Todo autor, al empezar a escribir una historia, se encuentra ante una escalofriante página en blanco. No debo ser la única que ha empezado la misma historia más de tres decenas de veces. Queremos que enganche, queremos que guste, pero nos centramos tanto en la opinión ajena que no terminamos de arrancar a escribir. Hace unos días que @JuanDomnguez_TV me recomendó este tema para una entrada, así que allá vamos. Hoy os daré una serie de consejos para vencer el miedo a la página en blanco y, además, repasaremos distintas formas de empezar una historia según el efecto que queramos causar a nuestro lector.
Vencer el miedo a la página en blanco
Generalmente no terminamos de iniciar la narración de una historia porque deseamos que salga perfecto. Y recurrimos a un error muy común, que es el de creer que lo que vas a escribir va a ser la novela terminada. No. No tengas miedo a equivocarte. Empieza a escribir tu historia sin más. Déjate llevar libremente. Piensa que todo lo que vayas a escribir es algo a lo que vas a tener que volver para corregirlo más tarde. Lo importante es tener un material en bruto para ir puliendo hasta que salga de ahí tu novela definitiva. No tengas miedo de cometer errores pues sólo los errores te ayudan a avanzar.
Aún así, muchas veces no sabemos cómo empezar una historia. Queremos enganchar al lector y no terminamos de saber cómo conseguirlo. La solución es sencilla. Necesitas lanzarte y dejar que las palabras surjan libremente de ti. Por lo tanto, empieza a escribir otra escena. No necesariamente la primera, igual deseas escribir una escena que te gusta especialmente o, porque no, deseas empezar justamente por el final. Lo que tienes que hacer para vencer este miedo tan habitual en escritores es lanzarte a escribir, una vez que estés en ello, las palabras saldrán de ti sin ningún problema. Lo importante es saber lanzarse y, sobre todo, no tener miedo a cometer errores.
Cómo empezar una novela
Me centro especialmente en novelas, pero es algo que se puede aplicar igual de bien a relatos, cuentos e, incluso, guiones de teatro o cine. Todas las historias son historias y, independiente del medio por el que quieras llegar al lector, tienen el mismo tipo de inicios.
Empezar desde el principio
Este es el inicio más tópico de todos. Introducen la trama argumentativa empezando justamente desde el principio. El inicio de la novela será la presentación de los personajes, generalmente en un estado apacible. El final de la presentación, que suele abarcar el primer capítulo, desemboca en el inicio de la aventura, el inicio de la trama. Por lo tanto, este primer capítulo será una simple presentación de los protagonistas que acabará con el desprendimiento de estos de su vida cotidiana, con el inicio de la trama.
Aquí encaja a la perfección el tópico del viaje: un grupo de amigos que tienen una vida apacible en su aldea se encuentran con un gran problema que tienen que solucionar y, para ello, emprender un viaje. No tienes que seguir el tópico, pero es un ejemplo que refleja a la perfección este tipo de inicio.
Este inicio es muy prototípico. Es el inicio que generalmente se espera cualquier lector, pues lo más habitual es empezar por el principio. Así, lo que consigues con este inicio es satisfacer las expectativas del lector ofreciéndole algo a lo que está acostumbrado, sin hacer que se lleve demasiadas sorpresas. No es un inicio que me guste especialmente pues peca de simple, pero puede resultar sencillo de utilizar para un escritor novel.
Empezar in media res
Consiste en iniciar la novela cuando la trama ya está avanzada, tuya es la decisión de cuán avanzada se encontrará esta. Este inicio, aunque no es especialmente original, sí que resulta llamativo para el lector puesto que consigues descolocarlo. Los personajes ya se han sumergido en una aventura y el lector se encuentra a mitad de la misma: no conoce a los personajes, no conoce la misión ni los objetivos de cada uno. Aprenderá de los personajes, a partir de lo que digan, piensan y hagan, el objetivo de cada uno y por qué están dónde están.
Iniciar una novela in media res no es tan sencillo como parece. Tienes que situarla en un punto en el que el lector no se pierda. Ese primer capítulo ya no será una presentación de los personajes, sino la presentación de la trama. Introduces al lector de lleno en la historia, justo en un punto que resulte llamativo y lo dejas a merced de los personajes. Estos se presentarán solos ante el lector a partir de las acciones que les hagas hacer o los diálogos que les hagas pronunciar.
Este inicio, si está bien llevado, llama la atención del lector. Tienes que conseguir situarlo en un punto llamativo, un momento que suscite curiosidad para saber cómo continuará la trama. Algunos ejemplos serían: empezar la novela en una escena de persecución, empezar con los héroes robando una reliquia de un templo perdido, o bien siendo torturados por un esbirro de los malos. Si empiezas una novela así, consigues que el lector no suelte el libro, pues querrá saber cómo terminará esa escena.
Empezar desde el final
Esta es una técnica que se utiliza menos, al menos en fantasía, pero que creo que puede dar mucho juego. Consiste en empezar la novela justo por el final. Esto, por un parte, desvela la conclusión de la trama y se pierde la curiosidad de lo que pasará, pero despierta otro tipo de curiosidad y es esa que te susurra “Pero… ¿cómo han llegado ahí?”
Esta técnica se puede emplear de muchos modos:
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Empezar por la última escena y que toda la historia sea una narración de ese personaje, protagonista o no.
- Revelar, en boca del narrador, lo que va a ocurrir al final, pero tras esta revelación, iniciar la novela desde el principio. Es interesante, en estos casos, dotar de personalidad al narrador, siendo este un juglar narrando unos acontecimientos conocidos por todos, por ejemplo.
- Iniciar la novela desde el final y explicarla a partir de recurrir a la técnica del flashback. Así, la novela no se explicaría de forma lineal, sino a partir de distintos saltos en la línea temporal de la historia.
Esta técnica me parece la más llamativa pero es también la más complicada de desarrollar bien en una novela. Necesitas desarrollar la historia de forma que resulte llamativa al lector, por lo que tendrás que ir saltando en las distintas líneas temporales desvelando lo justo para captar su atención pero sin desentrañar el misterio de la trama demasiado rápido. Es complicado por lo que si eres novel casi te recomendaría empezar por alguna de las dos primeras.
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Y eso es todo por hoy. No tengas miedo a la página en blanco, siempre puedes modificar todo lo que escribas más adelante. Piensa, eso sí, en qué efecto quieres causar al lector: ¿quieres empezar de forma prototípica mostrando a los personajes? ¿Deseas iniciarle de lleno en mitad de la trama para que empiece la novela sintiéndose parte de ella? ¿O quieres sorprenderlo empezado justo por el final?
Cuéntame, ¿qué inicio emplearás en tu novela?
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¡Y sigue escribiendo!
Joder, muchas gracias <3
Hola, Taty.
¡Buen artículo! Creo que empezar la novela en mitad de la acción le da al autor la posibilidad de enfrentarse a la complejidad de narrar sin poder valerse de capítulos introductorios.
Además, éste tipo de comienzos puede dar un agregado interesante, en especial en la fantasía épica, ya que recuerda a las antiguas epopeyas, como sucede en La torre oscura, o Malaz.
Saludos.