Siempre he dicho que cualquier cosa puede inspirar para escribir. De forma general, siempre pensamos en cualquier manifestación del arte; pero hoy voy a mostrarte cómo también puede inspirarte a escribir la propia Historia de nuestra civilización. Para ello, vamos a movernos en diferentes géneros, pero todos son los suficientemente flexibles como para introducir elementos fantásticos, si lo deseamos.
1. Ucronía
La ucronía es considerada un género literario en sí y suele englobarse dentro de la novela histórica. Su premisa base es sencilla: la novela se construye sobre una alteración en la historia de nuestra propia civilización. A mi me gusta llamarlo historias basadas en «¿Qué hubiese pasado si…». Por ejemplo, si los nazis hubieran ganado la segunda guerra mundial, si a Cristo jamás lo hubieran crucificado o si Cristobal Colón jamás hubiese descubierto un continente.
Si bien es cierto que se trata de un tipo de planteamiento pensado para novelas con una gran base de documentación histórica, podemos trasladarla fácilmente a terreno fantástico. ¿Qué hubiese pasado si en la edad Media hubiesen existido dragones? ¿Cómo sería nuestra sociedad si hubiésemos descubierto la magia antes de la industrialización? ¿Cómo sería nuestro mundo si los dirigentes fueran inmortales?
Si, como yo, notas que la documentación histórica te ata demasiado, le puedes echar un poco de imaginación y crear un híbrido entre novela histórica y fantástica.
2. Personajes históricos
Otro aspecto maravilloso de nuestra historia son los personajes que han ido surgiendo durante los siglos. Con ellos, podemos jugar a dos juegos diferentes. Empezaré por el que, a mí personalmente, más me llama la atención.
Los personajes históricos suelen estar mitificados o, especialmente en el caso de las mujeres u otras minorías, suelen llegar a nuestros días con poca información sobre su vida privada. Esto nos permite crear toda una biografía alternativa de nuestros personajes históricos favoritos, llegando incluso a poder crear una novela fantástica a partir de sus figuras. A Dalí se le llama loco pero… ¿y si era capaz de ver algo que los demás no?
Además de esto, también podemos usar los personajes históricos para crear nuestros propios personajes. ¿Necesitas un estratega en el arte de la política? Inspirarte en Maquiavelo. ¿Quieres hablar sobre una regente poderosa? Conoce mejor a Cleopatra. ¿Necesitas crear un personaje exitoso? Leéte la biografía de Steve Jobs.
Como ves, tienes muchas posibilidades, solo necesitas ser capaz de darle un buen giro a estos personajes para poder crear algo propio y original.
3. Sucesos históricos
Del mismo modo que podemos inspirarnos en personajes de nuestra historia, podemos recrear sucesos históricos para nuestra ficción. Al fin de cuentas, nos tenemos de referencia a nosotros mismos y la fantasía también puede servir para reflexionar y hacer reflexionar sobre nuestra propia historia. Por ejemplo, puedes crear una guerra mágica donde una facción defiende la supremacía de su raza mágica por encima de los simples muggles mortales. De forma indirecta (o no tanto), puedes hacer referencia a este período histórico y reflexionar sobre las causas y consecuencias del mismo. Y todo dentro de la fantasía.
De hecho, los ejemplos de esta influencia histórica en fantasía podemos encontrarla en muchos autores y autoras. George R. R. Martin, por ejemplo, toma muchas referencias históricas para trabajar sus enfrentamientos bélicos y los entrelaza con algunos personajes históricos. No lo hace de forma directa ni pretende reflexionar sobre la historia; pero le sirve para dotar de profundidad su universo.
4. Marco histórico
Un uso muy obvio de la historia dentro de la fantasía es crear un marco histórico para tu historia, valga la redundancia. Dejando a un lado personajes y sucesos concretos, puedes decidir crear una historia en la que un hada controla la mafia siciliana del siglo XIX a través de sus poderes de manipulación mental. O tal vez te decantes más una historia en la que expliques cómo América era un lugar conocido por sirenas mucho antes de Cristobal Colón.
Como consejo personal, si decides dar un marco histórico a tu fantasía, escoge una diferente al medievo. Existen miles de novelas en una falsa Edad Media, se original y crea un historia fantástica en otra ambientación.
5. Novela futurística
Y, haciendo un poco de trampa, dejo en último lugar la novela futurística. Si entendemos la Historia como todo aquello que ya está escrito sobre lo que ha sucedido en nuestra civilización, esta quinta forma de jugar con ella queda invalidada. Pero creo que podemos ser bastante más imaginativos. Podemos crear una novela futurística de lo que creemos que puede llegar a ser nuestro mundo, teniendo en cuenta cómo la historia ha avanzado durante los siglos de nuestra existencia.
Y, si lo queremos vincular a la fantasía, podemos añadirle un toque de magia o fantasía. ¿Qué pasaría si, antes de destruir nuestro propio mundo, aparece una raza extraterrestre para salvarnos? ¿Y si esta raza salvadora no es extraterrestre, sino que ha vivido entre nosotros toda nuestra existencia? Si nos ponemos algo científicos, incluso podríamos plantarnos un mundo en el que la Tierra se queda sin luna.
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Y eso es todo por hoy. Tienes muchísimas posibilidades si decides alterar nuestra historia en tus narraciones. Como siempre digo, cualquier tontería puede animarte a crear todo un universo. Si te gusta la Historia, aprovéchala para crear tus fantasías.
Cuéntame, ¿sobre qué momento histórico te gustaría escribir?
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Yo estoy enfrascado precisamente en esto. Me debato entre dar un marco histórico para mis historias de fantasía, incluir cierto realismo mágco, o pasar directamente a una ucronía fantástica. Pero no quedo nunca contento. Me sobrevuela constantemente un miedo a falsear la historia; aún más: a no resultar verosímil, y eso me lleva directamente al bloqueo.
Siempre he querido ambientar mi narración en una tierra alternativa, y potenciar o crear mitos y leyendas manchegas. He trabajado mucho en el wordlbuilding, incluso fijándome en las fuentes de nuestra literatura clásica, como las novelas de caballerías y bizantinas, los relatos del Arcipreste y el Romancero, y también en los cuentos y leyendas hispánicas con un alto grado de fantasía rescatadas en el XIX por Fernán Caballero o Bécquer. Pero siempre me termino planteando si debería, mejor, crear mi propio mundo fantástico, uno en el que me sintiese mucho más libre, sin esa especie de síndrome «historicista» del impostor.
Mi consejo personal es que escribas lo que más te apetece sin tener miedo a falsear la historia. Estas escribiendo fantasía, al fin de cuenta, no tienes que ser verosímil al 100% a la realidad histórica. Puedes introducir elementos fantásticos en una ambientación puramente histórica, del mismo modo que puedes dotar de cierta verosimilitud una historia claramente fantástica a través de un contexto concreto. No tengas miedo a innovar ni a experimentar. Piensa que una historia escrita siempre puede ser revisada y modificada, una historia no escrita quedará para siempre en tu cabeza.
Y que no te bloqueé la dicotomía entre una opción u otra: haz las dos. Primero escribe una opción y luego la otra. Ya decidirás después cuál has escrito más cómodamente.
Muchas gracias por pasarte a comentar ^^