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Hemos hablado mucho sobre mitología griega y te he traído algunos de los mitos que más han resonado en nuestra cultura, como podría ser el personaje de Perseo o el rapto de Perséfone. Pero hoy vamos a viajar hacia el inicio de todo y vamos a conocer el origen de la tierra y de los dioses a través del mito de Urano y Gea.

1. Las primeras fuerzas elementales

Hesíodo en su Teogonía pretende ofrecer una historia cronológica del origen de los dioses. En su obra explica que el origen de todo es el Caos. Esta palabra en su origen significaba literalmente «el vacío que se produce en un abertura», una forma muy poética de llamar al origen de la realidad. Caos es un elemento original que se irá relacionando con todo lo que es oscuro y negativo en el mundo. A medida que van surgiendo las siguientes divinidades, su lugar quedar desplazado entre la Tierra y el Tártaro.

Aunque Caos fue el primero, junto a él llegaron tres fuerzas más: Gea, Eros y el Tártaro, en este orden. Eros, en ese momento, se entiende como la personificación del deseo y lo que empujará a los demás dioses a reproducirse. Su imagen se irá retorciendo e infantilizando hasta llegar a nuestra concepción actual del dios del Amor. El Tártaro es la última región inferior del universo entero, usado como prisión para los dioses desterrados. Aunque se entiende como una entidad diferente al Hades (el lugar de los muertos) con el paso de los años se irán equiparando para formar el Tártaro parte de éste.

A partir de estas primeras fuerzas, se desencadenan tres grandes familias divinas a través de la generación de hijos por sí mismo, sin intervención masculina. Caos origina una hija Nyx (Noche), que creará por sí misma una familia oscura; y Gea dos hijos propios con los que tendrá, a su vez, descendencia con la que formará las dos otras familias divinas.

2. Los hijos de Gea

La madre Tierra será nuestra gran protagonista dentro del mito de Urano y Gea. Debe entenderse como una expresión de la Tierra en su conjunto. Debes tener en cuenta que en la antigüedad se representaba nuestro planeta como una superficie plana de extensión indeterminada. Aunque fueron muy precoces al descubrir su verdadera forma esférica (siglo V aC), seguirá manteniendo esta idea en el imaginario mitológico. Si bien es cierto que en diferente mitos aparece saliendo de la tierra con apariencia humana, su forma original siempre es la de la Tierra en conjunto, pues este era su cuerpo físico.

Gea, Feuerbach (1875)

En el Himno homérico a Gea se la nombra como madre de todos. Se la considera el ser más antiguo que se ocupó de alimentar a las criaturas vivientes y traer prosperidad a la humanidad en sus cultivos. Aunque no tenía un rito concreto, siempre se recurría a ella para jurar pues que, al igual que Helios (el Sol), ninguna mentira podía esconderse de ella.

Como te he dicho antes, originó dos familias divinas. Sin intervención masculina, tuvo dos hijos: Ponto (mar) y Urano (cielo). Con el primero, engendró una familia de seres marinos y monstruos con lo que se pretendía dar nombre y explicación a elementos naturales tales como las mareas o las olas. La historia con Ponto solo es relevante para dar origen a este familia.

Su relación con Urano, el cielo, fue mucho más compleja e interesante para nosotros. El mito de Urano y Gea, de hecho, nos explica la historia de la primera gran pareja de dioses dentro de la mitología griega. Como veremos más adelante, forman parte de un mito sucesorio que dará pie a los famosos dioses olímpicos.

Pero empecemos por el principio. Urano ocupó su lugar sobre su madre y esposa, para protegerla pero también controlarla y dominarla. Del contacto entre cielo y tierra, nacieron muchos hijos. Los primeros fueron los cíclopes, grandes criaturas de un solo ojos; a continuación, tuvieron a los Hecatonquiros o Centímanos, gigantes con 100 brazos y 50 rostros; por último, dieron vida a los Titanes y las Titánides.

Urano es un personaje mitológico muy interesante puesto que odiaba a todos sus hijos. Se le presenta como un dios celoso, manipulador y controlador. Tanto es así que no permitía que Gea les diera a luz. En cuanto Gea engendraba una nueva vida, Urano los encerraba en el interior de ésta, sin permitirles vivir. Aunque la actitud inicial de Gea era ofrecerle una buena descendencia, pronto el dolor y que el sufrimiento que tanto ella como sus hijos sufrían le hicieron actuar en consecuencia.

3. La separación del cielo y la tierra

El nacimiento de Venus, Bouguereau (1879)

Movido por la influencia los planes de su madre, Cronos, el titán más joven y valiente de todos, prepara una emboscada a su padre. Cuando baja para acostarse con Gea, se abalanza contra él y le corta los genitales con una hoz que Gea había fabricados. Al lanzar su virilidad, nace de ella varias criaturas. La sangre que gotea en la tierra da vida a las Erinias (espíritus de venganza), los Gigantes y las Melias (ninfas del bosque). El semen que cae en el agua del mar, dará vida a Afrodita, diosa del deseo carnal.

Este mito es muy importante por dos razones. La primera y la que movía a Hesíodo en su Teogonía es explicar el origen de las primeras divinidades; pero la segunda era dar explicación a una situación del mundo real que muchas civilizaciones de nuestro mundo se han planteado. De hecho, es curioso ver como diferentes culturas y civilizaciones entienden a la tierra y al cielo como la primera pareja divina y todas, también, cuentan con un mito que explica cómo logran separarse y permitir la vida de la siguiente generación de dioses. Veamos dos ejemplos.

  • En la mitología egipcia, Shu (dios del aire) se interpone entre el dios de la tierra (Geb) y la diosa del cielo (Nut) para levantar el cuerpo de esta por encima de su pareja.
  • En un mito maorí de Nueva Zelanda, se explica como Rangi y Papa crearon toda la vida, pero nunca se separaban y tenían aprisionados entre los cuerpos ambos a sus hijos. Los dioses decidieron que Tane (dios de los bosques y de los pájaros) les separaría con sus propio cuerpo. De esta forma, se hizo la luz por primera vez.

4. El inicio de un mito sucesorio

Pero el mito de Urano y Gea no queda aquí. Cronos arrebata el poder y la hombría de su padre y se proclama el rey de los nuevos dioses. Sin embargo, forma parte de un mito sucesorio que no acabará con él, sino con su descendencia. Los Titanes y las Titánides tendrán que enfrentarse a sus propios descendientes y hermanastros para intentar asegurarse el poder.

Pero eso, forma parte de otro mito.


¡Eso es todo por hoy! Tenía muchas ganas de traerte este mito, pues es el origen de todo y sirve para asentar las bases de las divinidades posteriores. Si quieres conocer mejor todos los personajes que solo he podido mencionar en este episodio, y eres demasiado impaciente como para esperar al siguiente capítulo del podcast, te dejo bibliografía para que explores por tu cuenta:

Cuéntame, ¿conocías el mito de Urano y Gea?


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