíritu libre y el personaje caótico (dos variantes de caótico neutral)
El personaje diabólico, el conspirador y el tirano (tres variantes de legal/malvado)
El malhechor (neutral/malvado)
El personaje caótico malvado (caótico/malvado)
Algunos los trabajé para usarlos en la escritura, y los añadí a mi plantilla de personajes de Scriviner, como material de ayuda.
Sí, la verdad es que son muy útiles para plasmar rápidamente la forma de actuar del personaje. Me gusta tu división en arquetipos, ayuda a tenerlo más claro aún ^^