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En el anterior capítulo mitológico, estuvimos hablando sobre Hades y el Inframundo griego. Como rey y gobernante de la residencia de los muertos, vimos que era una de las divinidades más importantes, por mucho que fuera nombrado con eufemismos para evitar su presencia. En este capítulo, continuaremos hablando del reino de los muertos, pero esta vez centrándonos en los héroes, heroínas y otros seres del Inframundo griego.
1. Dioses y otros seres inmortales del Inframundo griego
Para organizar un poco este análisis de los habitantes del Inframundo griego, vamos a dividirlos en dos grupos: los inmortales y los mortales. Del primero grupo, de hecho, ya te he hablado en el capítulo que dedicamos tanto al rapto de Perséfone como al análisis del monarca y reino de los muertos. Pero haremos un pequeño repaso para no dejarnos a nadie.
Los reyes y guardianes del Inframundo
Como bien sabes, Hades y Perséfone son los monarcas del Inframundo. Se trata de uno de los pocos matrimonios del panteón griego en que mujer y marido cumplen las mismas funciones y que tienen la misma importancia dentro del imaginario griego. Si bien es cierto que Perséfone tiene una interpretación más ligada al cambio y al ciclo vital, no se la presenta de forma más amable ni menos agresiva que a su esposo. De hecho, como veremos a lo largo del capítulo de hoy, ambos son duramente justos en sus castigos y decisiones.
Otros seres inmortales que habitarán junto a ellos en el Inframundo serán Hermes y Caronte, en su función de guía de los muertos; y Cerbero, el perro guardián que impide que nada que entre en el Inframundo pueda volver a salir. Aunque como vemos a continuación, han habido algunos héroes que han conseguido engañarle.
Los tres jueces del Inframundo griego
Otros seres inmortales del Inframundo son los jueces Radamantis, Minos y Éaco.
En el capítulo en que te conté como las almas llegaban al Inframundo, te explicaba que este era entendido como una residencia en la que todos tenían cabida, sin importancia de sus decisiones en vida. Esto es así en los relatos homéricos, pero cuando pasan los años, se altera y añade la posibilidad de acceder a mayores comodidades dependiendo de tus acciones en vida.
Para decidir quién merecía estos honores, primero se le atribuyó este papel a Hades, pero pronto se crearon las figuras de estos otros seres del Inframundo. En este caso, no son inmortales, sino que son personajes de la mitología que, una vez muertos, ocupan un lugar de poder. Este es el caso de nuestro tres jueces del Inframundo: Radamantis y Minos, hijos de Zeus y Europa y reyes de Creta; y Éaco, abuelo de Aquiles y rey de Egina.
En la mayoría de relatos se nos muestran como espectros que rigen, de alguna forma, el destino de las almas que consiguen llegar al Inframundo. Su papel más importante para el devenir de los muertos es decidir quién tiene acceso a la Isla de los Bienaventurados, también llamado Elisio. Se trata de una tierra que podría semejarse mucho a nuestra idea de Paraíso, pero a la que solo tienen acceso los grandes héroes y heroínas.
Las Erinias o Furias: Alecto, Megera y Tisífone
Las Erinias, nacidas de la sangre derramada de Urano sobre Gea, son entendidas como espíritus de venganza que se cobraban una terrible pero justa venganza contra aquellos que habían cometido asesinatos u otros crímenes graves, especialmente si esto se daba en el seno familiar. Este es el caso, por ejemplo, de Edipo que fue hostigado por ellas tras el suicidio de su madre y esposa. Tiene mucho sentido esta función, pues ellas mismas nacen de una ofensa cometida por un hijo (Cronos) contra su padre (Urano).
Pero no era el único cometido de estos seres del Inframundo, sino que también castigaban en el mundo subterráneo a los que juraban en falso. En la tradición posterior, además, se convirtieron en el más importante agente de venganza en el Inframundo, castigando a los muertos por cualquier clase de faltas que hubieran cometido. Existe un pasaje muy interesante en la Ilíada en el que se sugiera que tienen que actuar para que las cosas no se salgan del orden apropiado, incluso aunque no se haya cometido ninguna ofensa entre los mortales.
De forma general, estos seres del Inframundo encarnan ideas arcaicas sobre la justicia antes de que se entendiera que la intención es parte fundamental en cualquier criminal. Por eso, castigaban cualquier acción que considerase infame, antinatural o injusta.
2. Héroes y heroínas que visitaron o residen en el Inframundo griego
A pesar de que estas historias son bastante interesantes, sé que has venido hasta aquí para conocer el salseo del Inframundo griego: aquellas personas que, de alguna forma, desafiaron a los dioses o al orden natural. Algunos serán castigados duramente por sus actos, otros intentarán rescatar de las manos de la muerte a sus seres amados.
He dividido en dos grandes grupos este apartado. Un lado, aquellos que fueron castigos por suscitar el odio de los dioses y que, según estas historias, aún siguen soportando su castigo. Por otro, aquellos héroes y heroínas que consiguieron descender hasta los Infiernos y salir indemnes de esa misión.
Castigados por los dioses
Ticio
Se trata de un gigante que permanece tumbado en el suelo con los miembros estirados y atado de tal modo que es incapaz de espantar a los dos buitres que picotean su hígado, uno a cada lado. Este fue el castigo impuesto por los dios por haber intentado violar a Leto, una de las amantes de Zeus y madre de Apolo y Ártemis.
Tántalo
Fue un rico rey lidio que sigue sometido a hambre y sed eternas en circunstancias cruelmente frustrantes, ya que permanece en un estanque lleno de agua que le llega hasta la barbilla, pero que desparece sin dejar rastro cada vez que intenta beber de ella. Además, árboles cargados de fruta de todo tipo extienden sus ramas sobre su cabeza pero un golpe de viento los pone siempre fuera de su alcance cuando intenta agarrar sus frutos.
Existen varias versiones sobre el por qué de su castigo. La más conocida es aquella que explica cómo robó algo de néctar y ambrosía (alimento divino que concede la inmortalidad) para compartirlo con sus camaradas mortales. En otras, que el castigo es debido a revelar los secretos de los dioses a los mortales, haber raptado a Ganímedes o negar que el sol era un dios.
Pero hay una versión concreta que, por lo siniestra que es, merece mención a parte. Tántalo intentó probar la omnisciencia de los dioses sirviéndoles en una fiesta la carne de su propio hijo (Pélope). Ellos reconocieron enseguida la naturaleza de la carne, devolvieron a la vida al inocente e hicieron penar eternamente al autor del crimen.
Sísifo
Antiguo rey de Corinto es condenado a llevar rodando una enorme piedra hasta lo alto de una colina sin posibilidad de descanso ya que, cuando está a punto de alcanzar su objetivo, el peso de la roca lo hace caer rodando al pie de la montaña por el otro lado.
Se explican varias versiones sobre su crimen. En una de ellas, Hades lo mantiene entretenido de esta forma para que no intente volver a escaparse del Inframundo. En otra, Zeus lo castiga por revelar el rapto de Egina.
Visitantes del Inframundo
Psique
En un capítulo anterior ya te conté el mito de Eros y Psique. En él, debido a la ruptura de una promesa, Psique tendrá que conseguir ganarse el favor de su suegra Afrodita y su última misión será la de bajar a los Infiernos para robar una caja a la reina de los muertos.
Lo que pasa en esta aventura, te lo conté en el capítulo anterior, así que te derivo directamente a él.
Orfeo
Una historia semejante de estos amantes es la de Orfeo y Eurídice. El hijo de Apolo tendrá que viajar hasta los Infiernos para recuperar a su recién fallecida mujer y emplear sus artes musicales para convencer a los reyes del Inframundo de recuperar a su esposa. Consigue amansar a Cerbero, permite con su música que los eternos castigados consigan unos minutos de descanso y los propios dioses le permiten llevarse a Eurídice con una única condición: no mirar atrás, no contemplar a su esposa hasta que la luz del sol la ilumine.
Las dudas invadirán a nuestro héroe que, unos pocos metros antes de alcanzar la salida, se vuelve para presenciar una segunda pérdida. El alma de Eurídice, traicionada la promesa, volverá de nuevo al Inframundo, de donde no volverá a salir jamás.
Teseo
Teseo fue uno de los héroes más importantes del imaginario griego y seguro que te suena por ser el que consiguió vencer al minotauro de Creta. Pero su estancia en el Inframundo griego sucedió mucho después de esto.
Junto con uno de sus inseparables amigos, Pirítoo, decidieron que solo se casarían con hijas de Zeus. Teseo escogió a Helena de Troya y la raptó cuando aún era una niña. Pero Pirítoo tenía aspiraciones más altas: deseaba secuestrar a la mismísima Perséfone y hacerla su esposa. Para ello, descendieron a los Infiernos para capturarla.
Perséfone les atendió con honor y les sirvió un banquete; pero, cuando se sentaron a la mesa, quedaron pegado a los asientos y así fueron capturados en el Inframundo hasta que llegó Heracles. Este solo fue capaz de salvar a Teseo, mientras que Pirítoo aún permanece cumpliendo su condena.
Heracles
Uno de los héroes griegos más conocidos actualmente. Seguro que te suenan las doce pruebas impuestas por Hera a Heracles, el hijo bastado de su marido.
La duodécima y última fue, precisamente, captar a Cerbero y sacarlo de los Infiernos. Viajó a Eleusis para adentarse en los misterios de Deméter, entre los cuales se encontraba el secreto sobre cómo acceder al Inframundo y salir vivo de allí. Consiguió convencer a Caronte para que lo transportara en su barca, recibiendo el barquero un castigo ejemplar por ello, y cumplir con su misión.
En su estancia, tal y como hemos comentado, dio con Teseo y Pirítoo; aunque solo el primero fue capaz de despegarse del banco en el que estaba atrapado.
Ulises
Mientras que todos los anteriores viajan hasta los Infiernos en busca de algo tangible, la bajada al Inframundo de Ulises es muy diferente. Si recuerdas su historia, Ulises debe volver tras la guerra a su tierra, Ítaca, pero encontrará en su peregrinaje grandes trabas que, llevadas a cabo por los dioses, lo llevarán a vivir grandes aventuras.
En una de ellas, acaba en la isla de hechicera Circe, con quien convive durante un año. Cuando desea abandonarla para volver a su viaje, esta se lo permite con una única condición: tendrá que viajar a los Infiernos para conocer su destino. Por ello, acabará logrando esta proeza y encontrando entre los espíritus del lugar a Tiresias, quien le revelará su destino.
Y eso es todo por hoy. Me ha dado la sensación que te he contado pinceladas minúscula de historias mucho más grandes y prometedoras. Por eso, aprovecho este capítulo sobre seres del Inframundo para lanzarte preguntarte sobre cuál de estos héroes te gustaría saber más.