Últimamente salen a la venta más y más libros que, de una forma u otra, introducen elementos LGTB en sus tramas. Sin embargo, creo que no debo ser la única indignada al encontrarme en mitad de la historia un prototípo andante llamado «mi mejor amigo gay, fan absoluto de Madonna y dedicado, como no, a cualquier tipo de arte». No debo ser la única que se ha dado cuenta que, al introducir motivos LGTB, el autor sólo incluye un prototípo de personaje, ¿tal vez para fingir ser un modernillo que habla sobre estos temas sin tapujos?
Lo primero que tienes que saber, si es que por desgracia no lo sabes aún, es que cualquiera perteneciente al colectivo LGTB es una persona. No es gay, lesbiana o transexual. Es una persona con una orientación sexual determinada. Parece algo obvio pero a muchos escritores -y, desgraciadamente a muchas personajes en general- se le olvidan y, en lugar de escribir sobre una persona con unos gustos determinados, escribe sobre prototipos.
De esta manera, si quieres introducir elementos LGTB en tus obras y no cometer el mismo error de tratar prototipos, debes empezar creando un personaje. Un personaje, sin más. Una vez tengas su personalidad, su físico, su pasado, sus sueños y ambiciones; sólo después de todo esto, debes incluir la característica LGTB. De esta manera, tendrás un personaje complejo, con sus más y sus menos y que, además, pertenece al colectivo. Será una persona real y no un prototipo.
El gran problema que cometen la mayoria de escritores es empezar creando al personaje con, por ejemplo, la característica de lesbiana. Si partes de esta idea, la mayoria creará una chica ruda, que viste ropa masculina y suelta muchos tacos. En cambio, piensa en qué pasaría si tomas un personaje tuyo ya creado y le añades el calificativo de, por ejemplo, gay. Podrías encontrarte con cualquier tipo de persona, cualquiera podría serlo. Sólo así acercaremos nuestra obra a la vida real.
Otro tema a tener muy en cuenta si queremos introducir un personaje LGTB es la aceptación que tendrían estos personajes en tu mundo creado. Por lo que he visto, la mayoria comete el mismo error: basarse en absolutos. O en su mundo está tan mal visto que debe esconderse para no ser apedreado o es algo que está totalmente aceptado y es tan común que ya no es un «problema» que tener en cuenta. Depende mucho de lo que quieras transmitir con tu obra, por supuesto, pero, desde mi punto de vista, siempre he creído rídiculo que un mundo entero opine exactamente lo mismo de algo así. Veamos un ejemplo, no hace falta irse a novelas de ficción, fijémonos en la España medieval: dominada por musulmanes -que en aquella época aceptaban la homosexualidad-, con una resistencia cristiana -gays malos, gays a la hoguera- y los pobres judíos que hacían lo que podían por adaptarse y sobrevivir -gays malos si vivimos con cristianos, gays buenos si vivimos con musulmanes-. Y todo esto en una sola nación. ¿En serio te creerías una novela en la que todo el mundo se pone de acuerdo para apedrear o aceptar a este colectivo?
Sea como fuere, resumiré esta entrada con dos consejos primordiales si quieres introducir personajes o motivos LGTB:
- Créalos como lo que son: algo natural en el reino animal. Parte de la creación de un personaje y añádele después la característica LGTB.
- Inventa distintas reacciones posibles en tu mundo. No todos pensarán igual y cada cultura tendrá una idea distinta de lo que opinar sobre ellos.
Y, cuéntame,
¿has introducido elementos LGTB en tu novela?
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¡Y seguid escribiendo!
No sé si habrás visto Dexter, la serie de TV. Bueno, pues en la 6 temporada creo meten a un personaje LGTB que no te voy a hacer spoilers que no sólo me encantó sino que es el ejemplo perfecto de cómo hacer las cosas bien. De cómo meter a un PJ muy diferente, sin clichés y del que hasta los intolerantes se puedan enamorar. uy recomendable.
Qué buen artículo. Estoy escribiendo mi segunda novela y he decidido, por diversas circunstancias, que uno de los personajes que ya tenía creados va a ser gay. No cambia nada, solo eso y el modo en que los demás interactúan con él, unos bien y otros mal. Como tú has dicho, son personas, no estereotipos. Como lo somos todos.
Muy buen artículo, y felicidades por el blog!
¡Buenas!
Aunque yo no he escribo (o no me hallo en esas actualmente), sí que suscribo lo que comentas, porque he leído en no pocas novelas sobre ese personaje del colectivo LGTBI+ que no es nada salvo la etiqueta de "gay", "lesbiana", "transexual" (bueno, esto es pasarse de tolerancia, porque parece que no existen en la literatura)…
Si realmente se quiere representar fielmente la sociedad en una obra, si quieres introducir personajes con cualquier tipo de inclinación sexual lo lógico es crear al personaje en un principio y después ir dándole atributos y un papel en la trama.
Igual que yo no me sentiría identificada si describen a una chica como "la amiga heterosexual" de la protagonista, cualquier persona con un mínimo de sentido común comprenderá que hablar, por ejemplo, "del amigo gay" sin profundizar es ir tirándose faroles a lo largo de una novela.
Muy interesante la entrada.
Un besín^^
Me ha parecido una entrada obvia, por mi parte, aunque creo que sí que es algo que debe ser recalcado. No puedes poner a un estereotipo andante en mitad de una novela; todo deben ser personajes en si mismos.
En mi proceso de escritura tengo a un personaje algo secundario que ya ha dejado ver su homosexualidad y ahora estoy introduciendo poco a poco una sociedad en la que lo común y natural es la bisexualidad. Espero que el resultado sea bueno.
Un beso!
El tema del sexo ha sido tabú hasta hace bien poco en el mundo de la fantasía. ¿Alguien se imagina a Tolkien describiendo la sexualidad de los elfos? ¡Y cuán interesante habría sido!
Caí en la cuenta de que el principal antagonista de mi novela era Gay cuando ya llevaba la mitad escrita y fue porque los protagonistas tuvieron un desagradable encuentro con su pareja. Espero, eso si, que no me tachen de homófobo por ello. Es un personaje muy gris y que sea el antagonista es sobre todo por cincunstancias territoriales.