El origen pagano de la Navidad

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Estamos en unas fechas muy especiales y, por mucho que este año sea muy raro, vamos a intentar seguir celebrando estas festividades. Como sociedad, tenemos inculcado que la Navidad es una fiesta dedicada a la familia e, incluso, podríamos decir que una de las más importantes de todo el año. Pero… ¿sabes por qué? Hoy te cuento el origen pagano de la Navidad.

Antes de empezar, decirte que voy a hacer un repaso general a las diferentes divinidades y festividades centradas a celebrar el solsticio de invierno para que puedas entender bien su origen y su transformación hasta convertirse en lo que hoy conocemos como Navidad.

Lamentablemente, solo te voy a hablar de festividades centroeuropeas, pues es mi campo de especialización. Si quieres aportar información sobre otras fiestas que compartan rasgos similares, son totalmente bienvenidos en los comentarios de más abajo.

1. Helios, dios griego del Sol

Tal y como te he contado, estas fechas están directamente relacionadas con el solsticio de invierno. A nuestros antepasados les llamó especialmente la atención el hecho de que, a partir de este solsticio, los días eran cada vez más largos. Por lo tanto, la mayoría de fiestas centradas en estas fechas, están relacionadas con la resurrección o el nacimiento del dios Sol.

Es por eso que no podemos hablar del origen pagano de la Navidad si primero no echamos un vistazo a la representación griega del Sol, así como a las festividades que se relacionaban con él.

Helios es un titán hijo de Hiperión (el que camina en las alturas) y Tea (de amplio brillo). Sus hermanos son Selene (la Luna) y Eos (la aurora). Parece ser que Helios Hiperión en un origen era un único dios, el dios del Sol, pero en fuentes posteriores se les separa en dos personalidades: Hiperión (padre) y Helios (hijo). Es por este motivo que en muchas ocasiones vemos como a Helios también se le llama Hiperión.

Relieve troyano

Sea como fuere, a esta divinidad se la imaginaban como un dios coronado con la aureola del Sol. Lo más llamativo de este personaje es que conducía un carro que portaba el astro celeste cada día de este a oeste. Se creía que lo llevaba hasta el océano y que regresaba de nuevo hacia el este por la noche. Las bestias que tiraba de este carro fueron diversas. En un inicio se consideró que eran toros, pero más tarde se creó la imagen de los cuatro caballos que arrojaban fuego: Flegonte (‘ardiente’), Aetón (‘resplandeciente’), Pirois (‘ígneo’) y Éoo (‘amanecer’). De hecho, el mito de Faetón explica lo difícil que era doblegar a estos caballos, pero ya te lo traeré en otra ocasión.

Con el paso del tiempo, Apolo fue adquiriendo rasgos de Helios, hasta que pasó a asimilarlo y ser identificado con el sobrenombre de Febo (ardiente) y, posteriormente, también como Helios. Recuerda que esto es algo muy habitual en la mitología, ya que su transmisión era mayormente oral. De todas formas, todas las características descritas también se traspasaban a Apolo, haciendo que Helios fuera, simplemente, otro nombre con el que dirigirse a él.

En cuanto a las festividades dirigidas a adorar a esta divinidad, encontramos pocas fuentes que hagan referencia a ellas. Esto es debido a que en Atenas no se celebraban, pero sí se hacían en Rodas. Durante el solsticio de invierno, en Rodas se celebraban unos juegos gimnásticos y se culminaba la festividad arrojando a una cuadriga por un precipicio al mar, representando el mito trágico de Faetón, hijo de Helios.

2. Sol invictus romano

De Grecia, pasamos a Roma. Del mismo modo que con los atenienses, el dios Sol no parece haber contado con demasiados ritos ni importancia dentro de su panteón hasta la época del imperio tardía.

Representación del Sol invictus

Su celebración se relaciona, como hemos ido viendo, con el nacimiento de un nuevo Sol que vencía a la oscuridad y que, por lo tanto, los días iban a ser más largos. Fue Aurelino (año 274) quien impuso este nuevo culto, junto con otras muchas tradiciones romanas arcaicas que pretendía reinstaurar. Tanto es así, que Helios (o Sol) fue favorecido por los emperadores posteriores a él, hasta que Juliano el Apóstata lo declaró como la única divinidad, relegando a todas las otras como simples expresiones de un mismo rostro divino. Hasta aquí no es difícil imaginar cómo los cristiano relacionaron el dios del Sol grecorromano con el Dios cristiano.

¿Por que tuvo tanto éxito esta divinidad dentro del pueblo romano? Aureliano pretendía dar a todos los pueblos del imperio un solo dios que pudieran adorar sin traicionar a sus propios dioses. Y se percató de algo: todos adoraban al sol de una forma u otra. De esta forma, a través de este afán unificado típico romano, instauró este culto casi monoteísta centrado en el Sol.

Si bien hemos visto claramente cómo se hereda la idea central de la fiesta (celebrar el nacimiento del dios Sol), aún nos faltan algunos detalles para entender bien el origen pagano de la Navidad. El cómo se celebra, lo hemos do adquiriendo de otras dos celebraciones: las Saturnalias romanas y el Yule nórdico.

3. Saturnalias

Las Saturnalias se introdujeron en el culto romano por dos motivos. El primero fue como homenaje a un triunfo militar; el segundo, y el que más nos interesa a nosotras, en honor a Saturno, dios de la agricultura. Oficialmente se celebraba el 17 de diciembre, con sacrificios y un banquete público festivo. Sin embargo, fue una fiesta tan apreciada por el pueblo que se forma extraoficial se festejaba a lo largo de siete días: del 17 al 23 de diciembre.

Saturnalia de Antoine Callet

En esta festividad, como es lógico, tenían un papel protagonista las luces y las velas y, por lo tanto, se celebraban siempre a la luz de velas y antorchas. Seguramente se trataban de las fiestas de la finalización de las labores del campo. Por este motivo, las familias campesinas, incluidos los esclavos, contaban con tiempo para descansar del esfuerzo de su día a día.

La fiesta siempre se iniciaba con un sacrificio en el templo de Saturno, que daba comienzo al banquete público al que estaba invitado todo el mundo. Durante los siguientes días, se desencadenaban una serie de celebraciones centradas en diversiones, orgías, banquetes e intercambios de regalos. Excepto por las orgías, vemos que la forma de celebrar estos días se ajusta bastante a la idea general que compartimos de la Navidad. El cristianismo, al relacionar el nacimiento del Sol con el de Jesús, simplemente asimiló también esta celebración.

4. Yule, festividad nórdica

Pero el origen pagano de la Navidad no solo se encuentra en la cultura grecorromana, sino que también bebe de la nórdica y germana. Yule era una festividad tradicional escandinava que se centraba en la familia, la fertilidad y el solsticio de invierno. El centro de esta fiesta estaba, sobre todo, en la nueva luz, pero también en el recuerdo de los ancestros, los amigos ausentes y la hospitalidad.

Durante esta festividad, se relacionaban algunos rituales que podemos identificara muy rápidamente con cosas que seguimos haciendo actualmente. Una de las más evidentes es el leño de Yule, se tomaba un leño del año anterior se dejaba arder durante 12 horas. Las cenizas de este leño se esparcían por los campos para hacerlos más fértiles. Actualmente, hemos tomado la idea de este árbol y de la luz para crear nuestro árbol de Navidad.

Otros aspectos que nos puede llamar la atención, es que se decoraban las casas con velas, luces y plantas. Entre ellas, el muérdago. Además, se matenían en vigilia durante toda la noche para esperar el sol y era muy habitual beber un brebaje relacionado con la brujería. También colgaban figuras de madera en las puertas de las viviendas. ¿Todo es te suena de algo?


Y esto es todo por hoy. Como ves, no somos tan diferentes de nuestros antepasados. Las fiestas son importantes y pasan a lo largo de los años y de las culturas por un motivo y, en este caso, es porque celebramos la fuerza de un elemento natural en el que prácticamente todos los pueblos se fijan: el Sol. Podemos varias las formas y algunos detalles, pero es curioso ver como en diferentes culturas se realizan celebraciones religiosas tan similares.

Cuéntame, ¿conocías el origen pagano de la Navidad? ¿Cómo lo celebras tú?


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