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Hemos dedicado más de doce capítulos y varios meses a presentarte el panteón griego, por eso me ha parecido importante juntarlos a todos en una peculiar reunión familiar para recordarte quiénes son estos doce dioses del Olimpo, sus nombres y poderes. Si tienes curiosidad por conocer mejor sus historias individuales, tienes a tu alcance los enlaces de los capítulos individuales.
1. Los seis dioses del Olimpo principales
He dividido los dioses en principales y secundarios, entendiendo esta división en algo jerárquico familiar y, por lo tanto, en el orden de aparición o nacimiento de los dioses. De esta forma, los dioses principales surgen de la unión entre Cronos y Rea (que son, a su vez, hijos de Gea y Urano); mientras que los secundarios son descendientes de los Olímpicos originales.
Zeus, el rey de los dioses
Zeus es el hijo menor de Cronos y Rea, ocultado por su madre y criado por la cabra o la ninfa Amaltea. Con la ayuda de Metis, conseguirá engañar a su padre y liberar a sus hermanos. Después de derrotar juntos a Cronos, los varones se dividirán el gobierno del mundo. Zeus será el señor de las tierras, proclamado así rey de los dioses y poseedor del rayo, que le regalaron los Cíclopes.
Sus símbolos el cetro y la corona (como símbolos de su poder), el rayo, el águila, el toro y el roble.
Si primera esposa será Metis, pero se la comerá para evitar una maldición. La tradición más extendida es que está casado con su hermana Hera. Aún así, tiene infinidad de amantes, divinas y humanas, con las que va engendrado criaturas, dioses y héroes.
Poseidón, el rey del mar
Poseidón se quedará el dominio de los mares y de los océanos. Es entendido como un alter ego de Zeus, es decir, también actúa como símbolo de poder y autoridad. Sin embargo, tiene una personalidad muy irascible. Esto lo convierte también en el dios de los terremotos y de los caballos, entendidos como una fuerza natural difícil de domar.
Su símbolo es el tridente, el caballo y los delfines. Tiene un carro tirado por delfines.
Su esposa será Anfitrite, hija de Nereo o el titán Océano, según la versión que consultemos. La conquistó gracias a un delfín y por eso lo proclamó uno de sus símbolos. Al igual que su hermano, tuvo infinidad de amantes y con ellas tuvo dos tipos de hijos: monstruos irascibles, como Polifemo, y héroes míticos como Teseo.
Hades, el rey del Inframundo
En la división del mundo, a Hades se le asignó el dominio del Inframundo. Era el encargado de albergar las almas de todos los fallecidos y juzgarles en el que caso de que hubiesen sido castigado por los dioses. Se le entendía como un dios implacablemente justo y los griegos temían pronunciar su nombre porque creían que nombrándole se le invocaba.
Tiene varios símbolos, como el casco que le vuelve invisible o su peculiar mascota, can Cerbero, un perro de tres cabezas. También se le suele representar con una horca de dos puntas o con una vasija de libaciones.
Su esposa era su sobrina Perséfone, que debía volver junto a su madre cada seis meses. Ella, como reina del Inframundo, se sentaba a su lado y adquirió un rol muy activo en las decisiones de su reinado. Tuvieron dos hijos: Zagreo y Melíone, príncipes del Inframundo. También se le atribuye la paternidad de las Erinias, tal vez con Nox, pero las fuentes se contradicen.
Hera, la diosa del matrimonio
Hera fue cortejada por Zeus y mil veces rechazado, hasta que el dios la engañó y se casaron. De esta forma, se convierte en la diosa del matrimonio. Algo muy paradójico tratándose de la diosa más cornuda de todo el panteón. Además de esto, Hera es la diosa de la astucia y tiene el poder de engañar y manipular a los demás. Tanto que consiguió enloquecer a Heracles para que matara a su propia esposa e hijos.
Su símbolo más importante es el pavo real, pero también se la asocia a la vaca. Otro símbolo que suele acompañarle es un polos, una corona que empleaban las diosas más importantes, o una granada, símbolo del matrimonio.
Su marido fue Zeus y con él unos pocos hijos legítimos, entre los que se destacaban Illitia, diosa de los nacimientos; Hebe, la personificación de la virtud y futura esposa de Heracles; y Ares, dios de la guerra. Por sí misma engendró a Hefesto, dios del fuego y de la fragua.
Deméter, la diosa de la agricultura
Deméter enseguida se separó de las intrigas del Olimpo y se centró en cuidar y labrar las tierras de Gea. Era la que se encargara de que los campos dieran fruto eternamente y que los campos estuvieran verdes y bien cuidados. Esto cesó en cuanto Hades raptó a Perséfone, pues se centró en buscarla y descuidó el cuidado de la tierra. La estancia de Perséfone en el Inframundo se relacionará directamente con el otoño y el invierno, pues la tristeza le impide hacer su trabajo.
Sus símbolos son la amapola y el trigo. Tiene un carro tirado por dragones.
No se casó, pero sí tuvo descendencia. La más importante es Perséfone, concebida con Zeus. También estuvo con Poseidón y de esta unión nacieron Arión, un caballo alado, y Despena, diosa de los misterios arcaicos y del invierno. Con Yasión, su primer amante, también tuvo a Filomeno, patrón de la ganadería, y a Pluto, personificación de la riqueza, relacionado con la agricultura.
Hestia, la diosa del fuego del hogar
Hestia es la hermana mayor de los hijos de Cronos y Rea, la primera en nacer y la primera a la que su padre se comió. Por eso, también fue la última en ser expulsada. Este es el motivo por el que sea considerada mayor y la más joven a la vez. Es la diosa del fuego del hogar, una diosa protectora relacionada con la vida familiar, del fuego que alimenta y calienta a la familia. Era una divinidad presente en todas las fiestas y celebraciones religiosas, aunque no se la imaginaba de forma antropomórfica, sino más como un espíritu familiar.
Su símbolo es la llama del hogar, la que protege las oikos familiares, pero también la antorcha de la ciudad. En Roma, de hecho, sus sacerdotisas se encargaban de mantener estar fuego siempre encendido.
Fue una diosa casta y, como tal, no tuvo amantes ni descendencia. De hecho, juró frente a Zeus que nadie la tocaría. Este, para ayudar a su hermana que nunca tendría esposo, determinó que, de todas las ofrendas que se llevaban los dioses, ella se quedaría con una parte.
2. Dioses del Olimpo secundarios
Me imagino que, bajo el título de «Los doce dioses del Olimpo: nombres y poderes», después de traerte los seis dioses principales, te esperas que los secundarios sean también seis. Pues no. Te traigo 8 descendientes directos de los hijos de Cronos y Rea. No es que me haya descontado, al acabar te explico qué sucede con esto.
Ares, el dios de la guerra
Ares es hijo de Zeus y Hera y dios de la guerra. Es, literalmente, hijo del odio y el rencor; pues Hera al llevarlo en su vientre se enteró de sus infidelidades. Por eso, nació un hijo cargado de rabia, irascible e incontrolable. Es el dios de la fuerza bruta, de la brutalidad de la guerra, casi invencible en la lucha; pero poco estratégico, acaba perdiendo frente a grandes héroes o su propia hermanastra Atenea.
A Ares siempre se le representaba armado como un guerrero: lanza, armadura de bronce, escudo y espada corta. Sus animales eran los perros y los buitres. Poseía un carro tirado por dos caballos inmortales.
Según la versión que quieras escoger, la esposa de Ares es Afrodita. Con ella tuvo a Fobos y a Deimos, gemelos que representaban el terror y el horror; pero también a Harmonía, diosa de la armonía y la concordia; Eros, dios del amor y de la atracción sexual; y Anteros, dios del amor correspondido. Con otras amantes, tuvo más hijos, entre las que destaca Rómulo y Remo, fundadores de Roma.
Atenea, la diosa de la sabiduría y de la estrategia militar
Atenea es hija de Zeus y Metis, su primera esposa. Para evitar la maldición de Cronos, Zeus se comió a su esposa embarazada y de su frente nació Atenea, ya adulta y armada para la batalla. Heredera de su madre, diosa de la inteligencia, Atenea se convierte en la diosa de la sabiduría y de la estrategia militar. Es protectora de héroes, encargada de infundirles valor y serenidad. A diferencia de su hermanastro Ares, es la gran vencedora.
Sus símbolos son la égida con la cabeza de Medusa, el búho y el olivo.
Es una diosa casta, no se casó nunca ni tuvo descendencia.
Artemisa, diosa de la caza
Artemisa es la hermana gemela de Apolo, hija de Zeus y Leto. Es la diosa de la virginidad, de la caza y asesina de mujeres. Vive seguida por un séquito de ninfas y mujeres que han jurado mantenerse castas, en los bosques salvajes, viviendo de la caza y en armonía con la naturaleza. También es la gran vengadora y asesina de mujeres, a las que elimina cuando rompen su juramento de castidad o si ofenden a su familia.
Sus símbolos son el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo y la Luna.
Como diosa virgen, no contrajo matrimonio ni tuvo descendencia. Sin embargo, si parecía tener algún tipo de relación erótico-festiva con sus ninfas.
Apolo, dios de las artes y la música
Apolo es el hermano gemelo de Artemisa, hijo de Zeus y Leto. Es el dios de la música y de las artes, de la premonición y la adivinación, y de la curación y la medicina. Se le entendía como el paradigma idealizado de la masculinidad, tanto por sus cualidades físicas como intelectuales. También fue un brillante arquero y cazador, como su hermana, y muy buen luchador. Con el paso del tiempo, además, se convierte en el portador del carro del Sol.
Sus símbolos son una cítara o una lira, un trípode de bronce (que lo relacionaba con el oráculo de Delfos), un arco y un carcaj de flechas y el Sol.
No se casó, pero sí tuvo muchos y muchas amantes, así como descendencia. Sus hijos más famosos son el magnífico músico Orfeo y el brillante médico Asclepio.
Hermes, dios de los mensajeros y ladrones
Hermes es hijo de Zeus y Maya. Es el dios de los mensajeros, de los caminos y de los ladrones. Su función dentro del imaginario griego era el de enviar mensajes y órdenes, especialmente de parte de su padre Zeus. Empezó siendo una deidad protectora de los caminos; más concretamente, de los límites. Por eso, con mucha facilidad, se le asignó el papel de ser quien ayudaba a traspasar los límites, tanto físicos, como morales o metafísicos. De esta forma, protegía a viajeros, a las almas al viajar hacia el Inframundo y a los ladrones y timadores.
Su símbolo el gallo y la tortuga, sus botas aladas y sus sombrero de copa ancha o casco alado. También se le suele representar con su caduceo o vara de heraldo.
No se casó, pero sí tuvo muchos hijos. Entre ellos, podemos destacar a Hermafrodito, un dios que acabó unido al cuerpo de una ninfa; o Autólico, un brillante ladrón.
Hefesto, dios del fuego y la fragua
Hefesto es hijo de Hera. Aunque existen varias versiones, esta lo engendró por envidia al ver como Zeus daba la vida a una hija por sí mismo. Es el dios del fuego, de la fragua y de la inventiva. Es el dios encargado de fabricar los palacios, templos y hogares de los dioses; así como de las armas que emplean tanto dioses como héroes, incluyendo las flechas de plata de Artemisa o los rayos de Zeus. Sin embargo, es un dios despreciado por sus iguales debido a ser tullido.
Sus símbolos son el hacha, el yunque, el martillo y el fuego.
La versión más extendida es que estuvo casado con una de las Gracias, aunque otra le hace esposo de Afrodita. Tuvo poco hijos. Los más importantes son el argonauta Palemón y el brillante constructor y músico Árdalos.
Dioniso, dios del vino
Dioniso es hijo de Zeus y Sémele. Es el dios del vino, del éxtasis y del despertar del lado más salvaje. Se trata de un dios al que le gustaba caminar entre mortales y que formó un séquito de mujeres a las que invitaba a desprenderse de su lado más solemne para aceptar el salvajismo de la vida. Así, acababan convirtiéndose en mujeres que parecían poseídas, con una gran fuerza y brutales en su lucha.
Sus símbolos eran el vino y los racimos de uvas, también se le podía representar con un tirso, un báculo con una piña en la punta.
Tuvo varios amoríos y se casó con Ariadna, princesa de Creta. De entre sus hijos más famosos, destacan Príapo, dios de fertilidad masculina; las Gracias o Cárites, asociadas a las cualidades ideales femeninas; o Deyanira, la tercera esposa de Heracles.
Afrodita, diosa del amor y la belleza
Por último, pero no menos importante, nos encontramos con Afrodita, la diosa del amor y de la belleza. Según la versión más extendida, nace con la caída de los genitales cortados de Cronos al mar; en otras versiones se la nombra como otra hija más de Zeus. Es la diosa que inspira los amores y las pasiones, siempre acompañada de Eros. Además, también es una importante guerrera, instigadora de la guerra de Troya.
Sus símbolos son los delfines, las palomas, los cisnes, las almejas, las veneras, las perlas, y árboles como el granado, el manzano, el mirto y las rosas.
La versión más extendida es que estaba casada con Ares, con quien tuvo los hijos mencionados más arriba. Aún así, también tuvo otras parejas con las que engendró otros hijos.
3. ¿Cuáles son los nombres y poderes de los 12 dioses del Olimpo?
Terminado el recordatorio de todos los nombres y poderes que albergaban los dioses del Olimpo, solo nos queda aclarar cuáles son los doce que componen el panteón clásico.
Lo que sucede con esto es, como otras tantas cosas dentro de la mitología clásica, es que existen diferentes versiones. Lo normal es que hayan una serie de dioses que siempre permanecen fijos en el panteón. Estos son: Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa.
Dependiendo de la época y de la zona, ya sabes que cada ciudad griega es un mundo complemente diferente a las demás, se sumarán a este abanico dos de los que quedan: Hades, Dioniso, Deméter y Hestia. Si te fijas, además, los que oscilan son, precisamente, los dioses que tienen poco que ver con el Olimpo. A excepción de Hestia, el resto son dioses que viven en el mundo terrenal. La diosa del fuego, por su parte, es una divinidad que fue perdiendo fuerza con el paso del tiempo y su plaza en el panteón la acabaron ocupando otros dioses.
Y eso es todo por hoy. Espero que con esta capítulo hayas podido conocer mejor los nombres y los poderes que tenían los doce dioses del Olimpo. A partir de ahora, podremos adentrarnos en el resto de aventuras, de héroes y semidioses para conocer mejor todo el imaginario de nuestros ancestros.
Cuéntame, ¿conocías los nombres y poderes de los doce dioses del Olimpo?
