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Siempre te he dicho que de cualquier cosa puedes sacar una idea para hacer una buena novela. Incluso puedes crear todo un gran universo y un sistema de magia de una pequeña idea que te surge en mente. N. K. Jemisin construye todo su sistema de magia y el universo de su trilogía de un concepto de geografía: la orogenia
La ciencia no deja de ser una forma muy concreta de entender y concebir el mundo. De hecho, en nuestra civilización ha habido muchas formas de explicar el funcionamiento del mundo que pasan desde la magia y la religión, hasta la ciencia.
De hecho, la ciencia puede parecer magia si se trabaja bien y, por ello, encontrarás en el blog algunos artículos sobre elementos científicos de nuestro universo que podrías emplear para crear los tuyos propios.
1. La orogenia en nuestro mundo
La orogenia existe en nuestro universo y realmente tiene mucho que ver con lo que es en La Quietud, el mundo donde se desarrolla la acción de la novela. Según la RAE, la orogenia es «Parte de la geología que estudia la formación de las montañas».
Sin embargo, para entender mejor de qué tipo de magia estamos hablando, tendremos que entender primero un concepto geográfico denominado orogénesis. Para los amantes del origen de las palabras, proviene de los morfemas griegos oros y génesis que significan, respectivamente, montaña y origen o creación.
La orogénesis, por lo tanto, es el proceso de formación de las montañas. Pero pongámonos más técnicos: es el proceso geológico mediante el cual la corteza terrestre se acorta y pliega en un área alargada producto de un empuje. Esto puede sonarte a chino, pero fíjate en la siguiente imagen que lo ilustra genial:
¿Pero qué es eso de un empuje? ¿Qué puede tener la fuerza suficiente como para formar montañas? Para ello, tenemos que recurrir a otro concepto de geografía: la tectónica de placas. Ésta es una teoría que explica cómo está formada la litosfera, la porción más rígida de la Tierra. Los investigadores, por lo tanto, han dividido el mundo en 15 placas tectónicas mayores y 43 menores. En este enlace puedes ver todas ella pero os dejo la imagen de las mayores para que te hagas una idea de lo que esto significa:
Ten en cuenta que estas placas no permanecen estáticas, sino que se mueven entre ellas a una velocidad de 2’5 cm/año, que puede parecer poco pero… ¿te haces a la idea de la fuerza que tiene una placa que engloba toda Europa y Asia? ¿Qué sucede cuando chocan dos placas? ¡Exacto! Uno de los posibles efectos es la orogénesis, la formación de montañas. Aunque es muchísimo más complejo. También se relaciona con la formación de volcanes e, incluso, terremotos.
Voy a intentar explicarte de forma muy sencilla la diferencia entre un efecto u otro. La clave está en el tipo de límite o frontera que se establece entre las placas, que pueden llegar a ser hasta de tres tipos diferentes:
Límite divergente o constructivo: las dorsales y los volcanes.
En este caso, ambas placas quedan separadas y, por ello, emerge magma desde las regiones más profundas, creando, así, puntos calientes. Esto se relaciona directamente con las dorsales oceánicas y la formación de volcanes.
Límite convergente o destructivo: terremotos.
En este caso, las placas no se deslizan de forma continua, sino que acumulan tensión en ambas placas debido a su contacto. En el momento en el que está tensión se sobrepasa, la energía potencial acumulada es liberada como presión o movimiento. El efecto dependerá del tipo de placas del que se trate.
- Al chocar una placa oceánica (más densa) contra otra continental (menos densa), la placa oceánica es empujada debajo, formando una zona de subducción (ver imagen). Esto provoca grandes terremotos y la fusión parcial de parte del manto terrestre generando magma que asciende y, por lo tanto, se crean volcanes.
- Al chocar dos placas continentales colisionan en lo denominado colisión continental, valga la redundancia. Esto provoca la formación de cordilleras. Esta colisión solo tiene lugar en períodos de tiempo de decenas o centenares de millones de años.
- Al chocar dos placas oceánicas, el resultado es un arco de islas como podrías ser el caso de las islas de Japón.
Límite transformante, conservativo o neutro: las fallas.
En este caso, hablamos del movimiento de las placas a lo largo de las fallas de transformación. Como hemos visto, la fricción entre placas acumula la tensión en ambas partes hasta que se libera. Sin embargo, la falla es justamente el borde pasivo entre placas tectónicas. Veamos la siguiente imagen para que quede más claro.
Lo marcado en color rojo es la falla o el borde transformante. Estas placas se desplazan una al lado de la otra horizontalmente, sin producir ni destruir la litosfera. En otras palabras más simples, es la parte que queda intacta después de la convergencia o divergencia entre placas.
Esta explicación la he simplificado para que sea entendida por gente como yo, que no tienen ni pajolera idea sobre teorías geográficas. Si sientes interés por el tema, te recomiendo buscar bibliografía para ampliar todos estos conceptos. Repito: está todo muy simplificado.
2. La orogenia en La Quietud, universo de N. K. Jemisin
¿Por qué te he soltado todo este rollo sobre placas tectónicas? En primer lugar porque no deja de ser interesante entender a nuestro planeta como algo vivo que se mueve y evoluciona. Pero, sobre todo, para plantarte el siguiente interrogante. Imagina por un momento a alguien con el poder suficiente como para manipular el movimiento y la fricción de las placas.
¡Sí! Esa es exactamente la magia que poseen en este universo. La orogenia es como se denomina a la magia en sí y orogenes o orogratas son las personas capaces de llevarla a cabo. En este caso, hablar demasiado de la magia de la obra supone hacer demasiados spoilers. Como mi intención es animarte a leerla, te pondré en situación sobre el tipo de magia que emplea N. K. Jemisin y algunos aspectos del mundo que espero que te chiflen.
La Quietud se llama así de forma bastante irónica porque se trata de un mundo con una actividad sísmica desmesurada: los terremotos y la erupción de volcanes son habituales. El primer libro se llama «La quinta estación» y esto es así porque después del invierno viene una quinta que puede llegar a durar años y en el que la Tierra se vuelve prácticamente inhabitable. Los humanos han dejado de vivir en ella para limitarse a sobrevivir. Te dejo un refrán que la ilustra muy bien:
Invierno, primavera, verano, otoño. La muerte es la quinta, y la que las controla a todos
¿Qué más te puedo decir sobre este tipo de magia sin desvelarte nada? Sigue las normas de Sanderson. Es decir, es una magia con unas leyes muy concretas que tiene limitaciones, debilidades y costes. Es más, está relacionada directamente con la orogenesis explicada más arriba y el funcionamiento de nuestro planeta. ¡Ciencia convertida en magia!
Me despido no sin antes dejarte aquí abajo una cita de «La quinta estación» para crear un poco más de hype:
Cada vez que la tierra se mueva, escucharás su llamada. Cada vez que te encuentres en peligro, usarás de manera inconsciente la fuente más cercana de calor y movimiento.
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Y eso es todo por hoy. Jemisin es un perfecto ejemplo de cómo la ciencia se puede convertir en magia de una forma brillante. No digo más, solo te invito a comprarla y leerla.