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Uno de los mitos griegos más conocidos es el rapto de Perséfone. Con esta historia, se pretendía dar explicación a varios fenómenos, pero el más evidente es el porqué de la estaciones. Pero, en realidad, tiene mucho más de donde sacar. El rapto de Perséfone nos habla de una relación tóxica entre madre e hija y una decisión a la desesperada para intentar alcanzar un ápice de libertad.

Infancia y nacimiento de Perséfone

En la mayoría de versiones del mito, Perséfone es hija de Deméter y Zeus. En otra versión, se considera que su madre es Estigia, una oceánida que personificaba uno de los ríos del Hades. Esta segunda versión la liga de forma directa al Inframundo, pero vamos a centrarnos a ver la relación entre Deméter y su hija.

A diferencia de sus hermanos, Deméter no tiene un lugar fijo en el Olimpo. Se dedica a vagar por las naturaleza y su cometido es cuidarla plantando semillas y cultivándola. Rechaza la compañía de sus hermanos y pretendientes y aleja también a su hija de ellos. La vida de madre e hija, por lo tanto, es de aislamiento y sin más compañía que la suya propia. Las únicas con las que tenía contacto son dos de sus sobrinas: Artemisa, diosa de la caza y de la naturaleza salvaje, y Atenea, diosa de la inteligencia y la castidad.

Todo este sosiego acaba cuando Hades decide raptar a su sobrina para casarse con ella. En algunas versiones, es Zeus quien la ofrece a su propia hija.

El rapto de Perséfone y la venganza de Deméter

El rapto sucede cuando Perséfone está recogiendo flores junto a algunas ninfas. El suelo se abre y de la grieta creada emerge Hades, el dios del Inframundo, y se lleva con él a Perséfone. Deméter, enfurecida por lo sucedido, castiga a las ninfas por no haber intervenido convirtiéndolas en sirenas. En algunas versiones, también estaban presentes Atenea y Artemisa y son ellas las que imponen el castigo.

Rapto de Proserpina por Luca Giordano.

Deméter queda desolada e inicia la búsqueda de su hija. Debido a esto, descuida su labor con la naturaleza y poco a poco todo va marchitándose. El motivo de este primer cambio de estación difiere dependiendo de la versión. En algunas, es la tristeza de la diosa lo que provoca el cambio; en otras, que su obsesión por buscar a su hija hizo que descuidara su responsabilidad. A mi me gusta verlo más como un acto vengativo, especialmente cuando logra descubrir qué ha pasado, ya que es la única que conoce los misterios eleusinos; es decir, es la única que sabe como cuidar y cultivar la naturaleza.

En este momento, aparece la figura de Hécate, la diosa de la brujería. Escucha los gritos y llantos de Deméter y dice ayudarla en su búsqueda. De esta forma, le aconseja hablar con Helios (la representación divina del Sol), puesto que es el único capaz de ver todo lo que sucede en la faz de la Tierra. Es él quien le cuenta lo sucedido a Deméter: su hermano Hades ha raptado a su hija y no tiene intención de devolverla. Según la versión, también descubre que Zeus ha sido quien ha entregado su hija.

El regreso de Perséfone de Frederic Leighton

Durante esta búsqueda, decide bajar a la tierra en forma de anciana y hacerse pasar por una mortal. Trabajará al servicio de Céleo, el rey de Eleusis en Ática. Él le pedirá cuidar a sus dos hijos y, en agradecimiento por su hospitalidad, Deméter intentará convertir a uno de ellos en dios. Le unta de ambrosía (la comida de los dioses) e inicia un ritual poniéndolo sobre los leños de la chimenea para darle la inmortalidad. Sin embargo, es interrumpida por la madre de la criatura y no lo logra. En algunas versiones, el bebé acaba muriendo en el fuego. Al otro, más adelante le dará uno de los regalos más importantes para la humanidad: le desvela los misterios eleusinos y enseña la agricultura a los mortales.

Mientras tanto, la Tierra se había convertido en un lugar inhóspito debido a que la naturaleza había dejado de crecer. En ese momento, Zeus interviene. Deméter le exige que su hija vuelva junto a ella y, a través de la intervención de Hermes (dios mensajero), consiguen convencer a Hades para que devuelva su hija a Deméter. Sin embargo, no todo va según lo que había previsto la diosa.

Perséfone, reina y diosa del Inframundo

El origen de las estaciones

El rapto de Perséfone había empezando siendo algo no consentido por parte de la joven, pero en la mayoría de versiones se muestra una imagen de Perséfone diferente a la que nos suelen contar. Perséfone acaba enamorada de Hades y de todo lo que él le ofrece: convertirse en diosa y reina del Inframundo.

Por ese motivo, decide romper una regla impuesta por Zeus para poder volver y reclamar el trono que ansiaba. El rey de los dioses había dicho que no debía comer nada del mundo de los muertos, pero acaba probando semillas de granada (4 o 6 dependiendo de la versión).

En la versión más famosa de este mito, es Hades quien le engaña dándole estas semillas; pero en muchas versiones se ofrece una descripción de Perséfone que se ajusta más a la idea de que fuera ella misma la que planeara esta trampa para no renunciar ni a su esposo ni a su trono.

Esta historia, por lo tanto, sirve para explicar el origen de las estaciones. Deméter cuidará de la naturaleza cuando esté su hija a su lado, pero la tristeza de no estar con ella hará que descuide su labor. Sin embargo, también nos explica una tradición: algunos rituales matrimoniales en los que el novio debía secuestrar a la novia del hogar paterno.

Hécate y la reina del Inframundo

Otra de las versiones de esta historia explica que fue Hécate quien rescató a Perséfone del Inframundo. Esta intervención de Hécate en la historia provoca que entre ambas diosas nazca una amistad muy fuerte. Esto explicaría por qué a Hécate se la relaciona con el Inframundo y la brujería, puesto que la mismísima reina de este le debía tanto.

Proserpina, por Rossetti

Sea como fuere, Perséfone es una de las pocas mujeres raptadas en la mitología griega que acaba desarrollando un papel activo en el imaginario. Por un lado, se la relaciona con todos los rituales relacionados con el cultivo. Pero, por otro, es ama y señora y del Inframundo.

El poder de Perséfone en el Inframundo es prácticamente igualitario al de su marido. Su relación con Hades era consentida y ambos se amaban y se respetaban. Se trata de una diosa a la que le gusta el poder que consigue y siempre se la describe con crueldad, similar a las descripciones que se hacían de Hécate.

Uno de los mitos en los que se ve con claridad esta faceta suya es el de Pirito y Teseo. Estos semidioses y héroes se habían propuesto casarse con dos de las hijas de Zeus: Helena y Perséfone. Teseo escogió y raptó a Helena. Cuando bajaron al Hades para raptar a Perséfone, esta les recibió con hospitalidad y les ofreció un gran banquete. Cuando se sentaron frente a ella, dos grandes serpientes se enroscaron en sus piernas atrapándoles. Permanecieron en el Hades encarcelares hasta que Heracles (Hércules en la mitología romana) consiguió bajar hasta los infiernos y rescatar a Teseo.

Reinterpretaciones del mito

Este es uno de los mitos más famosos de todo el imaginario griego y ofrece también muchas posibilidades de reinterpretación.

Muchos han optado por trabajar sobre la estructura del engaño de Hades y Perséfone, pero a mi me parece especialmente interesante trabajar también la relación tóxica entre madre e hija. Perséfone, en la mayoría de versiones del mito, se convierte casi en un objeto inanimado que va de las manos de uno a otro, pero pocos se han centrado en reinterpretar su historia y su papel dentro de su propio rapto.

Cuéntame, ¿conoces alguna versión actual de este mito?

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