Cómo tratar la inmortalidad en tu novela

Al escribir una novela fantástica podemos saltarnos ciertas normas del mundo real. Podemos crear elfos, sirenas y brujas. Pero también podemos crear personajes inmortales o que tengan una esperanza de vida exageradamente alta. A lo largo de la literatura fantástica se ha tratado muy mal este tipo de personajes pues no se les da la profundidad adecuada a su inmortalidad. Y a ver quién se atreve a defender a un vampiro inmortal que decide pasar toda su existencia repitiendo, una y otra vez, los años de instituto.

1. Su relación con la muerte

Lo primero que tenemos que pensar a la hora de crear personajes inmortales es, primero, si puede morir o se trata de un ser eterno; y, segundo, cómo se puede terminar con su existencia.

Por ejemplo, podemos crear una raza que no muera de vejez ni de enfermedad pero sí pueda morir fácilmente por una herida de guerra, vamos a llamarlos elfos. También podemos crear una raza que no envejezca ni enferme pero a la que se la pueda matar de una forma algo complicada, como podría ser el caso de los vampiros y su desmembración. Y, por qué no, podemos crear dioses: seres eternos e inmortales que no pueden morir pero sí transmutar o ser encerrados para evitar su influencia en el mundo.

Estas tres razas son inmortales, cada una a su manera, pero sus diferencias marcaran su forma de actuar. Los dioses, por un lado, son completamente inmortales: no pueden morir ni desaparecer. Así, actuarán sin el miedo tan típico de los mortales, pues saben que nadie los puede destruir. Como mucho, se les puede encerrar y eso no es más que una retención temporal. Elfos y vampiros, por otro lado, sí tienen una forma de morir. Los elfos, en realidad, son cómo humanos comunes, aunque más longevos: son inmortales en el sentido de que no envejecen pero se les puede matar con cierta facilidad. Su relación con la muerte será más cercana que la que podría tener un vampiro, por ejemplo. No sólo porque un vampiro es alguien que ha resucitado y transmutado, sino porque sólo tiene una forma determinada de morir y suele ser complicada de llevar a cabo.

De esta manera, si quieres crear personajes inmortales para tu novela; primero tendrás que determinar en qué punto se encuentra exactamente. Hay muchos tipos de inmortalidad y esto modificará mucho su forma de relacionarse con el mundo y, sobre todo, su miedo hacia la posibilidad de morir y desparecer. Sé original a la hora de crear estos puntos, ¡no caigas en topicazos!

2. Su actitud hacia la vida: la magnitud de la eternidad

Uno de los principales problemas que veo a la hora de tratar a los personajes inmortales es que se le da una interpretación humana de la finalidad de la vida –limitada y corta– a alguien que tiene toda la eternidad por delante. Un ser que tiene una esperanza de vida extremadamente larga, pongamos, por ejemplo, una raza que vive de media dos mil años, no verá su existencia de la misma forma que alguien que sólo vive 60 o 70 años.

Si deseas incluir en tu novela un ser inmortal o un ser con una vida longeva, tendrás que darle una forma de entender su existencia que sea verosímil con su esperanza de vida. Un ser con esas características no tendrá las mismas preocupaciones que un humano común; es más, seguramente verá a los humanos como seres frágiles que desaparecen enseguida.

¿Qué deseos o qué aspiraciones tendrán los personajes inmortales? Eso ya corre completamente de tu cargo. Puedes ser prototípico y concebir a un ser inmortal deseoso de hacerse con le poder del mundo, alegando que será un poder que podrá mantener durante más tiempo. Pero tienes mil posibilidades mucho más originales y que marcarán la diferencia entre tu novelaza y esa en la que los vampiros van al instituto y… brillan.

¿Cómo crear personajes inmortales o longevos de forma coherente?

Te marco algunos pasos que deberías tener en mente. Eso sí, no te saltes el primer apartado de esta entrada: primero de todo tienes que determinar qué puntos flacos tiene y qué tipo de inmortalidad posee.

  • Necesidades básicas. Todo ser, inmortal o no, debe cubrir unas necesidades. Un vampiro debe beber sangre regularmente para sobrevivir. Un elfo debe comer, descansar e, incluso, sociabilizar. Y, por qué no, un dios puede necesitar su dosis diaria de oraciones para tener fuerza. Debes pensar qué tipo de necesidades básicas debe cubrir tu ser. Y cómo logra cubrirlas. Si va a vivir miles de años, necesita una fuente constante de lo que sea que le permita seguir existiendo.
  • Objetivo personal. Igual que con el resto de personajes importantes de tu novela, debes tener muy en cuenta qué lo separa de la trama argumentativa y por qué se ve arrastrado por ella. Si quieres saber más sobre esto, tengo toda una entrada que trata sobre como esbozar buenos objetivos personales.
  • Diversión y aburrimiento. Siempre he dicho que no me gustaría vivir eternamente. ¡Eso debe ser aburridísimo! Imagínate vivir durante miles de años, incluso, durante toda una eternidad. Llegaría un momento en el que ya te aburriría todo. Imaginemos que tu raza de inmorales se mantiene en la tierra y vive en ella. Tal vez como seres errantes o vampiros. Seres que se relacionan con la cultura y el ocio humano. Creo que es importante pensar qué actividades distraen a tu personaje y, más interesante aún, cuales ya ha decidido descartar. De esta forma, encajas todo un mundo –humano, limitado, corto– en un ser que tiene toda la eternidad por delante.
  • Miedo y peligro. Dependiendo de los puntos flacos que hayas decidido crearle a tus personajes, se enfrentará de forma distinta a situaciones de peligro. En la saga de los Reckoners de Brandon Sanderson, el mundo está infestado de Épicos, humanos que han desarrollado superpoderes. Algunos de ellos son inmunes a las heridas de balas o pueden ser capaces de presentir el peligro y esquivarlo a tiempo. Un ser así actuará de forma muy distinta en situaciones de riesgo. Se expondrá más, tendrá menos miedo. Eso sí, enfrentándolo a su punto débil será cuando se vuelva más frágil.

  • Reproducción. Por último, pero no menos importante, debes decidir si tus personajes inmortales pueden reproducirse creando una raza de inmortales o no. Ya sea un ser capaz de convertir a simples humanos en algo como él o bien una criatura capaz de dotar a las personas de sus poderes. Además, sería interesante determinar si tu personaje está solo, es el único con semejantes características y, si lo está, por qué. En el caso de decidir que existen más seres cómo él, deberás determinar cómo se crean: si se reproducen como cualquier animal o si se transforman.

3. Cómo enfrentarse a un ser inmortal

Por último, dedico este apartado a un aspecto que no se termina de transmitir bien en ciertas novelas. Ya hemos visto como crear personajes inmortales y hacerlo de forma coherente, tuya es la decisión de convertirlo en protagonista o antagonista. En el caso de que tus protagonistas tengan que enfrentarse a un ser de tales magnitudes, debes tener en cuenta ciertos aspectos y saber transmitir ciertas sensaciones. Vamos allá:

  • Invulnerabilidad. Un ser inmortal asombra porque da la sensación de ser imposible derrotarle. Debes saber transmitir esta sensación a tu lector. Kelsier y su grupo de ladrones, en Nacidos de la bruma, no están intentando matar a un rey cualquiera, no: están intentando asesinar al Lord Legislador, un dios viviente en tierra, inmortal y omnipotente. Y Sanderson expresa muy bien esa sensación de “tio, es una maldita locura”
  • Explotar su punto débil. No sólo el punto débil es importante para armar tu personaje, también lo será para desarmarlo. Será lo que haga que tus protagonistas puedan derrotarlo. Sin embargo, en este caso, para darle más intensidad a la narración, debe tratarse de un punto débil escondido y al que los personajes –y el lector– vaya accediendo poco a poco.

Jugando con esto y con el objetivo personal del supuesto inmortal puedes crear un muy buen juego entre los protagonistas, el antagonista y la trama argumentativa.

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Y eso es todo por hoy. Espero que la entrada te haya servido. Recuerda siempre que, aunque estés escribiendo una novela de fantasía, esta no tiene porque ser inverosímil. Da cordura a tu locura y crea tus inmortales con coherencia.

Cuéntame, ¿existen seres inmortales en tu novela?

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18 comentarios en “Cómo tratar la inmortalidad en tu novela”

  1. ¡Hola!
    Me han gustado tus consejos para saber enfocar la inmortalidad.
    Muchos de los puntos que comentas, no me los había planteado nunca, y eso que en mis relatos aparecen algunos personajes inmortales… aunque su inmortalidad es un poco especial (?) hahaha
    Muchas gracias por la entrada, ¡un saludo!

  2. Muy buena entrada, con muchas cosas que de primeras se nos pueden pasar por alto a la hora de crear personajes inmortales, longevos o simplemente duraderos. En La vara de serbal uso de hecho, personajes "inmortales" de al menos dos tipos. Unas personas que han alargado su vida de forma artificial, y por tanto sufren la mella de haber vivido tanto tiempo en mentes no preparadas para ello, y otra cuya eterninidad es un misterio para el protagonista (al menos un tiempo) Es un ser anciano, ciego, esquelético, infinitamente arrugado y que solo habla una lengua muerta desde hace milenios, pero que lo comprende todo, es ágil y cuenta con extraños poderes y habilidades. Lo que traté de hacer fue explotar el misterio que reside en esas cualidades, por lo que el protagonista acaba haciendose muchas de las mismas preguntas que planteas en esta entrada.

    Como siempre, una entrada sin desperdicio. Enhorabuena!

  3. ¡Hola!
    Los que dices es terriblemente interesante: ¿cómo un ser inmortal se plantea su "vida"? Si existe eternamente, por ejemplo, que es considerado su vida, o como la valora o cuales son sus aspiraciones. Me parece muy interesante lo que has planeado y la guía para poder crear un buen personaje inmortal. Desde luego me has hecho pensar para algún posible relato futuro.
    ¡Un saludo!

  4. O puede ser una criatura de una raza inmortal, aunque no invulnerable, que ama a la muerte, la desea, pero la entidad la recha y no la quiere en su reino. Como Thanos de Titán.

    Y lo que yo llamaría "inmortalidad precaria": al personaje solo le queda un grano de arena en tu reloj de arena vital PERO ESE GRANITO DA VUELTAS Y VUELTAS SIN PARAR Y NO TERMINA DE CAER, AUNQUE ME OBLIGA A IR DETRÁS DE ÉL ¿VERDAD, RINCEWIND? ¬_¬

  5. ¡Me alegro que te haya hecho pensar! Son temas que, como mortales, no los terminamos de tratar bien y, si quieremos ser interesantes, deberíamos saber explotar mejor!

    Un abrazo!

  6. Me parece interesantísimo el hecho de vivir durante muchos años pero tener una memoria demasiado pequeña para albergar tantos recuerdos. Había un personaje en Doctor Who que le pasaba justamente eso y me gustó mucho el planteamiento que se le daba.

    Me alegro que te guste la entrada, un abrazo!

  7. En mi novela, hay un antagonista dedicado a crear inmortales por varios medios, en busca de un modelo perfecto. Uno de ellos prolonga su longevidad permitiendo a quienes están a punto de morir que lo hagan sin dolor; él sufre lo que ellos habrían padecido y recibe a cambio todos los recuerdos de su vida y se le añaden los años que esa persona hubiera vivido de forma natural.
    En consecuencia, este inmortal es alguien muy empático y que valora enormemente la vida humana, y a la vez es un pragmático que pone siempre las necesidades de muchos antes que de unos pocos. Vive como diplomático entre las facciones más poderosas de su mundo, evitando los conflictos posibles y planeando a décadas vista.

  8. ¡Me encanta! Esa es una idea muy buena para tratar a un inmortal. Le das sentido a su existencia y le das una relación muy clara con su entorno. Es genial ^^

    Un abrazo!

  9. Me ha parecido una entrada muy enriquecedora. Creo que todos los aspectos que has señalado los solemos tener en mente, pero cuesta tiempo definirlos y concretarlos.
    A mi modo de ver, también hay un buen ejemplo del trato de la inmortalidad o longevidad en La Primera Ley de Joe Abercrombie.

    Un saludo.

  10. La leí porque me la recomendaron y no me decepcionó en absoluto. De hecho, creo que, en cierto modo, es bastante distinta de otras sagas fantásticas. Espero que la disfrutes cuando tengas la ocasión de leerla.

  11. Excelente artículo sobre un tema en que muchos se dejan llevar por los estereotipos creando personajes bastante planos. Como bien dices, el inmortal debe ser consecuente con su sustento vital (su posible forma de morir) y además la experiencia le haría actuar siempre de forma pausada y astuta (su relación con el tiempo es distinta y lo que no aprendió por inteligencia lo sabe por la repetición del "prueba y error"). Un placer leerte. Saludos.

  12. Para empezar he de decir que tu artículo es muy útil para darle profundidad a un tipo de personajes que pueden ser llamativos, pero que normalmente no se suelen trabajar lo suficiente.

    Ahora expondré el caso de mi novela, a ver que opinas de mi idea: El protagonista es un ser inmortal. Puede ser asesinado, pero nunca enfermará ni tampoco envejecerá. Pertenece a la raza de los llamados Kyuuta, más comúnmente conocidos como serafines, quienes son los esclavos de los dioses. Viven según las condiciones de estas deidades, quienes les envían misiones de distintos tipos: desde preparar la comida para el resto de serafines hasta servir como intermediarios entre los dioses. Como esclavos que son, no tienen derechos, y solo viven por y para sus creadores. Además los dioses tienen derecho a matarlos por desacato o insurrección.

    Además de todo esto tengo muchas más ideas sobre los serafines. Si quieres te puedo comentar por aquí o por Twitter, pues me gustaría saber la opinión de alguien tan experimentada en la fantasía como es tu caso.

    Un saludo 🙂

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